Ingenieros de caminos a la emigraci¨®n
Hasta hace bien poco ten¨ªan trabajo nada m¨¢s acabar la carrera, pero ahora se debaten entre buscar otras especializaciones o irse al extranjero
El prestigioso arquitecto F¨¦lix Candela, que tras la Guerra Civil tuvo que abrirse camino profesional en el exilio mexicano empezando como pe¨®n de alba?il, charlaba un d¨ªa con una encopetada dama de M¨¦xico DF empe?ada en llamarle ¡°ingeniero¡±. Harta de que la intentara corregir, la mujer le espet¨®: "Ingeniero Candela, no sea modesto y h¨¢game el favor de no hacerse de menos". Al escuchar la an¨¦cdota, Carlos Sobrino y Jos¨¦ Manuel Dold¨¢n, sonr¨ªen con cierta nostalgia. Ya no son aquellos tiempos en que la carrera de ingenier¨ªa ¡ªde Caminos, Canales y Puertos, en este caso¡ª era el sue?o de todos los padres. Sobrino, coru?¨¦s de 29 a?os, lleva en el paro desde que se licenci¨®, y Dold¨¢n, de 37 y nacido en Gij¨®n, tiene trabajo, pero asume que deber¨¢ emigrar para conservarlo.
?La verdad es que el sue?o, como la burbuja de las infraestructuras, dur¨® hasta hace bien poco. ¡°Acab¨¦ en verano de 2010. Antes, al presentar el proyecto ya ten¨ªas trabajo, pero yo, cuando me puse a buscarlo, no lo encontr¨¦. Estudi¨¦ un idioma. Despu¨¦s hice un m¨¢ster de Urbanismo durante un a?o en la Escuela de Arquitectura y otro de t¨¦cnico de Administraci¨®n Local¡±, describe Carlos . ¡°Yo acab¨¦ en 2005¡±, opone Jos¨¦ Manuel. ¡°Y s¨ª, finalizabas la carrera e inmediatamente ten¨ªas la opci¨®n de trabajar. En mi caso, a los cuatro d¨ªas de leer mi proyecto ya entr¨¦ en una empresa gallega, y hasta hoy¡±. El acceso al mercado laboral era tan f¨¢cil que Sobrino desisti¨® de hacer pr¨¢cticas: ¡°Cuando ten¨ªa la oportunidad de hacerlas, me dec¨ªa: ¡®No pasa nada, total vamos a acabar y a trabajar¡±.
Jos¨¦ Manuel empez¨® de jefe de secci¨®n en la autov¨ªa del Saln¨¦s. Parece mucho cargo para un novato, pero no lo es. ¡°Lo normal era salir de la Escuela y ser ya jefe de obra¡±, dice. Ahora, Carlos no tiene ni oportunidades de hacer entrevistas de trabajo. ¡°Como mucho te suelen llamar para comercial. O te dicen: ¡®Tu curr¨ªculum est¨¢ muy bien, ojal¨¢ tengas suerte, lamentablemente no buscamos a nadie de tu perfil¡¯. Y estoy enfocado a un campo, el urbanismo, tangente al de los compa?eros arquitectos, que tampoco est¨¢n muy bien". La tangencia se incrementar¨¢ con la nueva Ley de servicios profesionales, que equiparar¨ªa a todas las ingenier¨ªas. ¡°En teor¨ªa, un agr¨®nomo podr¨ªa hacer un puente, y no va a ser as¨ª, evidentemente", dice Carlos. Aunque tendr¨¢ sus ventajas: ¡°Tendr¨ªamos competencias en edificaci¨®n, que ahora mismo las tenemos, pero solo en determinados usos, como hacer naves industriales. Nos hemos dedicado mucho a la obra civil pura y dura, y abandonamos cosas como el urbanismo, la planificaci¨®n del territorio, temas de energ¨ªa, transporte... En la administraci¨®n local, en temas de urbanismo, solo hay aparejadores y arquitectos. A veces el Colegio tiene que pleitear para que podamos participar en concursos¡±.
Lo cierto es que ambos consideran que la obra civil con la que sue?an los ingenieros encima de sus mesas, el dise?o de puentes atirantados o el c¨¢lculo de grandes presas, no est¨¢ en el horizonte espa?ol. Dado que casi nadie hace carreteras privadas, depende del dinero p¨²blico. La administraci¨®n auton¨®mica, que alcanz¨® su r¨¦cord de licitaci¨®n de 1.200 millones de euros en 2008, al a?o siguiente se desplom¨® a menos de la mitad, y desde entonces no ha levantado cabeza. No lleg¨® a 165.000 en 2013 y apenas 65.000 millones hasta este 30 de junio, seg¨²n datos de la patronal Seopan.
¡°Parece que este a?o y el que viene van a ser incluso peores, porque la poca obra que se hab¨ªa licitado se acaba. En las nuevas licitaciones del Plan de Infraestructuras 2015-2018 dicen que va a haber inversi¨®n, pero ahora el gasto anual va a ser m¨ªnimo, se adjudicar¨¢n obras, pero no habr¨¢ dinero para hacerlas¡±, analiza Jos¨¦ Manuel. ¡°Ya tenemos muchas obras construidas, pero hay que cuidarlas, alargar su vida ¨²til, porque si no... Yo creo que no est¨¢n muy mentalizados ni el Gobierno ni la sociedad en cuanto a que conservar las v¨ªas de comunicaci¨®n es invertir en seguridad. Siempre se quieren construir infraestructuras nuevas, pero nunca conservar las que ya existen¡±, complementa su compa?ero.
?Los despilfarros ahora puestos bajo los focos han vacunado a la sociedad contra las grandes obras? Carlos cree que se han abierto debates como ¡°si el AVE es necesario¡± y que ya no es como antes, ¡°que para ganar elecciones hab¨ªa que anunciar grandes construcciones¡±. Al contrario, Jos¨¦ Manuel, considera que se sigue ¡°pidiendo de todo¡±. ¡°Cuando se ve en prensa que los aeropuertos est¨¢n vac¨ªos, que en Madrid autopistas radiales en concesi¨®n est¨¢n yendo a la quiebra porque no se utilizan, nos damos cuenta de que se han hecho barbaridades, pero seguimos pidiendo una estaci¨®n del AVE en cada pueblo. Si el vecino de la r¨ªa de arriba tiene una autov¨ªa que les llega hasta el final, el de la r¨ªa de abajo tambi¨¦n la quiere. Y si una provincia tiene un puerto exterior, la otra quiere otro¡±.
En todo caso, ambos exculpan a los ingenieros. ¡°Nosotros evaluamos la viabilidad de los proyectos que se nos encargan y deciden otras personas qu¨¦ alternativa llevar a cabo¡±, justifica Jos¨¦ Manuel. ¡°Si el Plan de Infraestructuras dice que todos los puertos de inter¨¦s general del Estado deben estar conectados por autov¨ªa o autopista con la red de primer orden, tienes que hacerlo. Una decisi¨®n como que la Autov¨ªa Transcant¨¢brica deje al final de ser cant¨¢brica y en lugar de finalizar en Ferrol lo haga en Vilalba, no la tomaron los ingenieros¡±, ejemplifica Carlos. De todas formas, hay infraestructuras necesarias que no se han hecho, ni se har¨¢n, y Dold¨¢n pone un ejemplo: ¡°El norte de Espa?a no va a quedar conectado por AVE. Y ciudades Bilbao, o A Coru?a, o Vigo deber¨ªan tenerlo¡±.
A la espera de que se reconsideren decisiones como esas, la v¨ªa de salida profesional, nunca mejor dicho, es la emigraci¨®n. Y eso que todav¨ªa ¡ªsecuelas del Plan Bolonia¡ª no les han homologado internacionalmente el t¨ªtulo de ingeniero (para el que han estudiado 420 cr¨¦ditos) con el de m¨¢ster (240 de grado m¨¢s 60 del m¨¢ster). ¡°Hay un mont¨®n de gente fuera. En principio, todos dicen que est¨¢n de maravilla. Genial, porque viajas, pero cuando vas cumpliendo a?os, a todo el mundo le gusta cierta estabilidad¡±, cuenta Carlos, ¡°El otro d¨ªa me encontr¨¦ un compa?ero: ¡®?Sigues en Turqu¨ªa?¡¯ ¡®No, estoy en Doha [Catar]¡® Yo quiero volver. Ya me dice mi madre: ¡®No te echas novia¡¯. ?Pero c¨®mo me voy a echar novia!¡±. ¡°Yo tengo la experiencia en mi empresa¡±, apunta Juan Manuel. ¡°Se est¨¢n consiguiendo adjudicaciones fuera y hay compa?eros en Centroam¨¦rica, Sudam¨¦rica, el Golfo P¨¦rsico o ?frica. Es duro, es muy duro¡ Las dificultades del idioma y un m¨¦todo de trabajo muy distinto. Volver es dif¨ªcil. Cuando ven que funcionas en el extranjero, el curr¨ªculum sirve para que te manden otra vez¡±.
¡ª?Se ven fuera?
¡ª Yo, por mi formaci¨®n, no ¡ª dice Carlos¡ª Me gusta desarrollarme profesionalmente, pero lo que busco es ser feliz, y yo creo que fuera no lo ser¨ªa. Quiero trabajar aqu¨ª, por eso me especialic¨¦ en urbanismo¡±.
¡ªYo me veo fuera ya ¡ªse resigna Jos¨¦ Manuel¡ª Tengo por ah¨ª propuestas, y aqu¨ª no hay nada, por lo tanto yo estoy en plena fase de mentalizaci¨®n para hacer las maletas dentro de unas semanas. No tengo ganas, pero es lo que toca¡±.
La profesi¨®n en cifras
El paro oficial registrado en el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos es del 14%. Pero ahora ya no se colegian todos los licenciados, por lo que la cifra es enga?osa, ya que la mayor¨ªa de los parados no est¨¢n colegiados.
En Galicia hay 1.435 colegiados. Y se puede apuntar una tendencia: en las promociones de 1968 a 2002 el paro no super¨® el 10%, empez¨® a rozar el 20% de los licenciados hasta 2010 y llega al 55% entre los que finalizaron la carrera en 2012.
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