Las manos de Paco de Luc¨ªa
La Bienal de Flamenco de Sevilla ofrece una exposici¨®n con fotograf¨ªas, libros y discos del artista
Las manos de Pepe de Luc¨ªa se ven diminutas cuando las coloca sobre las de su hermano Paco, esculpidas en bronce por el artista Nacho Falgueras. Los dedos del guitarrista se entrelazan solemnes en esta talla, como si estuvieran recostadas sobre el pecho del difunto genio, mientras Pepe se afana en imitarlas colocando palma sobre dorso, sin conseguir reproducir el gesto. La obra coronar¨¢ la tumba del artista, que se ultima en Algeciras, pero mientras tanto forma parte de la exposici¨®n Paco de Luc¨ªa. Fuente y caudal, que ofrece la XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla en el Espacio Santa Clara.
La muestra cuenta con dos partes bien diferenciadas. La primera de ellas est¨¢ formada por varios paneles que repasan la vida del m¨²sico. "Cuando cumpl¨ª nueve a?os mi padre me dijo: Hijo, ?sabes leer y escribir? Hijo, ?sabes, sumar, restar, multiplicar y dividir? Yo no te puedo seguir pagando la escuela. Qu¨¦date en casa, tendr¨¢s todo el d¨ªa para tocar la guitarra y podr¨¢s llegar a ser alguien.", se puede leer en el primero de ellos. Y junto a las palabras del artista se aglutina un tesoro de recuerdos entre cuyos doblones se puede ver a un Paco con bigote o posando con un bonito vestido hasta los tobillos.
Es un relato de su muerte pero hacemos una apuesta clara por su eternidad Juan Jos¨¦ T¨¦llez, comisario
Juan Jos¨¦ T¨¦llez, el comisario de la exposici¨®n, hizo un recorrido por cada una de sus piezas en la inauguraci¨®n de la muestra, este viernes. El periodista se detuvo en el panel de Luz¨ªa, el disco que Paco dedic¨® a su madre y en el que se escucha por primera vez al guitarrista cantando. T¨¦llez mir¨® hacia atr¨¢s con picard¨ªa y aprovech¨® la ausencia del rezagado hermano para contar a los atentos oyentes la opini¨®n de Pepe, cantaor, sobre la voz de Paco. "Dice que cantaba como un rucho [burro] revoleao sobre el viento de Tarifa", coment¨® risue?o el comisario.
La exhibici¨®n se completa con una colecci¨®n de fotos del artista cedidas por su hijo Curro S¨¢nchez, su segunda esposa, Gabriela Canseco y su hermano Pepe. El escenario soporta el poco peso de un jovenc¨ªsimo Paco de Luc¨ªa, casi igual de grande que la guitarra que rasca con sus dedos, en una de las primeras instant¨¢neas del m¨²sico. Conforme el ojo recorre las fotograf¨ªas que componen esta segunda parte de la exposici¨®n, al guitarrista le van creciendo las patillas y la melena, hasta llegar a la ¨²ltima, donde el ni?o, convertido en veterano, descansa sobre una mecedora en Canc¨²n. "Refleja los ¨²ltimos d¨ªas de Paco en su para¨ªso", coment¨® el comisario.
Pero no solo hay fotos en esta segunda parte. Cuatro vitrinas guardan en su vientre discos, libros y recortes de peri¨®dico de esta figura del flamenco. Las piezas estrella son una guitarra que la casa Yamaha personaliz¨® para ¨¦l y cinco premios entre los que destacan el Giraldillo de la Bienal y el Guitar Player de 1981. "No le gustaban los trofeos, a ¨¦l le gustaba saberse sentido", apunt¨® su hermano con gesto amargo.
Las manos de bronce de Paco abrazan todos los detalles m¨¢s ¨ªntimos del artista que se esconden en esta muestra. La alegor¨ªa de un artista que en su mano derecha guardaba el virtuosismo y en la izquierda la sensibilidad, en palabras de T¨¦llez. "?l dec¨ªa que la mano izquierda piensa y la derecha ejecuta, lo que define lo que es la guitarra", agreg¨® el comisario, que concluy¨® con semblante melanc¨®lico. "Es un relato de su muerte pero hacemos una apuesta clara por su eternidad", sentenci¨®.
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