Y esto es todo, amigos
Si Unamuno levantara la cabeza (algo dif¨ªcil, porque el pobrecillo la tiene en una pica, a tres metros de altura, desde que unos salvajes decapitaron su estatua y tiraron su cabeza a la r¨ªa), estar¨ªa orgulloso de ver el Bilbao actual, que ha terminado por confirmar su afirmaci¨®n de que "El mundo es un Bilbao m¨¢s grande". Y no s¨®lo la ha confirmado, sino que la ha llevado m¨¢s lejos, porque otro gallo nos cantar¨ªa si el mundo fuera tan plural, abierto y liberal como esta ciudad nuestra en su Semana Grande, que acoge a toda clase de visitantes sin despreciar a ninguno, por pintoresco que sea.
Pero si debo ser sincera (que tampoco s¨¦ porqu¨¦, creyendo como creo que la sinceridad est¨¢ sobrevalorada), tendr¨¦ que admitir que el pintoresquismo tambi¨¦n cansa. Y si no que me lo digan a m¨ª, que he tenido en casa dos pintorescas -Tana y Pa- toda la semana y no ve¨ªa la hora de que se largaran. Se han ido ya. Llorando. Pobres. Van a Magaluf (municipio pr¨®ximo a Sodoma y Gomorra) a ver a Denzel, pero creen que all¨ª encontrar¨¢n menos marcha que en nuestras jaias. Todo les ha gustado. Todo. Los concursos gastron¨®micos, las ca?as en las terrazas, los conciertos, los toreros, los feriantes, los artistas, los comparseros, la txupinera y el pregonero, los hoteles, los pol¨ªticos que se mueren por salir en las fotos, los fuegos artificiales, los inmigrantes vendiendo falsificaciones, Marijaia, claro, y los que van de fiesta en fiesta, como ellas. Me han prometido que el a?o que viene vuelven. Con un escalofr¨ªo he dicho que les estar¨¦ esperando y les he despedido agitando el pa?uelito de baldosas que tan bien explica el surrealismo de estas fiestas: baldosas colgando al cuello, a qui¨¦n se le ocurre.
"Todos vivimos en un manicomio", dec¨ªa Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. No lo sabes t¨² bien, Audrey, bonita, no tienes ni idea de lo que han sido estos ¨²ltimos nueve d¨ªas. Yo tengo la visa temblando. Del h¨ªgado mejor ni hablemos. Me duelen m¨²sculos que ni sab¨ªa que exist¨ªan y me he encontrado un tatuaje en la espalda que ni s¨¦ cu¨¢ndo me he hecho. Dice "I Love el Rabo de Toro", pero en hebreo. En el mismo idioma en el que juro cuando intento ocultar las lorzas que han surgido esta semana. Afortunadamente conservo los dos ri?ones, no se los ha llevado nadie. Tienen raz¨®n las chicas: Magaluf es un remanso de paz comparado con esto. Pero que nos quiten lo bailao. Y lo cantao. Y lo re¨ªdo. Ya s¨®lo queda un a?o y eso pasa volando. Nos vemos en las pr¨®ximas jaias. Que se¨¢is muy felices entretanto.
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