La cocina reivindica su vertiente m¨¢s art¨ªstica en el Artium
18 cocineros se inspiran en seis obras del museo para crear pinchos
Artium se ha convertido en un verdadero "imperio de los sentidos", donde la cocina reivindica su vertiente m¨¢s art¨ªstica. Hasta el pr¨®ximo domingo, las paredes del Artium acogen a unos invitados de excepci¨®n: un total de 18 cocineros, alguno de ellos con estrellas Michelin y soles Repsol. Su funci¨®n es interpretar seis obras de arte del museo y crear los pinchos que les sugieren esas creaciones, una actividad promovida por el bar-restaurante PerretxiCo con motivo de la capitalidad gastron¨®mica de Vitoria.
Eduardo Chillida, Aldo Iacobelli, Luis Feito e I?aki Cerrajer¨ªa, son algunos de los autores de las obras elegidas por Artium y que han sido adjudicadas por sorteo a los cocineros. Cada obra es interpretada por tres cocineros, con sus impresiones y destrezas personales.
?La cocina es arte?. ?sa es la gran pregunta que hoy invade el Artium. Patxi Eceiza, del restaurante Zaldiaran, con estrella Michelin, ha explicado que desde hace mucho tiempo la gente se pregunta "hasta qu¨¦ punto puede ser arte un plato".
Eceiza ha comentado que estos d¨ªas un grupo de cocineros selectos est¨¢n intentando hacer "arte visual" con sus materiales de trabajo diarios. "El arte tiene que empezar desde la receta; cuando es perfecta y est¨¢ consolidada, eso ya es arte. Luego viene plasmarlo, porque muchas veces el plato lo comemos principalmente con la vista", ha recalcado.
En el caso gastron¨®mico, este arte tiene la ventaja de que, a diferencia de los seguidores de la pintura o la escultura, se implican otros sentidos, adem¨¢s de la vista, el gusto y el olfato, al menos.
A I?aki Moya, chef del restaurante Ikea de Vitoria, le ha "tocado en liza" la obra Serie pac¨ªfica en busca del continente m¨¢s tranquilo del planeta, del italiano Aldo Iacobelli, un lienzo colorista que simula unas casas sobre peque?as porciones de tierra pendidas en el aire.
El arte tiene que empezar desde la receta",? dice Patxi Eceiza
Moya lo tuvo claro desde el primer momento, porque al ver el cuadro le vino a la cabeza un plato que acababa de poner en la carta de su casa. Colores, im¨¢genes y contrastes que traslad¨® a un corte de bacalao con pil pil de vainilla, con el que simula los cortes de helados de toda la vida con barquillos, que en este caso se convierten en un pan italiano.
Patata y remolacha alavesa forman el soporte de la casa en la que Iacobelli asent¨® sus viviendas "voladoras" hacia la tranquilidad. Josean Merino, jefe de cocina de PerretxiCo de Vitoria, ha tenido que llevar a la mesa una fotograf¨ªa Xo¨¢n Anleo, un bodeg¨®n de unas flores? amarillas que empiezan a marchitarse sobre un fondo negro. Merino tambi¨¦n lo tuvo claro para "reflejar la obra lo m¨¢s fielmente posible", esa imagen "minimalista". Ha presentado un turr¨®n de foie con un poco de curry, como base,unos trocitos de pan y un yogur colado, s¨¦samo negro y unos p¨¦talos de cal¨¦ndula que simulan la flor.
A otros cocineros les ha tocado convertir la escultura Besarkada, de Eduardo Chillida,? en un pan brioche al vapor, con panceta thai y pepino, como ha hecho Juan Carlos Ferrando de Viura, o en chipir¨®n encebollado sobre pan crujiente y seta trompeta de la muerte, de Ignacio Echapresto, de la Venta Moncalvillo de Daroca de Rioja.
All¨ª donde Aizpea Oihaneder, del donostiarra Xarma, ve en la pintura Biol¨®gic o de I?aki Cerrajer¨ªa un plato de camar¨®n sobre arena de mar y bomb¨®n l¨ªquido de salmorejo, Francisco Javier Alonso, del Silken de Bilbao, imagina una gominola de berberecho con sopa de tomate y jengibre.
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