Y tras cinco a?os renace Barcel¨®
El mercado m¨¢s clasico de Malasa?a abre hoy su pol¨¦mica nueva ubicaci¨®n
Rosa lleva 65 a?os visitando tres d¨ªas por semana el mercado de Barcelo. Con m¨¢s de ochenta a?os y tras casi toda una vida en la calle Fuencarral ¡ªque no le ha impedido conservar su acento de Huelva¡ª, ha vivido todos los cambios de la lonja en la que tradicionalmente han hecho la compra los vecinos de Malasa?a. ¡°Hace 60 a?os colocaban los puestos por la calle y ocupaban toda la Corredera¡±, rememora. Hoy pasea con sus hijas Pepa y Juani por la acera del nuevo mercado que abre hoy sus puertas. Aseguran que la gente del barrio va a apoyar a los comerciantes y seguir viniendo. Aunque los cinco a?os en unas dependencias provisionales les han hecho perder mucha clientela. ¡°Me he despedido llorando de muchos de los que han tenido que cerrar, despu¨¦s de toda una vida. Me daba mucha pena¡±, cuenta Rosa. El presidente de la asociaci¨®n de comerciantes, Israel Gonz¨¢lez, lo corrobora: ¡°muchos no han aguantado y han tenido que echar la persiana¡±.
¡°Si hemos resistido en el provisional, es precisamente para llegar a ver esto¡±, Seve D¨ªaz, 15 a?os de comerciante a sus espaldas, por fin se encuentra tras el mostrador de su puesto en el nuevo mercado Barcel¨®. Tres a?os despu¨¦s de la fecha prevista y con un sobrecoste presupuestario del 40%, la superficie abre a medio gas, porque algunos comerciantes finalizar¨¢n la mudanza a lo largo de esta semana. Del centenar de puestos, solo quedan unos pocos sin ocupar.
Me he despedido llorando de los que han cerrado¡±, dice una clienta
El proyecto, dise?ado por Nieto Sobejano, se inici¨® en 2009 con un presupuesto de 43 millones de euros, pero al final esta cantidad se ha incrementado hasta los 51, seg¨²n datos del Ayuntamiento. Forma parte de un centro polivalente que se completar¨¢ con una biblioteca y un polideportivo que tardar¨¢n en llegar.
Las instalaciones huelen a pintura, a cola y a ese polvillo que deja cualquier obra nueva y que ayer a¨²n cubr¨ªa el suelo. Muchos de los nuevos ocupantes programaban sus b¨¢sculas y colocaban su producto. Casi todos han tenido que gastar dinero de su bolsillo o arremangarse para adaptar el puesto a su actividad comercial. Aseguran que el mobiliario no era el adecuado porque nadie les consult¨®. Las cr¨ªticas de los tenderos son variadas y lo cierto es que muy pocos locales han pemanecido como fueron entregados. Han cambiado mostradores, focos y estanter¨ªas. Viti, 30 a?os vendiendo pescado, ha cambiado el mostrador y los focos. Los mismo que Modesto y Leonor, de la carnicer¨ªa Argensola: ¡°Esta no es la luz adecuada para un negocio de alimentaci¨®n¡±. O Charo Gallego de la peluquer¨ªa Top Color, que no cuenta con aire acondicionado, algo fundamental cuando todos los secadores est¨¦n en marcha: ¡°Les he dicho a los de la contrata que lo pagaba yo, pero me responden que ellos ya entregaron la obra. Ahora me tocar¨¢ hacer gestiones¡±.
Algunos fallos son visibles, como el ¡°falta instalar el desag¨¹e¡± escrito con rotulador en una de las puertas de los almacenes. Pero a pesar de todos los ajustes finales, los vendedores estaban ilusionados porque por fin han podido hacer la mudanza.
Muchos no han aguantado y han tenido que echar la persiana¡±
En esta nueva estructura se emprenden nuevas aventuras, pero otras han quedado truncadas. Con una veintena de apetecibles patas de jam¨®n colgadas en su puesto, Salva ultima la apertura de su negocio. ?l llega de Toledo. Comenta con sorna que por fin va a conocer Malasa?a de d¨ªa: ¡°Me gusta la idea del mercado, de la proximidad, algo que se est¨¢ perdiendo". Y entrega orgulloso una tarjeta de visita: puesto 328. En el otro extremo, ??igo de Pablo, propietario de La Tienda 56. ¡°Di la entrada para uno de los locales en abril, con la promesa de que estaba a punto de abrir y hace unas semanas abandon¨¦ la idea y puse la tienda en Aravaca¡±, apunta de Pablo. A este empresario la demora de la inauguraci¨®n le ha obligado a apa?arse con pop-up stores (espacios temporales en los que vender los productos). ¡°Estar¨ªa encantado en Barcel¨®, pero despu¨¦s de tantos retrasos...¡±.
Lo que s¨ª entusiasma a los comerciantes es abandonar los barracones en los que han permanecido todo el tiempo que han durado las obras, situados justo al lado del nuevo mercado. Una ubicaci¨®n inc¨®moda tanto para los tenderos como para los clientes. ¡°Cuando llov¨ªa era como hacer patinaje art¨ªstico¡±, asegura Pepa. Instalaciones en las que adem¨¢s los vendedores ten¨ªan que amontonarse por el poco espacio. Ahora esa estructura provisional, que perdur¨® en el tiempo m¨¢s de lo prometido, se ha vaciado y solo los m¨¢s rezagados conservan a¨²n all¨ª algunas existencias.
Los vendedores han pagado de su bolsillo los ¨²ltimos retoques a los puestos
Juan Antonio y Asunci¨®n, residentes en el bloque que se ubica frente al mercado, se han mantenido fieles al Barcel¨® y continuaron comprando incluso en la estructura provisional. Son pesimistas porque creen que todo este tiempo en los barracones han provocado que muchos vecinos abandonen la lonja.
A¨²n queda vac¨ªa y cerrada la tercera planta, propiedad del Ayuntamiento, en la que se supone que se ubicar¨¢n dependencias deportivas.
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