Procesi¨®n de la Virgen en Sueca a ritmo de ¡®Paquito el Chocolatero¡¯
Los vecinos transportan el anda hacia adelante y hacia atr¨¢s en un clima de jarana
Como cada 15 de agosto, el modesto barrio de La Canal de Sueca vivir¨¢ hoy su particular y original procesi¨®n en honor a su patrona, la Divina Pastora. Al caer el d¨ªa y tras llegar el anda hasta el final de la calle que da nombre a la barriada, tramo al que todav¨ªa no ha llegado el asfalto y donde se mezclan alg¨²n almac¨¦n agr¨ªcola, campos de cultivo y unas pocas viviendas, la imagen de la virgen es despose¨ªda de sus joyas, tallas de corderos y otros elementos poco estables. Hasta el p¨¢rroco se desprende de alba y estola para asistir a la segunda parte de la procesi¨®n.
La expectaci¨®n es grande. Comienza el retorno del anda a la casa que durante todo el a?o exhibe la imagen en una hornacina expuesta a la calle. El anda reposa sobre banquetas tras el recorrido procesional. La decena de porteadores de la m¨¢s variopinta complexi¨®n f¨ªsica esperan, con ansia, que llegue el momento de volverla a cargar. La charanga espera ¨®rdenes y al grito de "?Va, va!" comienza la parranda.
La imagen es izada y llevada de parte a parte de la calle, hacia adelante y hacia atr¨¢s, al ritmo de la m¨²sica del repertorio de moda. As¨ª, con el paso de los a?os y las canciones en boga, la Divina Pastora ha sido bailada con temas como Hay que venir al sur, T¨ªrate de la moto, A quien le importa, Yo quiero bailar, El tractor amarillo, Torero, Waka waka o Paquito el chocolatero. Los j¨®venes, y no tan j¨®venes, portadores del anda de unos 300 kilos, tambien le dan vueltas sobre si misma mientras el p¨²blico aplaude, jalea a la virgen o tararea la canci¨®n que en ese momento interpretan los m¨²sicos.
La calle de la Canal atraviesa una acequia protegida por una barandilla a la que tambi¨¦n se acerca el aparentemente inestable bailoteo. Es un momento delicado pero nunca ha sucedido lo que algunos temen. Ni jam¨¢s se ha ido por los suelos. La comitiva tiene detalles en aquellas viviendas del barrio de trabajadores en las que reside alguien delicado de salud o que han perdido alg¨²n familiar recientemente. Hacen una breve parada para reposar y bajar la imagen a la altura del asfalto para que puedan encomendarse cara a cara a la Divina Pastora.
La jarana finaliza al llegar a la v¨ªa del ferrocarril desde donde hacen marcha atr¨¢s hasta el n¨²mero 53, un domicilio particular conocido como La casa del sant. Con los ¨²ltimos compases de la m¨²sica festiva, al grito de "?Viva la Divina Pastora!" y tras el disparo de un discreto castillo de fuegos artificiales, la imagen vuelve a ser alojada en la vivienda donde esperar¨¢ hasta el pr¨®ximo 15 de agosto.
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