Los ¡°12 hijos¡± de Loli
Las familias de acogida evitan que 3.300 ni?os tutelados vivan en centros de protecci¨®n
Luce un collar con 12 figuras plateadas de ni?os y ni?as. Son una representaci¨®n de sus dos hijos biol¨®gicos y de los 10 que ha acogido en los ¨²ltimos 10 a?os, todos unidos sobre su pecho. ¡°La sangre solo hace parientes, el amor hace familia¡±, dice y repite Loli Fern¨¢ndez, una vitalista madre de acogida de un pueblo de Sevilla. Abre la puerta de su casa y a la altura de sus piernas se asoman a curiosear dos ni?as de 4 y 6 a?os, vestidas iguales, rubias, hermanas con distinto padre, extremadamente cari?osas. ¡°Estas son mis dos ¨²ltimas hijas de acogida. Mientras est¨¢n aqu¨ª hacen la misma vida que nosotros¡±, comenta alegre. Tienen la mesa del sal¨®n y las paredes repletas de fotos de ni?os, en otra sala hay una colecci¨®n de baberos bordados a punto de cruz con el nombre de cada uno de ¡°mis hijos¡±. Tambi¨¦n guarda pa?uelos con el olor de las distintas colonias que les ha ido poniendo para recordarlos cuando los eche de menos. ¡°Siempre digo que llegan a mi vida y se van de mi casa, pero aqu¨ª se quedan¡±, menciona se?alando su coraz¨®n.
Los acogedores no buscan ejercer la paternidad, solo quieren ayudar
De no ser por su familia, las dos ni?as que desde hace ocho meses viven en su casa estar¨ªan en un Centro de Protecci¨®n de Menores.? En Andaluc¨ªa hay alrededor de 2.110 menores tutelados que viven en centros, 1.300 tienen menos de 15 a?os y el 91% de ellos tiene necesidades especiales, lo que hace m¨¢s dif¨ªcil el acogimiento. Hay m¨¢s ni?os que familias disponibles, aunque 3.300 menores ya viven acogidos en hogares, un sistema que funciona para que los menores tutelados por la Administraci¨®n pasen en el menor tiempo en centros mientras se les busca un entorno seguro, ya sea de nuevo con sus padres, con sus parientes o en adopci¨®n. ¡°Tenemos que conseguir que aumente este sistema de protecci¨®n, es el m¨¢s moderno. Una persona necesita una familia para desarrollarse¡±, dice Mar¨ªa ?ngeles M¨ªguez, directora del programa de acogimiento familiar de la Fundaci¨®n M¨¢rgenes y V¨ªnculos en Sevilla, intermediaria entre la Junta y los padres.
Un principio claro de los acogedores es que no tienen la necesidad de ser padres, quieren ayudar. ¡°Ma?ana le toca a una de ellas ir a visitar a su padre¡±, dice Loli, que agradece no recibir apenas informaci¨®n de los ni?os. Aunque sabe que si est¨¢n tutelados es porque su pasado ha sido dif¨ªcil. Los menores pueden provenir de familias desestructuradas, de abandonos o renuncias, de entornos violentos o de drogadicci¨®n, de otros pa¨ªses¡ ¡°A los ni?os les decimos que el tiempo que est¨¢n con nosotros es lo que se tarda en encontrarles a la mejor familia del mundo o que son unos privilegiados porque despu¨¦s van a tener m¨¢s personas que les quieran¡±, explica Loli.
El acogimiento se complica cuando tienen necesidades especiales graves
Un cartel en la calle fue lo que anim¨® al matrimonio de Sevilla a realizar esta labor. El primero que lleg¨® a su casa fue un beb¨¦ con una semana de vida. ¡°Apenas ten¨ªa nada para reci¨¦n nacidos pero en cinco d¨ªas lo conseguimos todo. Se me hizo hasta larga la espera¡±, recuerda Loli entra?able. ¡°Y no es muy dif¨ªcil que te seleccionen. Hay que cumplir requisitos pero no es nada del otro mundo. Adem¨¢s, hacemos cursillos y los profesionales est¨¢n siempre a nuestra disposici¨®n¡±, detalla. Su familia tiene la idoneidad para acoger hasta dos hermanos en la modalidad de urgencia, un tipo de acogimiento que se aplica a menores de siete a?os sobre los que hay que intervenir de forma inmediata. Las otras modalidades son acogimientos simples, con un m¨¢ximo de dos a?os de acogida; permanente, de integraci¨®n estable; o profesionalizado, para menores con necesidades graves.
M¨ªguez detalla que hay familias que quieren acoger pero no pueden. ¡°Con la crisis hay algunas que no alcanzan¡±, explica. En el caso de Loli, uno de los miembros debe tener una n¨®mina y otro debe de estar 24 horas disponible. Por ello perciben cuant¨ªas econ¨®micas establecidas seg¨²n necesidades. En su caso, recibe 400 euros al mes durante los nueve primeros meses por su disponibilidad, 300 euros al mes por la manutenci¨®n del primer hijo y 200 euros por la del segundo. Por el acogimiento profesionalizado se recibe la misma cuant¨ªa. ¡°Esta labor en ning¨²n momento se hace por dinero. Aunque sin la ayuda no podr¨ªamos¡±, deja claro Loli, que ha acogido cinco beb¨¦s y cinco menores de distinto sexo, edades y tallas. ¡°Obviamente se les da todo lo que necesitan y despu¨¦s se lo llevan, por supuesto¡±.
Lo aconsejable en su modalidad es que los menores no pasen con ellos m¨¢s de nueve meses. Eso significa que el temido momento de la despedida se acerca. La partida es el gran desaf¨ªo para estas familias y es el hecho por el que, seg¨²n cuenta su marido, Eustaquio C¨¢rdenas, algunos vecinos y familiares les dicen que est¨¢n locos. ¡°Pero si no estuvieran con nosotros ser¨ªa peor. Los hemos disfrutado un tiempo y les hemos dado un entorno seguro. Es una gratificaci¨®n muy grande¡±, dice C¨¢rdenas tras llegar de trabajar. ¡°Lo mejor es el d¨ªa de Reyes¡±, cuenta Claudia, su hija biol¨®gica, de 15 a?os, que siempre ha querido compartir habitaci¨®n con sus hermanos y que asegura que cuando sea mayor ser¨¢ madre de acogida. ¡°Merece siempre la pena, aunque la despedida sea dur¨ªsima¡±, a?ade Claudia.
Las cuant¨ªas econ¨®micas dependen de cada uno de los casos
En cuanto los menores se van de la casa, se recomienda que no se tenga contacto con ellos durante unos meses. ¡°Y despu¨¦s estamos a disposici¨®n de los padres¡±, detalla Loli. En el porche sus dos ¨²ltimas hijas juegan con una cocina de juguete, tambi¨¦n una piscina de pl¨¢stico, un pajarito verde y Nika, una perra que ha conocido a todos sus hijos. ¡°El llanto siempre estar¨¢, pero de momento r¨ªete. Vienen porque te necesitan y se van porque dejan de necesitarte, cuando el problema est¨¢ resuelto. El ser humano debe crecer en una familia y nosotros lo hacemos posible. Aunque ojal¨¢ un d¨ªa, en un mundo ideal, nadie nos necesitara¡±, imagina Loli.
M¨¢s coordinaci¨®n entre entidades
El primer acogimiento familiar que se realiz¨® en Andaluc¨ªa fue en C¨¢diz en 1997, puesto en marcha por la Fundaci¨®n M¨¢rgenes y V¨ªnculos. Desde ese momento hasta hoy los procesos de actuaci¨®n se han desarrollado paulatinamente. Pero, seg¨²n reclaman desde la Asociaci¨®n familias solidarias de Chiclana, a¨²n hay aspectos que mejorar. "Hemos estado un a?o reclamando que varios de los hijos acogidos en C¨¢diz estuviesen escolarizados en colegios hasta a siete kil¨®metros de distancia de las casas de los padres de acogida y eso es perjudicial para el menor y para nosotros", asegura Juan Molina, secretario de la asociaci¨®n. "Ya est¨¢ resuelto, pero deber¨ªan facilitarnos la labor", se queja.
Por su lado, la delegada territorial de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, en C¨¢diz, Cristina Saucedo, inform¨® en julio de que ampliar¨ªa la ratio en colegios cercanos a los domicilios de las familias acogedoras. Esta semana ha resuelto todos los casos que fueron remitidos al Defensor del Pueblo Andaluz.
Por otro lado, el la defensor¨ªa ha enviado una recomendaci¨®n a la Delegaci¨®n Territorial de Igualdad, Salud y Pol¨ªticas Sociales de Sevilla para que resuelva la solicitud de unos ciudadanos que piden que sea posible que personas interesadas puedan colaborar con centros de protecci¨®n de menores en actividades dentro y fuera de la residencia; que se pueda visitar a los menores o que sea posible que convivan con familias durante fines de semana o en periodos de vacaciones. La Junta responde que en abril se aprob¨® un protocolo marco de tramitaci¨®n para las familias colaboradoras.
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