R¨ªo de Janeiro sigue a Barcelona
Tras aplicar planes urban¨ªsticos mod¨¦licos, la ciudad sucumbe ahora a la m¨¢s desorbitada burbuja inmobiliaria
Es curioso c¨®mo estas dos ciudades lejanas tienen puntos en com¨²n, empezando por su relaci¨®n con el mar y terminando por los paralelismos entre sus grandes eventos. Tras la Copa del Mundo de f¨²tbol de este a?o (el mundial en Espa?a fue en el 1982), R¨ªo de Janeiro ser¨¢ la sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016, cuando Barcelona realiz¨® los suyos en 1992, definiendo una nueva manera urbana de afrontarlos, y R¨ªo, liderada por Sergio Magalh?es, presidente del IAB (Instituto de Arquitetos do Brasil), acaba de ganarle a Par¨ªs y a Melbourne la realizaci¨®n del Congreso Internacional de la UIA (Uni¨®n Internacional de Arquitectos) para el 2020. Barcelona fue la sede del congreso de la UIA en 1996, con tanta afluencia de asistentes que casi muere de ¨¦xito.
La atenci¨®n de R¨ªo de Janeiro por Barcelona viene de lejos, especialmente a partir de que el arquitecto Luiz Paulo Conde, apasionado conocedor de Barcelona, estuviera en el Ayuntamiento de R¨ªo, como arquitecto municipal con el alcalde C¨¦sar Maia desde 1993 y como alcalde entre 1997 y 2001. Entonces se lanzaron dos planes urbanos mod¨¦licos: uno, Rio Cidade, dedicado a la remodelaci¨®n del espacio p¨²blico e inspirado en Barcelona, con asesoramiento, entre otros, de Oriol Bohigas, Llu¨ªs Millet, Jordi Borja, Manuel de Forn y Manuel Herce; y el otro, no influenciado por Barcelona, Favela Bairro, que ha sido un hito planetario pionero en la renovaci¨®n y mejora de los slums.
Favela Bairro tuvo continuidad en el programa nacional de los PAC (Programa de Acelera??o do Crescimento), pero en el actual plan Morar Carioca, en parte debido a las grandes inversiones inmobiliarias y deportivas, ha quedado en casi nada.
Si hay similitudes tambi¨¦n hay diferencias: la m¨¢s evidente es la tan insuficiente estructura para el tr¨¢fico y el trasporte p¨²blico en R¨ªo, que hipoteca su eficaz funcionamiento a causa de los escasos itinerarios existentes, sin metro para lugares estrat¨¦gicos como el aeropuerto, las terminales mar¨ªtimas o la gran universidad federal en la isla de Fund?o, lo que convierte en alucinante que se planteen unos Juegos Ol¨ªmpicos sin temor a un colapso total. R¨ªo parte de muy buenas condiciones clim¨¢ticas y paisaj¨ªsticas, pero ha hecho poco para hacerlas sostenibles y mantiene parte de la bah¨ªa gravemente contaminada. Su gran desaf¨ªo sigue siendo ser una ciudad inclusiva y no fragmentada.
El papel de los arquitectos y los t¨¦cnicos se empeque?ece al lado de media docena de inmobiliarias e inversoras que lo deciden todo en Brasil
Y es que Brasil, y muy especialmente R¨ªo de Janeiro, es uno de los lugares donde la burbuja inmobiliaria, tal como sucede en las capitales de China y de los Emiratos ?rabes, en Londres, Vancouver o Panam¨¢, est¨¢ totalmente desorbitada. Y, aunque parezca parad¨®jico, con los gobiernos del PT (Partido de los Trabajadores) de Lula y Dilma Rousseff, el dominio de los intereses del mundo inmobiliario y financiero ha sido m¨¢s voraz y se ha convertido en totalmente dominante y monopolista.
El papel de los arquitectos y los t¨¦cnicos se empeque?ece al lado de media docena de grandes empresas inmobiliarias e inversoras que lo deciden todo en Brasil: lugar, presupuestos, plazos, tipolog¨ªas, formas, materiales. Antes hab¨ªa un partido cr¨ªtico que vigilaba. Hoy este partido en el poder pacta directamente con los grandes agentes, sin cr¨ªtica ni control. Es cierto, sin embargo, que cuando se demuestra un caso de corrupci¨®n, el pol¨ªtico de turno no queda impune, como en Espa?a, y es obligado a dimitir y puede pasar una breve temporada en la c¨¢rcel.
Siguiendo con las diferencias entre R¨ªo y Barcelona, la ciudad carioca es consciente de que debe consolidar medidas para atenuar los grandes desequilibrios sociales y apaciguar las favelas, polvor¨ªn de conflictos, que vayan m¨¢s all¨¢ de las medidas policiales de control. Por lo tanto, invierte en ayudas para reequilibrar. Por ejemplo, una parte de los impuestos que pagan los hoteles se invierte en proyectos de desarrollo econ¨®mico solidario, para fomentar la artesan¨ªa, la creatividad y el aprendizaje entre los habitantes de las favelas, especialmente las mujeres. Tambi¨¦n en esto somos diferentes, ya que la pretendidamente opulenta Barcelona de Xavier Trias casi no invierte en cuestiones sociales y de reequilibrio, y dedica la tasa tur¨ªstica a promocionar a¨²n m¨¢s Barcelona y a financiar el circuito de carreras de Montmel¨®.
Y en lo que tambi¨¦n Brasil y Espa?a se miran es en sus movimientos sociales. Si aqu¨ª aprendimos de sus l¨ªderes ecologistas, del Foro Social Mundial y de los presupuestos participativos, ahora ellos se fijan en fen¨®menos como los indignados del 15-M, la victoria de Podemos y la confluencia que lidera Guanyem Barcelona. En esto ya se han entrenado a fondo, consiguiendo en junio del a?o pasado que no subieran las tarifas del transporte p¨²blico y potenciado ahora una amplia corriente, sin precedentes, de rechazo a la Copa del Mundo y a los Juegos Ol¨ªmpicos. La frase ¡°no nos representan¡±, dedicada a unos pol¨ªticos a los que solo les interesa mantenerse en el poder, se va extendiendo entre la ciudadan¨ªa de ambas ciudades y pa¨ªses.
Josep Maria Montaner es arquitecto y catedr¨¢tico de la ETSAB-UPC.
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