Cine de quita y pon

La noche cae. El p¨²blico enmudece y Dustin Hoffman irrumpe en la pantalla interpretando El graduado. Decenas de sillas de pl¨¢stico y una gran pantalla forman desde el 9 de julio una sala de proyecciones en la Galer¨ªa de Cristal del Palacio de Cibeles. La experiencia suena a cine de verano, pero no lo es. Es The Cinema, la primera organizaci¨®n en Espa?a dedicada en exclusiva a aplicar el concepto pop up al s¨¦ptimo arte: exhibir pel¨ªculas emblem¨¢ticas en lugares inusuales durante cualquier ¨¦poca del a?o. Son espacios con fecha de caducidad, e inspirados en una tendencia que cal¨® con fuerza hace 10 a?os en Nueva York y en Londres.

¡°Quiz¨¢s, lo ¨²nico que tiene de cine de verano es que estamos en verano¡±, asegura Nacho Andarias, director de la Fundaci¨®n Proyecta que organiza este evento. Su compa?ero, Jes¨²s Mateos, productor de la iniciativa, explica sus peculiaridades: ¡°El objetivo es ir m¨¢s all¨¢ de la sala convencional y probar nuevos lugares durante un periodo de tiempo limitado¡±. De ah¨ª el t¨¦rmino pop up, un concepto ingl¨¦s que se aplica a espacios que est¨¢n activos de manera temporal. Como las ventanas que se abren en Internet y desaparecen. En Madrid, el sitio elegido es la Galer¨ªa de Cristal del Ayuntamiento hasta el 31 de agosto, uno de los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de la capital, pero el Consistorio no ha colaborado con la financiaci¨®n del proyecto. ¡°Contamos con el Ayuntamiento para que nos ceda el espacio de forma privilegiada, pero todo el esfuerzo es nuestro¡°, asegura Andarias.

La pel¨ªcula se proyecta en una explanada que comparte espacio con exposiciones, tiendas, y una zona de restauraci¨®n. En tan solo un mes, m¨¢s de 6.500 personas han pasado por esta sala alternativa. All¨ª, en un ambiente chill out, entre bocado y bocado, el p¨²blico charla antes del visionado y el lugar se convierte en una terraza de verano. J¨®venes, ni?os, adultos¡­La variedad en la programaci¨®n atrae espectadores de cualquier edad. ¡°Disfrutar de una buena pel¨ªcula y tomarnos una copa en un sitio tan bonito merece la pena¡±, dice uno de los espectadores, mientras muestra el mojito que sostiene en su mano. Le ha costado 7 euros, y la entrada, que no incluye consumici¨®n, 5.

A las 10 de la noche empieza el filme. Con todo el mundo acomodado, el ruido de las latas que se abren, la m¨²sica del DJ, y las risas de los comensales ya no se escuchan. Durante la proyecci¨®n de El graduado, algunas sillas est¨¢n vac¨ªas, pero los promotores aseguran que el aforo del recinto con capacidad para 500 personas se llena cuando proyectan cine de los 80. ¡°Son pel¨ªculas que puedes disfrutar de una forma relajada, que no son emocionalmente muy complejas, que te apetece ver con tu gente, y con las que te vas a casa con una sonrisa en la cara¡±, asegura Mateos. ?l es el programador y elige las pel¨ªculas siguiendo su gusto personal. La programaci¨®n para agosto ya est¨¢ disponible y se podr¨¢n ver ¨¦xitos como Mejor imposible, Eduardo manostijeras, Amelie o Cantando bajo la lluvia.

El proyecto tambi¨¦n estar¨¢ en los pr¨®ximos meses en Barcelona y Valencia. La idea es la misma: un espacio que se emplear¨¢ un tiempo determinado y en el que, adem¨¢s de cine, habr¨¢ otras ofertas de entretenimiento. Mientras, en Madrid, todos los d¨ªas menos los domingos, decenas de personas descubren este espacio abierto desde las ocho de la tarde hasta las dos de la madrugada. Las im¨¢genes en la pantalla consiguen que, durante al menos unos cuantos minutos, los asistentes se olviden del r¨¢pido ir y venir de la ciudad. Lejos. De la cotidianeidad y del trabajo, pero en pleno centro.