Una salvaci¨®n para Carla y su hijo
La polic¨ªa logra, por primera vez, traer desde Nigeria al hijo de una v¨ªctima de trata de seres humanos a la que extorsionaban haciendo vud¨²
A las diez de la noche de un s¨¢bado, Carla (nombre ficticio) llam¨® a su abogado. Nigeriana de 31 a?os, llevaba tres a?os siendo explotada sexualmente en La Rambla de Barcelona. En ese tiempo, hab¨ªa sido identificada diversas veces y como estaba irregular ten¨ªa abierto un proceso de expulsi¨®n del pa¨ªs. Pero por su tono de voz, muy nervioso, el letrado intuy¨® que ocurr¨ªa algo m¨¢s, as¨ª que cogi¨® el coche y fue a verla.
Carla hab¨ªa recibido una citaci¨®n policial para ir a declarar a la comisar¨ªa de la rambla de Guip¨²zcoa. All¨ª la esperaba el grupo IV de la UCRIF de Barcelona, que estaba investigando una red que explotaba sexualmente a mujeres nigerianas, a las que ten¨ªan controladas a trav¨¦s del tel¨¦fono y sometidas con rituales de vud¨². Carla era una de las v¨ªctimas que hab¨ªan identificado, y esperaban que declarase contra quienes la somet¨ªan.
La situaci¨®n gener¨® un temor profundo en la mujer. Pero la polic¨ªa opt¨® entonces por una v¨ªa distinta: ofrecerle que aceptase su condici¨®n de v¨ªctima, preservar su identidad como testigo protegido, y regularizar su situaci¨®n en Espa?a. Pero ir¨ªan m¨¢s all¨¢, y de forma pionera lograr¨ªan proteger a su hijo de siete a?os, y traerlo desde Nigeria. ¡°Se ha conseguido gracias a la colaboraci¨®n y el esfuerzo de todos: juez, fiscal¨ªa, consulado, la fundaci¨®n, su abogado¡.¡±, se felicita el jefe de grupo que llev¨® a cabo la operaci¨®n.
La mujer lleg¨® a Espa?a en 2011, a trav¨¦s de Par¨ªs, con documentaci¨®n falsificada. Antes fue sometida a un ritual de vud¨² en su pa¨ªs. Le cogieron vello de la cabeza, las axilas y el pubis, trozos de u?a y de su ropa interior, e hicieron una especie de rezos conforme se compromet¨ªa a pagar la deuda con las personas que la iban a trasladar a Europa, donde se ganar¨ªa la vida como prostituta. En total, 65.000 euros. ¡°La trampa est¨¢ en que no les dicen cu¨¢l es el valor del euro, y ellas piensan que es en su moneda y que en un a?o podr¨¢n saldar la deuda. En realidad, van a estar esclavizadas de por vida¡±, aseguran fuentes policiales.
El menor vol¨® con un visado a Espa?a y su madre declar¨® como testigo protegido
Al llegar a Barcelona, Carla fue trasladada a un piso donde le dieron instrucciones b¨¢sicas de c¨®mo prostituirse. Le ense?aron c¨®mo poner un preservativo, y la dejaron en La Rambla, donde empez¨® por primera a vender su cuerpo. Carla ten¨ªa que llevar en todo momento un m¨®vil, con el que los captores controlaban qu¨¦ hac¨ªa, y lo que ganaba deb¨ªa ingresarlo en una cuenta de los proxenetas. En ese contexto, el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa inici¨® una investigaci¨®n contra 18 personas que ten¨ªan esclavizadas a Carla y seis mujeres m¨¢s. Pero para demostrarle necesitaban que declarasen contra ellos.
A Carla le dieron un mes para pens¨¢rselo, pero entonces empezaron las amenazas. No pod¨ªa hablar con la polic¨ªa. Y si lo hac¨ªa, ir¨ªan a por ella y a por su familia. Conocidos de sus proxenetas acudieron incluso a amedrentar a sus allegados en Nigeria. ¡°Les dijeron que si ella declaraba, se ver¨ªan obligados a hacer cumplir el ritual¡±, asegura esa misma fuente policial. Lo que m¨¢s le preocupaba a la v¨ªctima era su hijo de siete a?os, que viv¨ªa all¨ª. As¨ª que de forma pionera, los agentes pusieron en marcha un proceso para ensanchar lo que establecen los protocolos, que ofrecen protecci¨®n a los descendientes de las v¨ªctimas de trata que residen en Espa?a, para poder proteger al menor.
Todos ayudaron. La titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 5 de Badalona, la fiscal¨ªa, la Generalitat, Extranjer¨ªa, la c¨®nsul espa?ola en Lagos, su abogado, la fundaci¨®n que la acogi¨®¡ Con un informe donde se advert¨ªa del peligro que corr¨ªa tanto Carla como su hijo, lograron los papeles para conseguir que el menor volase a Espa?a con un visado. En ese tiempo, Carla declar¨® como testigo protegido.
El proceso dur¨® seis meses. A finales de junio, la propia polic¨ªa acudi¨® al aeropuerto de El Prat a recoger al hijo de la mujer. ¡°No hay casi palabras¡ lograr sacar a su hijo de all¨ª, de aquella situaci¨®n¡ no sabemos qu¨¦ hubiese podido pasar¡±, aseguran fuentes cercanas a la v¨ªctima, que piden la mayor confidencialidad posible, para que no se la pueda identificar. Ahora, a ojos de todos, Carla es un n¨²mero, de forma que sus acosadores no podr¨¢n saber qui¨¦n es. Tiene permiso de residencia y trabajo en Espa?a y es libre. ¡°Le han cambiado la vida¡±, dicen esas mismas fuentes.
En el proceso ha tenido un papel fundamental la Fundaci¨®n APIP-CAM, que ha protegido a la v¨ªctima. ¡°Intentamos desde ese momento ofrecerle apoyo y acompa?amiento¡±, cuenta la responsable de proyecto de la entidad. En la Fundaci¨®n ya conoc¨ªan a Carla por los dispositivos que hacen de seguimiento de mujeres que est¨¢n en la calle. ¡°Son situaciones muy estresantes para ellas, porque se asustan por muchas cosas, por las presiones, por las amenazas¡±, explica. Adem¨¢s, Carla estaba ¡°agotada por las situaciones de coacci¨®n y por el cansancio¡±, recuerda. La mujer pidi¨® a la asociaci¨®n acogida y un acompa?amiento continuado durante todo el proceso judicial y de regularizaci¨®n de su situaci¨®n y de su hijo.
¡°Ha hecho un gran esfuerzo en confiar en todos¡±, explica la experta. Algo complicad¨ªsimo en el caso de mujeres que han sido explotadas sexualmente, coaccionadas, e incluso denunciadas por la polic¨ªa bajo amenaza de ser expulsadas de Espa?a, donde tanto les ha costado llegar. En la actualidad, Carla vive lejos de la capital catalana.
¡°Salir de la prostituci¨®n es un proceso muy largo y duro; muchas mujeres recaen¡±, cuenta la responsable de proyecto de la fundaci¨®n, que insiste en que la v¨ªctima es quien decide hasta d¨®nde quiere llegar. Carla est¨¢ decidida a dejar la prostituci¨®n. ¡°Aunque quiz¨¢ es un poco pronto para decirlo, creo que es un caso de ¨¦xito¡±, a?ade la responsable de proyecto de la fundaci¨®n, que sigue dando cobertura a la mujer. ¡°Incluso quiere montar un negocio¡±, indican fuentes cercanas.
La polic¨ªa pide que este caso no sea una excepci¨®n, y que se ampl¨ªen los protocolos, de forma que se pueda proteger sistem¨¢ticamente tambi¨¦n a los descendientes de las v¨ªctimas que est¨¢n fuera de la Uni¨®n Europea. Desde APIP-CAM van m¨¢s all¨¢, y reclaman que se haga una ley integral para la lucha contra la trata, que proteja las v¨ªctimas y las convierta en las protagonistas de las medidas para salvarlas.
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