Castedo y Franco vs. Fabra y Puig
Quienes se extra?an de que Podemos sea la segunda fuerza pol¨ªtica en la Comunidad Valenciana no se enteran: se alimenta de los errores del PSOE y del descr¨¦dito del PP
De un tiempo a esta parte, populares y socialistas se afanan en predicar la conveniencia de una regeneraci¨®n democr¨¢tica que sirva, al menos en parte, como lenitivo al drama que sufren tras constatar que los ciudadanos, una y otra vez, les se?alan como el segundo de sus principales problemas tras el paro. Los esfuerzos ret¨®ricos de los portavoces de los cada vez menos mayoritarios partidos por convencer a la sociedad de que esta vez su prop¨®sito de enmienda va en serio tropiezan con el muro de la indiferencia y de la incredulidad. Como no puede ser de otra manera cuando los hechos no se acompasan a las palabras. El informe policial sobre el caso Rabassa ha vuelto a poner sobre el escenario un esc¨¢ndalo que, cuando se destap¨®, revel¨® la codicia, la mezquindad y la miseria en que se revuelcan con impudicia pol¨ªticos del PP, del PSOE y el padrino de Alicante, Enrique Ortiz. El caso Rabassa, una derivaci¨®n del caso Brugalno es un esc¨¢ndalo reciente. De hecho, se destap¨® en 2006. Algunos de los protagonistas estelares de entonces lo han seguido siendo durante estos ocho a?os en las instituciones p¨²blicas y en las organizaciones partidistas. ?Y qu¨¦ han hecho durante este largo periodo de tiempo los responsables de los partidos en los que militantes? ?Mirar a otro lado, disimular? No. Al contrario. Las c¨²pulas de sus respectivos partidos, con alguna notable excepci¨®n, les han venido protegiendo, cubri¨¦ndoles de elogios y utiliz¨¢ndolos descaradamente para resolver sus cuitas internas.
Cuando el pasado jueves los portavoces de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Alicante denunciaron la coalici¨®n de intereses de PPSOE en la aprobaci¨®n del plan de las lagunas de Rabassa, no hac¨ªan otra cosa que se?alar una obviedad. Ambos grupos municipales votaron a favor de la recalificaci¨®n de ese suelo para que la multinacional sueca del mueble Ikea se pudiera instalar all¨ª y Ortiz consiguiera uno de los mayores pelotazos urban¨ªsticos de su vida. Detr¨¢s, al lado o delante de aquellos concejales socialistas estaba ?ngel Franco. Durante estos ¨²ltimos ocho a?os no se entiende ni uno solo de los esc¨¢ndalos protagonizados por el PSPV en la ciudad de Alicante sin la figura de Franco. Su pen¨²ltima intervenci¨®n decisiva sirvi¨® para que Pedro S¨¢nchez venciera en las primarias de esa ciudad a Eduardo Madina y para que Ximo Puig se impusiera a Leire Paj¨ªn. Franco siempre ha sido un pe¨®n muy ¨²til para los intereses de la direcci¨®n del PSPV y una marioneta en manos de Ortiz. Franco ha resistido al paso de varios secretarios generales socialistas porque a todos ellos les ha interesado m¨¢s ganarse los votos de los militantes que el de los ciudadanos.
Los socialistas han tardado ocho a?os en librarse de un absceso que llevaba a?os supurando pus; pero el PP no tiene la menor intenci¨®n de prescindir del personaje principal de la trama junto al promotor Enrique Ortiz: la alcaldesa de Alicante. Sonia Castedo deber¨ªa estar fuera del Ayuntamiento desde hace mucho tiempo; pero su partido, al frente del cual se encuentra Alberto Fabra, no ha movido un dedo para prescindir de ella. Dicen los corifeos del president que el acta es personal y no se le puede retirar a nadie. Cierto, pero nada impide al PP abrirle un expediente de expulsi¨®n o presentar una moci¨®n de censura promovida desde el grupo popular y apoyada por las direcciones regional y provincial del partido. Mecanismos para remover a Castedo de su silla los hay sobrados. ?Pero se quiere hacer? ?En serio pretende Fabra hacer de la regeneraci¨®n democr¨¢tica el eje central de su discurso en el debate de pol¨ªtica general? Qu¨¦ paradoja.
Quienes se extra?an de que Podemos sea la segunda fuerza pol¨ªtica en la Comunidad Valenciana no se enteran. Podemos se alimenta de los errores del PSOE y del descr¨¦dito del PP.
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