La despedida del relativista absoluto
Patxi L¨®pez despide su liderazgo del PSE sin a?oranza ¡°No ha cambiado, sigue siendo el mismo¡±, dice su entorno

¡°Est¨¢ feliz¡±. Es el estado vital de Patxi L¨®pez (Portugalete, 1959) mientras cierra sin a?oranzas la abultada carpeta como l¨ªder del socialismo vasco en los ¨²ltimos 12 a?os. As¨ª le ve uno de sus amigos m¨¢s cercanos, miembro de un selecto grupo ¡°que se puede contar con los dedos de una mano y donde es imposible entrar¡± y con quienes comparte ¡°una cena relajante que nunca quiere que sea de trabajo¡±. Entre ellos, Mikel Torres, convertido ahora en secretario general del PSE vizca¨ªno, pero por quien L¨®pez suspir¨® primero para que le sustituyera.
Mientras recoge su actual despacho en la sede central del PSE-EE de Bilbao, antes de ocupar otro al que tiene derecho como responsable de ¨¢rea de la Ejecutiva Federal del PSOE, L¨®pez ha perfilado su discurso de despedida de este s¨¢bado sin perder de vista la resoluci¨®n de unas primarias que ¨¦l mismo provoc¨® con su inesperada renuncia tras la debacle de las elecciones europeas. ¡°Sigue convencido de que hizo lo que crey¨® que ten¨ªa que hacer¡±, asegura uno de sus colaboradores para rebatir a quienes dentro y fuera de Euskadi critican, todav¨ªa hoy, su inesperada dimisi¨®n.
Patxi L¨®pez ¡°no es ambicioso en pol¨ªtica¡±, dicen quienes le han tratado durante a?os. ¡°Es l¨ªder a su pesar¡±, a?aden. Y recuerdan c¨®mo ¡°hubo que convencerle para que fuera el candidato tras la dimisi¨®n de Nicol¨¢s Redondo Terreros¡±. Entonces, un PSE-EE dividido trataba de recomponerse ideol¨®gicamente tras el fiasco que supuso aquel frente aguerrido junto al PP de Jaime Mayor Oreja.
¡°Sus amigos de verdad se pueden contar con los dedos de una mano¡±
En aquel congreso extraordinario de 2002 gan¨® por un estrecho margen con un proyecto calificado de ¡°progresista, autonomista y vasquista¡±. Sin embargo, ¡°no pas¨® factura a los derrotados ¡ªlos tambi¨¦n candidatos Carlos Totorica y Gemma Zabaleta¡ª ni a quienes les acompa?¨¢bamos¡±, dice uno de ellos, hasta el punto de que ¡°nos llam¨® luego para entrar en distintos puestos del Gobierno vasco¡±.
Frente a este perfil ¡°integrador y nada revanchista¡± hay quien recuerda de manera cr¨ªtica c¨®mo ¡°mir¨® para otro lado, aunque fuera por omisi¨®n¡± mientras se ¡°laminaba a gente en sitios de Bizkaia y en ?lava¡±. L¨®pez nunca ha querido problemas y cuando se han producido ¡°siempre sab¨ªa que ten¨ªa a gente dentro para solucionarlo¡±, asegura uno de los damnificados por discrepar del aparato. Incluso, hay quien establece un abierto paralelismo entre la aportaci¨®n que Rodolfo Ares ha brindado ¡°las 24 horas al d¨ªa en el partido y en el Gobierno vasco¡± a Patxi L¨®pez con el que Miguel ?ngel Morales ¡ªdotado de un perfil acu?ado en el aparato m¨¢s puro y ortodoxo de Gipuzkoa¡ª aportar¨¢ como futuro secretario de Organizaci¨®n a Idoia Mendia una vez que el congreso sancione este fin de semana la nueva ejecutiva socialista.
¡°Es un relativista absoluto¡± proclama a bote pronto un exparlamentario vasco de largo recorrido para describir la actitud ¡°relajada¡± de L¨®pez. ¡°No estalla, no se irrita, sabe distinguir el tiempo de la pol¨ªtica de sus espacios ¨ªntimos que dedica a cocinar o escuchar m¨²sica¡±, a?ade la misma fuente. ¡°Sabe sacar lo mejor de la gente porque no le gusta la imposici¨®n, deja libertad de acci¨®n¡±, aporta otro curtido dirigente vizca¨ªno. ¡°Cuando se hizo cargo del partido era un momento para irse al desastre y supo coser los desgarros con generosidad¡±, apunta un exalto cargo del Gobierno vasco.
¡°Le duele que el electorado no haya valorado su gesti¨®n en el Gobierno¡±
Entre sus hombres de confianza todav¨ªa se recuerda aquella tarde en un supermercado de Vitoria cuando una pareja discut¨ªa sobre la idoneidad de que el entonces lehendakari estuviera entonces haciendo la compra. ¡°Al final, la mujer le acab¨® diciendo a su pareja que ella lo ve¨ªa bien porque estaba haciendo algo como hace cualquier persona normal¡±.
L¨®pez, ¡°tremendamente t¨ªmido¡± antes de entablar cualquier relaci¨®n, mantiene ratos de diversi¨®n con su ¡°cuadrilla de siempre de Portugalete¡± en la que conviven ¡°amigos tan distintos como un comercial y un m¨¦dico¡± y, eso s¨ª, ¡°no hablan de pol¨ªtica¡±. Todos ellos siguen viendo al exlehendakari ¡°sin preocuparse por el dinero o la ropa¡±. Y junto a ¨¦l, siempre, su ¡°pasi¨®n¡±: Bego?a Gil, su mujer y a quien en el PSE-EE tambi¨¦n consideran ¡°su amiga y, sobre todo, su asesora¡±, la primera persona a quien consulta todo.
Sin abandonar el tabaco y asumiendo que el ¡°euskera es dif¨ªcil de aprender cuando no es lengua materna¡±, L¨®pez sigue dirigiendo su ¡°profundo cabreo¡± por las sucesivas ca¨ªdas electorales encajadas por el PSE-EE tras salir de un Gobierno vasco de cuya gesti¨®n se siente ¡°honrado¡±. Sigue pensando que el electorado ¡°no ha valorado las cosas tan buenas que se hicieron por la econom¨ªa, la sanidad o la educaci¨®n¡±, aunque se da por ¡°satisfecho¡± simplemente por haber vivido como lehendakari ¡°el alto el fuego de ETA¡±.
Ahora ya no mira hacia atr¨¢s. ¡°Aquella misma noche de las europeas pens¨® que su ciclo aqu¨ª hab¨ªa terminado y se puso a disposici¨®n del partido que es lo que m¨¢s le gusta¡±, rememora uno de sus colaboradores. Y el secretario general del PSOE con quien hoy compartir¨¢ escenario en Bilbao, le ha ofrecido ¡°el puesto que le apetece¡±, a?ade el mismo portavoz, aunque en su momento dentro del PSE-EE se suspir¨® por una mayor cuota de poder. ?T¨² te ir¨ªas al Senado a hacer carrera pol¨ªtica?, dice uno de estos socialistas esc¨¦pticos con la nueva responsabilidad de L¨®pez.
¡°Pedro S¨¢nchez le ha pedido conocer lo que piensan los distintos sectores de la sociedad y la vida interna del partido¡±. Para cumplir con esta misi¨®n ¡ª ¡°que le encanta¡±¡ª, L¨®pez se dispone a desplegar una intensa red de contactos por Espa?a y que empezar¨¢ a desarrollar cuando entregue el testigo a Mendia, a quien siempre ha escuchado. De momento, el pasado s¨¢bado present¨® su plan de trabajo ante el Comit¨¦ Federal, donde dispondr¨¢ de un equipo de colaboradores.
Para cumplir con el encargo de S¨¢nchez, L¨®pez fijar¨¢ su base de trabajo en Bilbao y pasar¨¢ ¡°algunos¡± d¨ªas a la semana en Madrid pero alej¨¢ndose de la nueva etapa del socialismo vasco, aunque ¡°siempre estar¨¢ a su disposici¨®n porque ha sido su vida¡±.
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