Los profes no deber¨ªan abrazar a sus alumnos
Josep Maria Mir¨® plantea un debate sobre la frontera entre el trato afectuoso y el abuso
Dos versiones de un suceso, anodino en apariencia, que se va agrandando: Rub¨¦n, profesor de nataci¨®n de un grupo de peques, le ha dado un achuch¨®n a Alex, el m¨¢s miedoso de ellos, para tranquilizarlo, pero una ni?a le ha ido a su padre con el cuento de que lo bes¨® en los labios. Josep Maria Mir¨®, autor de El principio de Arqu¨ªmedes, plantea un debate muy de nuestros d¨ªas sobre la frontera que separa el trato afectuoso y el abuso en las profesiones donde hay contacto f¨ªsico con el cliente, y sobre si la percepci¨®n de los hechos depende del punto de vista moral del observador.
Tanto o m¨¢s que lo que el autor y director catal¨¢n saca a debate, interesa lo ¨¢gil de su narrativa y el empaque formal de su puesta en escena. Mir¨® respeta las tres unidades (no se aleja un instante del tema y la acci¨®n transcurre en tiempo real, en el vestuario de una piscina), pero somete la unidad de tiempo a una serie de briosos saltos de caballo, de modo que la primera escena cronol¨®gicamente hablando aparece en sexto o s¨¦ptimo lugar, y as¨ª todas, como si hubieran sido barajadas a conciencia despu¨¦s de escritas. Para que el p¨²blico no pierda el hilo temporal, cada escena empieza un poquito antes de donde termin¨® la antecedente (con independencia de su emplazamiento en la obra), de modo que, al reconocer los di¨¢logos, el espectador la sit¨²e y complete el puzzle de lo sucedido.
El giro de 180 grados del punto de vista del p¨²blico (conseguido gracias a la simetr¨ªa del sugestivo espacio esc¨¦nico de Enric Planas y a que Mir¨® coloca a sus personajes, tras breves oscuros, en el ¨¢ngulo opuesto al que estaban en la escena anterior y mirando en sentido contrario), situado en gradas enfrentadas, representa simb¨®licamente el antagonismo entre un modelo educativo y conductual humanista y ese Gran Hermano que, so pretexto de velar por sus peque?ines, los pastorea, los geolocaliza, chequea sus comunicaciones y los esteriliza emocionalmente.
Dentro de un reparto de nivel (Ana Roser Batalla, Albert Ausell¨¦ y Santi Ricart), destaca la perfecta regulaci¨®n que de la temperatura dram¨¢tica del profesor protagonista hace Rub¨¦n de Egu¨ªa. Esa escena ¨²ltima donde los acontecimientos se precipitan melodram¨¢ticamente es lo menos satisfactorio de un espect¨¢culo bien calibrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.