Pintores locos por los detalles
'Hiperrealismo' re¨²ne obras de las tres generaciones de los artistas m¨¢s fieles a la realidad
Son pintores que empiezan la obra mirando a trav¨¦s del objetivo fotogr¨¢fico. Los hiperrealistas llevan m¨¢s de 50 a?os plasmando escenas cotidianas de la realidad que les rodea, de forma minuciosa, captando cada detalle con fotos que trasladan a los lienzos, en una fiebre de fidelidad a lo que perciben que consigue crear otra realidad, la que solo existe en sus cuadros. Obras de las tres generaciones de artistas del movimiento conforman la exposici¨®n Hiperrealismo 1967-2013, que este mi¨¦rcoles se abrir¨¢ al p¨²blico en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El movimiento hiperrealista surgi¨® como reacci¨®n de algunos artistas estadounidenses al ambiente art¨ªstico de la d¨¦cada de los 60 del siglo XX, dominado por el expresionismo abstracto y el empuje del arte pop. "Como los artistas pop tomaron elementos de la cultura popular, pero con la fotograf¨ªa como base de trabajo. La fotograf¨ªa es el hilo conductor en el desarrollo del movimiento hiperrealista", explica el comisario de la exposici¨®n Otto Letze, director para el Instituto para el Intercambio Cultural de Tubinga (Alemania).
Letze explica que a los hiperrealistas m¨¢s que la copia les interesa "el juego entre las expectativas y la percepci¨®n del observador". La visi¨®n de los cuadros confunde: parecen fotos, pero en la distancia corta se aprecia la pintura, en ocasiones la pincelada que reproduce cada detalle. "El cuadro parece reproducir la realidad, pero, de hecho, se crea en ¨¦l una nueva realidad gr¨¢fica, propia e inseparable del autor", dice.
El artista brit¨¢nico Ben Johnson, representante de la ¨²ltima generaci¨®n de hiperrealistas, presenta en la exposici¨®n un paisaje urbano de Londres, con Trafalgar Square en primer plano creado sobre la base de centenares de fotograf¨ªas tratadas con ordenador antes de llegar al lienzo con la participaci¨®n de varios ayudantes. "Empezaron utilizando fotos anal¨®gicas para separarse de la realidad, para interponer algo y manipular la realidad", ha explicado este martes al recordar la evoluci¨®n del movimiento. "Ahora el ordenador sirve para sumar la im¨¢genes y fundirlas. Las posibilidades son inmensas".
Hiperrealismo 1967-2013 se ha ordenado en tres bloques, que responden a las tres generaciones que han seguido el movimiento. Los pioneros del hiperrealismo est¨¢n representados en la exposici¨®n por 18 artistas que trabajaron en los a?os 60 y 70 del siglo XX. Las pinturas plasman el brillo de los escaparates, los autom¨®viles, las motos, los letreros de los cines y los rincones de los restaurantes de carretera y sus botes de ketchup. Son escenas banales de la vida norteamericana y la sociedad de consumo, pintadas por John Baeder o Tom Blackell.
El comisario se?ala que a la segunda generaci¨®n de hiperrealistas (1980-1990) ya no les atra¨ªa tanto plasmar los fen¨®menos de la realidad y se centraron en trasladar al lienzo las fotograf¨ªas "con el m¨¢ximo rigor en los detalles". El movimiento lleg¨® a artistas de otras partes del mundo, que consiguieron su internacionalizaci¨®n y la apertura a nuevos temas. Entre los nueve artistas seleccionados por Letze se encuentra el espa?ol Bernardo Torrens, que recupera el desnudo femenino.
El grupo que conforma la tercera generaci¨®n cuenta con siete artistas que se acercan tanto a los temas cl¨¢sicos, como el autom¨®vil, o a los retratos y paisajes urbanos con un perfeccionismo obsesivo. "Los fotorrealistas actuales trabajan con las c¨¢maras digitales m¨¢s modernas y consiguen llevar la pintura realista a una nueva dimensi¨®n, en la que el rigor en la? reproducci¨®n de los detalles, en particular, la nitidez de los contornos y la definici¨®n, convierte literalmente la obra en un objeto hiperreal", se?ala el comisario.
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