Las restricciones de agua, un cuarto de siglo despu¨¦s
El Pa¨ªs Vasco sufri¨® desde octubre de 1989 hasta febrero de 1991 una fuerte sequ¨ªa con graves problemas para la poblaci¨®n
Esta semana se cumplen 25 a?os de las restricciones de abastecimiento de agua que sufrieron Bilbao y Vitoria desde octubre de 1989 hasta febrero de 1991, por la importante sequ¨ªa que padeci¨® el Pa¨ªs Vasco durante meses.
Fue el 10 de octubre de 1989 cuando m¨¢s de un mill¨®n de personas se vieron afectadas por los cortes de agua en sus casas por la severa sequ¨ªa que ven¨ªa padeciendo el Pa¨ªs Vasco y que no se ve¨ªa en el horizonte que fuera a acabar.
La tradicional imagen de la Euskadi verde se quebr¨® temporalmente. Buena parte del suelo del embalse de Ullibarri, el m¨¢s importante para el abastecimiento de las dos capitales, se volvi¨® quebradizo, plagado de cientos de peces muertos y salpicado por ruinas de edificios anegados por las aguas cuando se construy¨® la infraestructura y de pecios de embarcaciones que vivieron mejores ¨¦pocas.
En octubre de hace 25 a?os saltaron todas las alarmas. El Gobierno vasco, el Ejecutivo espa?ol y las administraciones locales tuvieron que afrontar una situaci¨®n que no se hab¨ªa vivido desde hac¨ªa muchos a?os antes. De hecho, las anteriores restricciones que se recuerdan se remontan a 1964, hace ahora medio siglo.
Ahora, las medidas se podr¨ªan tomar con mucha m¨¢s antelaci¨®n dicen los t¨¦cnicos
Los primeros cortes de agua en octubre del 89 se limitaron a seis horas por la noche; fueron aumentando, primero a diez horas diarias y luego hasta las doce horas por jornada. La ¨²ltima medida fue adoptada en febrero de 1990, cuando las administraciones decidieron ampliar los cortes a todos los d¨ªas de la semana, ya que hasta entonces se hab¨ªan librado los fines de semana.
La situaci¨®n sigui¨® empeorando. Segu¨ªa sin llover, y el Gobierno vasco cre¨® una comisi¨®n interinstitucional que presidi¨® I?aki Azkuna. Y es que el Ejecutivo auton¨®mico lleg¨® a calificar la situaci¨®n en marzo de 1990 de "muy grave" a la vista del informe elaborado por la citada comisi¨®n que, seg¨²n el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Joseba Arregi, presentaba una situaci¨®n "descarnada".
Las administraciones se pudieron manos a la obra y, adem¨¢s de los cortes en el suministro y las restricciones del uso de agua para el riego o la limpieza de las ciudades, acometieron importantes obras en r¨ªos y acu¨ªferos subterr¨¢neos para captaciones en situaciones de emergencia.
El problema de muchas de ellas, en las que se llegaron a invertir 7.000 millones de las antiguas pesetas, unos 42 millones de euros, es que si no hab¨ªa agua, en esas captaciones tampoco se pod¨ªa encontrar.
Los gobiernos, los responsables del abastecimiento y los partidos pusieron en marcha tambi¨¦n la imaginaci¨®n para ver c¨®mo afrontar este problema ante la incertidumbre de cu¨¢nto durar¨ªa la sequ¨ªa.
Alg¨²n partido lleg¨® a hablar de un trasvase desde el r¨ªo Ebro y el Consorcio de Aguas del Gran Bilbao estudi¨® siete opciones diferentes para la construcci¨®n de embalses que garantizasen el suministro a Bizkaia y Alava hasta 2015, incluso en las peores condiciones meteorol¨®gicas.
Hubo situaciones especialmente graves, como la del municipio vizca¨ªno de Ermua donde sus 19.000 vecinos tuvieron que padecer periodos en los que solo ten¨ªan agua corriente durante seis horas diarias. El Ej¨¦rcito lleg¨® a utilizar camiones cisterna para rellenar los dep¨®sitos municipales.
Duraron 16 largos meses las restricciones en el abastecimiento de agua que se dieron por finalizadas el 1 de febrero de 1991, gracias a que con las lluvias ca¨ªdas en las semanas anteriores los embalses hab¨ªan sobrepasado la mitad de su capacidad total.
Los gerentes de Aguas Municipales de Vitoria (AMVISA) y del Consorcio de Aguas del Gran Bilbao, Angel Llamazares y Pedro Barreiro, respectivamente, coinciden en que una situaci¨®n de sequ¨ªa extrema como la que sufri¨® el Pa¨ªs Vasco hace un cuarto de siglo hoy no provocar¨ªa las mismas consecuencias.
Las predicciones meteorol¨®gicas ahora son mucho m¨¢s precisas y las medidas se podr¨ªan tomar con mucha m¨¢s antelaci¨®n. Adem¨¢s, el consumo ha descendido much¨ªsimo respecto de 1989 y, sobre todo, la p¨¦rdida de agua en las conducciones ha ca¨ªdo dr¨¢sticamente.
Hace 25 a?os se estima que el 40 % del agua que sal¨ªa de los embalses se perd¨ªa por fugas antes de llegar a hogares y empresas, y ahora ese porcentaje est¨¢ entre el 5 y el 10 %o, seg¨²n zonas.
Adem¨¢s, Llamazares y Barreiro coinciden en que el consumo ha bajado en algunos casos de manera espectacular, hasta cerca de un tercio, porque hay una mayor concienciaci¨®n ciudadana, porque los electrodom¨¦sticos actuales son mucho m¨¢s eficientes y porque, incluso tambi¨¦n en el agua, ha afectado la crisis, en el consumo de industrias y comercio.
Esa situaci¨®n de angustia y desconocimiento que en algunos casos llego a invadir los despachos de muchas instituciones ahora quiz¨¢s no se volver¨ªa a repetir en similares circunstancias.
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