El arte como salida laboral
Seis estudiantes crean sus obras en un espacio abierto al p¨²blico de Matadero
Mar¨ªa Mallo defiende una arquitectura sin esquinas. En su habit¨¢culo del Centro Cultural Matadero hay varios tubos unidos con un soplete, la primera fase de una construcci¨®n de tres metros de alto con la que quiere poner en pr¨¢ctica los modelos de escayola que adornan sus paredes, esqueletos de unos organismos unicelulares, los sistemas radiolarios. ¡°No se trata de copiar las formas, sino el proceso. As¨ª podemos entender por qu¨¦ ha hecho la naturaleza cada estructura¡±, explica esta creativa y docente de 33 a?os que defiende hacer arquitectura ¡°con las manos¡± y separar al profesional del ordenador.
Mallo integra con otros cinco compa?eros el proyecto Estudio busca talento, un programa de investigaci¨®n financiado por la Fundaci¨®n Banco Santander y Openbank. ¡°Est¨¢ destinado a estudiantes. Les hemos dado un lugar de trabajo donde desarrollar las ideas que han presentado y contactar con profesionales que les ayuden a enfocar su trabajo y as¨ª vayan creando su red de contactos¡±, explica ?lvaro Ganado, coordinador del proyecto.
Los creadores cuentan con 3.000 euros para construir sus proyectos
Contactos como el artista catal¨¢n Antoni Muntadas, docente durante casi cuatro d¨¦cadas en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology, que ha valorado los procesos de investigaci¨®n. O comisarios de arte como Selina Blasco o Javier Duero, conocedores de la realidad del mercado. Los creadores tienen 3.000 euros para realizar sus obras y trabajan en un entorno abierto al p¨²blico hasta el 31 de agosto en la nave 16 de Matadero.
A unos metros de los esqueletos de Mallo, las instant¨¢neas de Ada Emma Deane, fot¨®grafa espiritista brit¨¢nica, adornan los listones del estudio donde Nuria G¨®mez revisa con cuidado sus localizaciones en 16 mm. ¡°Al principio la interacci¨®n fue muy rara porque est¨¢bamos m¨¢s acostumbrados a trabajar en nuestro estudio, pero luego le vas sacando partido. Hemos compartido entusiasmo y t¨¦cnicas de trabajo¡±, cuenta esta t¨¦cnico multimedia de 27 a?os que investiga el uso de la fotograf¨ªa como herramienta de subversi¨®n social a trav¨¦s de esta fot¨®grafa de comienzos del siglo XX. G¨®mez, que muestra su ingente trabajo de archivo, pretende construir un relato en el que mezcle su propia experiencia vital con la colecci¨®n de im¨¢genes que ha recogido.
G¨®mez, que est¨¢ terminando Bellas Artes y Dise?o mientras realiza spots publicitarios e imparte talleres audiovisuales, pretende estructurar sus ideas y ¡°ofrecerlas con coherencia¡± en distintas instituciones. Agradece la creciente facilidad para producir obras, pero ve dificultades en los canales de distribuci¨®n: ¡°La difusi¨®n est¨¢ muy limitada. Al final todos acabamos en la t¨ªpica librer¨ªa de arte¡±.
¡°Al principio fue raro, est¨¢bamos acostumbrados a trabajar solos¡±
El proyecto es un caldo de cultivo del que ya se ha beneficiado V¨ªctor Aguado, un disc Jockey de 24 a?os al que ya le han surgido tres colaboraciones laborales en los ¨²ltimos d¨ªas por un proyecto en el que intenta crear una construcci¨®n que sirva de instrumento y emita sonido. Con ello quiere alterar una ley aparentemente inamovible: todo sonido se reproduce en un espacio y un tiempo. ¡°Lo que hago es producir un espacio para que sucedan sonidos usando un material reverberante que hace la funci¨®n de eco. Si coges ese sonido con un micr¨®fono y se lo vuelves a inyectar al altavoz de donde proviene conseguimos crear una retroalimentaci¨®n que alarga el sonido indefinidamente¡±, explica el m¨²sico, que adem¨¢s trabaja dando clases particulares a estudiantes que preparan la selectividad.
Desde esa burbuja de sonido encerrado pueden verse las decenas de postales tur¨ªsticas que Andrea Gonz¨¢lez y Jon¨¢s Murcias, dos estudiantes de arquitectura, extienden por el suelo de la nave. Buscan en esta colecci¨®n que recorre cerca de 50 a?os los monumentos y playas que integran el imaginario tur¨ªstico. A unos cent¨ªmetros, letras de conocidas canciones del verano de otros tiempos pegadas en la pared con algunas palabras subrayadas. ¡°En ellas hay un relato ling¨¹¨ªstico vinculado a enamorarse, al calor, a la felicidad¡ Una utop¨ªa, una segunda casa en la que los sue?os se vuelven posibles¡±, cuenta Gonz¨¢lez.
La organizaci¨®n lleva a profesionales que les ayudan a enfocar sus obras
Su trabajo consiste en investigar los c¨®digos urban¨ªsticos de estas im¨¢genes: ¡°Muchas postales son muy parecidas porque tienen que comunicar lo mismo. Todos los castillos salen representados de la misma forma¡±. En la sala de al lado est¨¢ la obra de Ana de Fontecha. En sus paredes hay un juego de fichas que usa para representar las fronteras como elemento de uni¨®n y no de separaci¨®n.
Este grupo, que se describe como una gran familia, agradece contar con un p¨²blico que le permita corregir sus fallos en pleno proceso de elaboraci¨®n. Mallo relata las visitas y aportaciones que ha recibido a la vez que cuenta c¨®mo le robaron uno de sus esqueletos. El tiempo determinar¨¢ el valor de ese organismo microsc¨®pico agrandado y recubierto de escayola.
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