Un barbero juguet¨®n en el Liceo
Inauguraci¨®n ¡®ciudadana¡¯ de la temporada con un Rossini visto por Comediants
Lleno a rebosar, sin demasiados pol¨ªticos ni mecenas (se deben reservar para La Traviata de dentro de un mes, obra elegida para la inauguraci¨®n oficial, la de gala) ni silbidos. Eso s¨ª, con el esp¨ªritu l¨²dico de Comediants impregnando Il barbiere di Siviglia de Rossini. As¨ª arranc¨® anoche la nueva temporada oper¨ªstica en el Liceo, en su inauguraci¨®n ciudadana. Un ¨¦xito m¨¢s que correcto.
Fiel a una manera de concebir el teatro como juego, como espacio m¨¢gico, como suspensi¨®n de la verosimilitud, como negaci¨®n del realismo, consecuente con un enfoque del hecho teatral que ha marcado el estilo de la compa?¨ªa Comediants durante d¨¦cadas, Joan Font ha concebido su versi¨®n de Il barbiere di Sviglia como un gigantesco y encantador juguete. Joan Guillen, compa?ero en mil aventuras, le ha seguido la intenci¨®n en la escenograf¨ªa y el vestuario y el resultado es un Barbiere que tanto en lo visual como en lo dram¨¢tico lleva la marca Comediants, la buena marca Comediants, desde el primer minuto.
El montaje, estrenado en Houston en 2011, no traiciona ni el texto ni las situaciones dram¨¢ticas y funciona ¨¢gil y ocurrente. No est¨¢ exento de los t¨ªpicos excesos propios de los directores de teatro metidos a directores esc¨¦nicos de ¨®peras, siendo el m¨¢s evidente rellenar de acci¨®n redundante e innecesaria las arias celeb¨¦rrimas que jalonan la ¨®pera hasta conseguir desenfocarlas musicalmente.
Este Barbiere inaugural se presentaba musicalmente lleno de inc¨®gnitas. En la direcci¨®n musical y en tres de los cuatro papeles principales hab¨ªa artistas debutantes en el Liceo. El saldo fue globalmente bueno.
En el estreno, el lleno fue total y no hubo ni pol¨ªticos... ni silbidos
El joven tenor argentino Juan Francisco Gatell fue un muy buen Almaviva con fraseo f¨¢cil y elegante, exquisita musicalidad y conocimiento de estilo, regularidad en la prestaci¨®n y una bella voz ligera y clara adecuada al personaje.
Annalisa Stroppa le hizo los honores al papel de Rosina: segura en los concertantes, dio picard¨ªa y gracia al personaje y aunque en Una voce poco fa no quedara espectacular, el nivel global fue alto.
Mario Cassi se entreg¨® en el papel estelar del barbero, su voz, irregular, con extra?os cambios de color, se proyectaba con fuerza en el agudo pero se desdibujaba y perd¨ªa peso en el centro. A¨²n as¨ª compuso un interesante Figaro. Notabil¨ªsimo John Relyea en el papel de Basilio, un lujo Marisa Martins como Berta y muy metido en el montaje y pas¨¢ndoselo en grande Manuel Esteve en el doble papel de Fiorello y del oficial.
El gran triunfador de la noche, seguro desde el primer minuto, en una forma vocal envidiable a pesar de haber debutado en el Liceo hace ya treinta temporadas fue Carlos Chausson: su Bartolo fue antol¨®gico en todos los sentidos. El maestro Finzi, debutante en el teatro, obtuvo ¨®ptimo rendimiento de la orquesta y el coro.
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