Cuatro comunidades de montes se unen para crear la mayor colecci¨®n bot¨¢nica
Planean crear un jard¨ªn con especies de los cinco continentes entre Mar¨ªn y Vilaboa
¡°Que varias comunidades de montes se unan ya es noticia de por s¨ª, pero que adem¨¢s acuerden crear una fundaci¨®n para gestionar un espacio com¨²n, recuperar un entorno natural abandonado, y adem¨¢s hacer crecer en su coraz¨®n un jard¨ªn bot¨¢nico, es algo ¨²nico¡±. En Galicia no hay precedentes, explica el ingeniero encargado de sacar adelante el proyecto ambiental en el que se han embarcado las juntas rectoras del monte comunal de Santom¨¦ de Pi?eiro, San Xuli¨¢n de Mar¨ªn, Santa Cristina de Cobres y San Marti?o de Vilaboa.
El objetivo es resucitar 44 hect¨¢reas hoy cedidas por los due?os a la Administraci¨®n, aumentar esa superficie a 77 con otros terrenos de su propiedad, y dedicar 13 hect¨¢reas situadas en el centro de este mapa a la creaci¨®n de un jard¨ªn acotado con ¨¢rboles y arbustos de los cinco continentes. En conjunto, en los montes que unen los municipios de Mar¨ªn y Vilaboa, donde como en tantos otros hay tambi¨¦n eucaliptos, los vecinos anuncian para dentro de dos a?os ¡°la mayor colecci¨®n de plantas de la comunidad aut¨®noma¡±.
M¨¢s de 1.200 comuneros acordaron constituir la Fundaci¨®n Lago de Casti?eiras-Cotorredondo para salvar este espacio olvidado que en otros tiempos era espectacular sitio de recreo y excursi¨®n obligada para los escolares de media provincia de Pontevedra. El enclave, cedido a la Xunta, dej¨® hace mucho de estar cuidado. ¡°Los ¨¢rboles y las ramas secas caen y cualquier d¨ªa matan a alguien; los vallados est¨¢n podridos¡±, describe el ingeniero. As¨ª que una vez creada la fundaci¨®n, ahora toca reclamar al Gobierno gallego un cambio en los acuerdos de cesi¨®n que un d¨ªa firmaron cada una de las asociaciones comunales. Y proponerle un proyecto en el que, en realidad, ya hay personas trabajando, con las manos en la tierra.
Frente a la nula gesti¨®n actual del valioso patrimonio bot¨¢nico que medra desde hace m¨¢s de medio siglo junto al lago artificial de Casti?eiras, los comuneros proponen un tipo de ¡°gesti¨®n p¨²blico-privada¡±. Buscar¨¢n la colaboraci¨®n de conseller¨ªas y de empresas, pero mientras tanto ya cuentan con la variada vegetaci¨®n del lugar: en torno al lago hay 100 especies de ¨¢rboles distintas, y en Cotorredondo se plant¨® el primer ¨¢rbol del plan de reforestaci¨®n provincial que impuls¨® desde 1927 Daniel de la Sota.
El ingeniero que ahora va a organizar este enorme almac¨¦n bot¨¢nico desordenado aportar¨¢ su propia colecci¨®n, con 400 plantas representativas de todo el planeta. ¡°Otros grandes coleccionistas¡±, dice, tambi¨¦n se han comprometido. El parque, incluida la zona del lago y las m¨¢moas, ser¨¢ abierto al p¨²blico, aunque habr¨¢ que pagar ¡°un precio simb¨®lico¡± para visitar las 13 hect¨¢reas acotadas. Las cuatro comunidades de montes planean crear tambi¨¦n un insectario de especies gallegas y un aula de educaci¨®n ambiental con visitas organizadas para que los escolares vuelvan a Cotorredondo.
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