Dos orejas en voz baja
Una tarde cargada de frialdad no reflej¨® una interesante corrida
No parec¨ªa una tarde de agosto. Apenas 18 grados, amenaza de lluvia y frialdad en los tendidos. Este lunes se repiti¨® la ausencia de p¨²blico y la feria parece condenada a no arrancar hasta el mano a mano entre Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce.
Pero los espadas no quisieron dejar pasar su oportunidad, porque Paco Ure?a y Joselito Adame se presentaron en Vista Alegre y a poco que les dejaron los toros apretaron el acelerador y subieron las revoluciones de una plaza que est¨¢ con el ralent¨ª muy bajo.
En otra tarde de feria, con el calor de un d¨ªa de Aste Nagusia y con los tendidos ocupados por cuatro mil espectadores m¨¢s, las faenas habr¨ªan tenido otro eco. Falt¨® resonancia y mucho del toreo se basa en la conexi¨®n que se establece entre el torero y el p¨²blico.
Ure?a, Adame y ?lamo
Seis toros de Alcurruc¨¦n, justos de presentaci¨®n, serios de cara pero sin remate, aprovechables pero sin transmisi¨®n.
Paco Ure?a: estocada ca¨ªda (saludos) y estocada ca¨ªda y dos descabellos (saludos tras aviso).
Joselito Adame: estocada (saludos) y estocada desprendida y trasera (oreja).
Juan del ?lamo: estocada ca¨ªda (vuelta tras petici¨®n) y estocada desprendida (oreja).
Jarocho salud¨® tras banderillear bien al segundo de la tarde.
Plaza de Toros de Vista Alegre. 18 de agosto de 2014. Un tercio de entrada. Tercera de las Corridas Generales.
Claro que los toros de Alcurruc¨¦n no ayudaron en exceso. Fueron unos nobles paseantes, como veraneantes que caminan por las calles de Bilbao, sin el empuje necesario para llamar la atenci¨®n de quien les observa. Tan pronto acudieron al caballo como rehusaron cualquier cita con el varilarguero. As¨ª, que nadie estaba dispuesto a calentar la tarde y ni siquiera en los tendidos corr¨ªan los vasos anchos, porque a ver qui¨¦n se animaba ayer con el hielo.
Joselito Adame cort¨® una oreja en su segundo toro, despu¨¦s de ligar con oficio y habilidad al mejor astado del festejo. Empez¨® despegado, que es defecto del mexicano, pero acab¨® por convencer en dos buenas series ligadas en su desproporcionada muleta. Se empe?¨® y toc¨® pelo, pero con esa manta que exhibe por franela es complicado que los pases resulten est¨¦ticos.
Paco Ure?a abri¨® la tarde y dej¨® poco picados a sus dos enemigos. El murciano quer¨ªa pisar fuerte y lo hizo, pero no supo dar la importancia que merec¨ªa su disposici¨®n. Le falt¨® gustarse, tiempos, pausas y comunicar al p¨²blico que se la estaba jugando. Lleg¨® con poca fuerza su buen hacer en el cuarto y ni siquiera pudo dar la vuelta al ruedo.
Pero no fue el ¨²nico, porque a Juan del ?lamo le ocurri¨® parecido en su primero, cuando dos buenas tandas con la derecha apenas despertaron ol¨¦s en los tendidos y es que la tarde estaba condenada a seguir en voz baja. Y eso que se le pidi¨® la oreja, pero nadie se decid¨ªa a cantar con autoridad algunos de los muletazos y hasta los pa?uelos salieron como por sorpresa despu¨¦s de no haber ovacionado con fuerza algunas de las series. El salmantino s¨ª se llev¨® una oreja del que cerr¨® el festejo, un peque?o ejemplar bien armado que mereci¨® mejor trato por el pit¨®n derecho.
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