La noche m¨¢s larga de Vandell¨°s
Hoy se cumplen 25 a?os del peor accidente en una central nuclear espa?ola Los ecologistas denuncian el peligro que supone el reactor, en estado latente
La noche del 19 de octubre de 1989 en la sala de control de la central nuclear de Vandell¨°s 1 empezaron a sonar las alarmas. La primera anunciaba la alta vibraci¨®n de uno de los ejes de las turbinas de los generadores. Las alertas iban sucedi¨¦ndose en cadena cuando de pronto los trabajadores escucharon explosiones. Se hab¨ªa desencadenado un incendio en el generador debido a un fallo mec¨¢nico, seg¨²n un informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Esos fallos desembocaron en el peor accidente ocurrido en una central nuclear espa?ola, del que hoy se cumplen 25 a?os.
Las llamas se propagaron a una gran velocidad causando da?os severos en los sistemas de la refrigeraci¨®n del reactor y el fuego era visible a kil¨®metros de distancia. No se hab¨ªan llevado a cabo mejoras solicitadas por el CSN. Luego lleg¨® lo m¨¢s grave al inundarse de agua la parte baja del reactor. La noche en Vandell¨°s 1, en funcionamiento desde 1972, solo acababa de empezar cuando llegaron los bomberos. ¡°Los t¨¦cnicos huyeron de las dependencias afectadas y nos quedamos solos; algunos t¨¦cnicos tomaban muestras de agua y otros llamaban a Francia, mientras se o¨ªan gritos de ¡®?se va el reactor, se va el reactor!¡±, explic¨® horas m¨¢s tarde Josep Pino, entonces jefe del parque de bomberos de Amposta, quien a?adi¨® que se encontraron de repente apagando el incendio asesoramiento t¨¦cnico.
¡®?Se va el reactor!, ?se va el reactor!¡±, se o¨ªa gritar tras las explosiones
¡°De camino escuchaba que si se quema el alternador, si no se sabe si afecta al reactor... Eso lo ¨²nico que hizo fue generarte m¨¢s inquietud. Cuando llegu¨¦ la barrera de acceso estaba levantada y la gente saliendo, porque en cualquier emergencia al principio deben evacuarse los no imprescindibles. Pero claro, eso entonces no lo sab¨ªa¡±, recuerda F¨¨lix Gonz¨¢lez, jefe de la regi¨®n de Emergencias de las Tierras del Ebro, que por aquel entonces dirig¨ªa el parque de bomberos de Reus.
Enseguida llamaron a los empleados que estaban de ret¨¦n, como Carlos Arriola, que trabajaba en el mantenimiento mec¨¢nico de la instalaci¨®n. ¡°Hab¨ªa mucho humo, lo prioritario era achicar el agua. Fui uno de los primeros en bajar a la cava de reactor. No hab¨ªa casi iluminaci¨®n, ruido de alarmas, bidones flotando, un metro y medio de agua¡¡±, relata. ¡°Un bombero no paraba de decirme: ?Pero aqu¨ª estamos seguros?. El agua nos llegaba hasta el cuello y no sab¨ªamos si estaba contaminada, hasta que la prob¨¦ y por suerte era salada¡±, a?ade Arriola, quien recuerda que la mayor¨ªa de los trabajadores acudieron a echar una mano para atajar los problemas. ¡°?ramos los ¨²nicos que conoc¨ªamos la central y pod¨ªamos solucionarlo¡±, agrega.
El incendio se produjo a las 21.39, pero el titular de la central, Hispano Francesa de Energ¨ªa Nuclear SA (Hifrensa), hasta las 22.11 no avis¨® al CSN ¡ªque se ha negado a responder a este diario¡ª, que despu¨¦s critic¨® la falta de informaci¨®n. En un primer momento tampoco se advirti¨® a la poblaci¨®n.
El accidente fue clasificado de nivel 3 en la escala INES, que corresponde a un ¡°incidente importante¡±, por lo que no provoc¨® emisi¨®n de radioactividad al exterior. Mientras la situaci¨®n se estabilizaba en Vandell¨°s 1, en el exterior proliferaban las concentraciones que exig¨ªan el cierre de la central, como la que reuni¨® a 40.000 personas en Barcelona un mes despu¨¦s. ¡°No ten¨ªamos miedo de la central. Eran puestos de trabajo, yo ten¨ªa un camping al lado¡±, explica el entonces alcalde, Carles Barcel¨® (CiU). Los ayuntamientos ingresan cuantiosos beneficios por albergar estas plantas.
Hasta al cabo de media hora no se avis¨® al Consejo de Seguridad Nuclear
El cierre de la instalaci¨®n, decretado meses despu¨¦s, fue una decisi¨®n pol¨ªtica, asegura Javier Dies, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Nuclear de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC). ¡°Podr¨ªan arreglado la turbina y continuar. No hubo ning¨²n impacto para el medio ambiente ni la seguridad de las personas¡±, sostiene. Los 300 trabajadores fueron recolocados a Vandell¨°s II y Asc¨®, o se acogieron a bajas incentivadas. Por el accidente fueron imputados cinco cargos de Hifrensa ¡ªcomo el director de la planta, Carlos Fern¨¢ndez Palomero¡ª, que fueron absueltos.
El Gobierno estim¨® en 40.000 millones de pesetas (240 millones de euros) el desmantelamiento. Lo m¨¢s importante fue que todos los que participaron en la noche m¨¢s larga de Vandell¨°s 1 aprendieron la lecci¨®n. Se realizaron jornadas de formaci¨®n en centrales extranjeras y el 85% de la brigada de emergencias de Tarragona ha hecho pr¨¢cticas. Falta la aprobaci¨®n de un plan de coordinaci¨®n entre las centrales y la Generalitat, explica Gonz¨¢lez.
Despu¨¦s de una primera fase de desmantelamiento de la central, hoy el reactor, est¨¢ latente, afirma Alejandro Rodr¨ªguez, director de operaciones de Enresa, empresa p¨²blica encargada de la gesti¨®n de los residuos radioactivos. "Se deja sin desmantelar la estructura del reactor hasta el 2029 para que sea menos radioactivo, haya un menor coste para la salud de los trabajadores y menos coste econ¨®mico¡±, afirma. A pesar de ello, las entidades ecologistas denuncian el peligro que sigue entra?ando la instalaci¨®n y siguen con las movilizaciones.
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