¡°El ¨¦xito justifica hoy cualquier degradaci¨®n moral¡±
Jorge Zepeda Patterson, ganador del 63? Premio Planeta, asegura que la informaci¨®n comprometida queda en la periferia del periodismo
¡°En el por qu¨¦ uno se corrompe intervienen tambi¨¦n resortes emocionales, psicol¨®gicos, valores ¨¦ticos que caen¡ Son asuntos casi de div¨¢n, motivaciones opacas, y a eso el periodismo no llega, se necesitan herramientas de la ficci¨®n para dar las claves¡±, defiende Jorge Zepeda Patterson (Mazatl¨¢n, 1952), antes de agarrar el frasco del colirio y los dos m¨®viles que alternativamente, sin cesar, han sonado para entrevistarle desde M¨¦xico. Son apenas horas despu¨¦s de obtener el 63? Premio Planeta (601.000 euros) por su segunda novela (¡°un salto cu¨¢ntico¡±), Milena o el f¨¦mur m¨¢s bello del mundo, que el 4 de noviembre y por vez primera en este galard¨®n aparecer¨¢ al un¨ªsono en Espa?a y M¨¦xico: 210.000 ejemplares.
Por eso la historia de una bella joven croata (¡°la belleza es su tragedia¡±) atrapada en una red de prostituci¨®n de ¡°gama plat¨ªnum¡± es un escenario perfecto para el periodista y colaborador de este diario para poner al descubierto las v¨ªsceras putrefactas del poder. ¡°Siempre hay certezas que como periodista no puedes documentar¡±, defiende. Y todo ello en un contexto de autocensura hoy, muy visible. ¡°En Espa?a y en M¨¦xico es alta, hay mucha conveniencia y c¨¢lculo por temor a represiones pol¨ªticas o econ¨®micas¡±. El resultado es el ¡°evidente retroceso¡± del periodismo de denuncia, fruto de la ¡°institucionalizaci¨®n inevitable de los grandes medios por ese falso sentido de responsabilidad institucional que les invade¡±. La informaci¨®n comprometida queda en ¡°publicaciones alternativas, en la periferia del periodismo¡±.
¡°Roa Bastos, Gabo y Asturias ya miraron tras las bambalinas del poder¡±
Pone sobre la mesa Zepeda, con su notable capacidad para la met¨¢fora, los nombres de Roa Bastos, Garc¨ªa M¨¢rquez y Asturias para demostrar que ¡°hay una tradici¨®n literaria de mirar al poder desde la novela, de entenderlo tras las bambalinas y m¨¢s all¨¢ de las figuras de bronce¡±, a las que a?ade las obras m¨¢s apegadas al suelo real y cotidiano, en M¨¦xico, de Mart¨ªn Luis Guzm¨¢n, Luis Spota o H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn.
De la lectura de Roberto Saviano o de su propia primera novela, Los corruptores, puede desprenderse que nunca hab¨ªan coincidido tanto los intereses de las mafias con los de las ¨¦lites de poder: ¡°los grandes empresarios son tambi¨¦n los grandes evasores, por lo que requieren de operadores financieros para disminuir la presi¨®n fiscal y ah¨ª entran igual pol¨ªticos que narcotraficantes, que futbolistas¡±. ?Y puede que act¨²en con mayor desfachatez? ¡°Sin duda: es la extensi¨®n del ¨¦xito como ¨²nico criterio de valor social; el ¨¦xito justifica hoy cualquier degradaci¨®n moral¡±.
¡°De las agresiones a periodistas, la mitad? son de tipo? pol¨ªtico, no de narcos¡±
En Milena o el f¨¦mur m¨¢s bello del mundo hay conexiones mafiosas entre Espa?a y M¨¦xico que Zepeda ratifica en la vida real. ¡°Est¨¢ documentado el uso de Espa?a por los c¨¢rteles para entrar en Europa, igual que la colonizaci¨®n de la Riviera Maya por el sector hotelero espa?ol ha servido para lavar dinero y comprado voluntades¡±.
En realidad, la novela es una continuaci¨®n de Los corruptores, donde quien investiga son cuatro excompa?eros de clase ahora en profesiones notables. Investiga la sociedad civil y no un detective. ¡°Ser¨ªa poco veros¨ªmil en M¨¦xico creer en un polic¨ªa honesto; el t¨ªpico detective de novela negra occidental no sirve¡±. Dif¨ªcil vivir as¨ª, ?no? ¡°La desesperanza impera en M¨¦xico, la corrupci¨®n es una forma cultural de estar, hay cierto fatalismo, pero el pa¨ªs se reinventa¡±. Y eso que las bandas ya controlan hasta el poder local. ¡°Ah¨ª hay corrupci¨®n, pero tambi¨¦n gente que resiste, grandes esperanzas; en las altas cumbres del poder eso ya es imposible: se sabe que la selecci¨®n natural implica que quien lleg¨® alto es que trans¨® (cedi¨®)¡±.
Desde 2003 han sido asesinados en M¨¦xico m¨¢s de 80 periodistas y 17 han desaparecido. Zepeda conoce las cifras: ¡°El drama es que empez¨® con las amenazas narcos pero ahora bajo esa coartada act¨²an tambi¨¦n los caciques pol¨ªticos; hoy la mitad de las agresiones a periodistas son de tipo pol¨ªtico¡±.
Y salta, cansado quiz¨¢ de tanta zona oscura (¡°escribir ha sido un refugio¡±) a hablar de literatura norteamericana, su preferida: Roth, Auster y un Carver que ¡°en tres trazos no explica, describe¡±. Como ¨¦l.
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