¡°F¨ªjate si era ruina que sigue en pie¡±
Hijos de los vecinos desahuciados en 2010 de un edificio singular en el centro hist¨®rico de Valencia denuncian que sigue vac¨ªo y sin rehabilitar
"F¨ªjate si era ruina que sigue en pie¡±, exclama Marisol V¨¢zquez ante el n¨²mero uno de la plaza de Beneyto y Coll, en pleno casco hist¨®rico de Valencia. Los recuerdos de cuatro a?os y medio atr¨¢s todav¨ªa le provocan amargura e impotencia. En este inmueble progegido ¡ªdata del siglo XVIII¡ª vivi¨® durante m¨¢s de 50 a?os su familia con un alquiler de renta antigua. Llegaron los a?os de la fiebre inmobiliaria y la propiedad cambio varios veces de manos y con ello el desasosiego de los vecinos. Era, lo que se conoce en el argot de la especulaci¨®n como un edificio con bicho o gusano, es decir, con inquilinos.
La inmobiliaria Urbyagri inici¨® al final un procedimiento de ruina legal, en el que se conjuraron la ley de propiedad horizontal, los informes de parte y la declaraci¨®n de ruina del Ayuntamiento a petici¨®n de la inmobiliaria, que iba a rehabilitar el inmueble. Los vecinos fueron al juzgado pero al final un juez dict¨® el desahucio, sin derecho a realojo ni indemnizaci¨®n. Solo qued¨® en el aire la posibilidad de que cuando se rehabilitase el edificio se intentar¨ªa un arreglo que nunca lleg¨®.
Cuatro a?os y medio despu¨¦s del desalojo de los vecinos ¡ª retransmitido pr¨¢cticamente en directo por los medios de comunicaci¨®n¡ª, los hijos de los desahuciados ¡ªla mayor¨ªa, fallecidos¡ª explican que el edificio sigue vac¨ªo y sin rehabilitar desde el desalojo en marzo de 2010. ¡°Vinieron los bomberos y la polic¨ªa y sacaron a los vecinos a la calle. Nos dijeron que hab¨ªa problemas con una viga de la finca y se apuntal¨® el bajo pero no era una casa en ruina¡±, recuerda Marisol al lado del edificio donde se cri¨®. Su hermano Blas a?ade que la ley permite declarar en ruina legal un edificio cuando la reparaci¨®n supera el 50% del valor de construcci¨®n del inmueble. ¡°Es un timo. Ellos se fijaron en el valor catastral del edificio y la reforma se calcul¨® a precio de mercado¡±, sostiene Blas. Si solo se hubiera dictado una orden de ejecuci¨®n del da?o, solo se hubiera obligado a reparar los da?os, la ley no hubiera amparado el desahucio pues los inquilinos conservan los derechos adquiridos.
Fueron al Ayuntamiento para protestar y evitar en lo posible el desalojo y se fueron con las manos vac¨ªas. La madre de Marisol y Blas gast¨® hasta 3.000 euros en litigios judiciales pero era pensionista y dependiente y no pudo estirar mucho m¨¢s la situaci¨®n. Adem¨¢s su marido hab¨ªa muerto ocho o nueve meses despu¨¦s del desahucio.
A su lado, Jos¨¦, descendiente de otra de las inquilinas del n¨²mero uno, tambi¨¦n viv¨ªa en este edificio con su madre. Cuando todo acab¨® busc¨® un alquiler y ahora vive a pocos minutos de Beneyto y Coll. ¡°Lo que m¨¢s me duele es que encima no han tocado el edificio, no han hecho nada¡±. Los vecinos de otros edificios contiguos explican que la casa ha sido ocupada y se han tapiado m¨¢s de una vez puertas y ventanas para evitar nuevas ocupaciones.
Vicent Sarri¨¢, concejal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, pone este caso como ejemplo de acoso inmobiliario. ¡°Se trata de un fen¨®meno que aumenta cada a?o y afecta de manera especial a inquilinos mayores que viven en inmuebles de renta antigua¡±.
Despu¨¦s de todo este tiempo, el edificio pas¨® a manos de una entidad financiera, a la que el Consistorio ha impuesto una primera multa de 21.817 euros ¡ªse pueden imponer hasta una decena de sanciones de este tipo¡ª. ¡°las multas coercitivas son un puro tr¨¢mite administrativo que no tiene resultados pr¨¢cticos, ya que nadie las paga y no sirven para restablecer la legalidad urban¨ªstica ni la rehabilitaci¨®n del edificio. Sarri¨¤ ha solicitado al equipo de gobierno la expropiaci¨®n del inmueble ¡°dado el incumplimiento de los deberes urban¨ªsticos de la propiedad¡±. Tambi¨¦n pide una sanci¨®n ejemplar para la entidad financiera y que la sociedad municipal de urbanismo, Aumsa, restaure el inmueble.
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