Un yo me lo guiso y yo me lo como
Los juegos de astucia de Mas comienzan a dar verg¨¹enza ajena. Y las exigencias a gritos de Forcadell, no sonrojan menos
A las pocas horas de anular (por impugnaci¨®n del Gobierno central y posterior suspensi¨®n del Tribunal Constitucional) Artur Mas su convocatoria de consulta no refrendaria del 9-N, Mariano Rajoy se apresur¨® a compartir su alivio con la prensa. Mas se apresur¨® a interpretar ese relax como un canto de victoria. Ah¨ª demostr¨® el president falta de cintura y le amarg¨® la alegr¨ªa a su colega amenaz¨¢ndolo con otra de sus demostraciones de astucia. El presidente espa?ol le ofreci¨® di¨¢logo. Me pareci¨® que el ofrecimiento era sincero, aunque faltaba corroborar si las cuestiones que le present¨® en su documento Artur Mas en julio se estaban estudiando en Madrid. Lo que me sorprendi¨® es que quien parec¨ªa que hab¨ªa olvidado su visita a la Moncloa, con todas las expectativas que ello despert¨® en los medios y en la opini¨®n p¨²blica, y su pliego de reivindicaciones es el propio Mas. ?Qu¨¦ hab¨ªa ocurrido?
Mas opt¨® por hacer o¨ªdos sordos a los insistentes ruegos de di¨¢logo que le ofrec¨ªa Rajoy y se sac¨® de la manga un sustituto de consulta al que se podr¨ªa calificar como lo m¨¢s parecido al ¡°yo me lo guiso y yo me lo como¡±. No hab¨ªa que esperar otra cosa de los partidos firmantes de la convocatoria de consulta, con las pegas correspondientes no del todo claras de Iniciativa per Catalunya. Y mucho menos de las asociaciones que dan apoyo log¨ªstico a todo lo que solo sea obtener la independencia dentro de una hora. Siempre pareci¨® que Artur Mas estaba esperando como agua de mayo a que desde Madrid se moviera ficha. Yo le escuch¨¦ decir al se?or Rajoy, al d¨ªa siguiente de la anulaci¨®n de la consulta: ¡°Estoy dispuesto a hablar de todo¡±. Y me sorprendi¨® no escuchar, porque no la enunci¨®, la archisabida coletilla ¡°pero dentro de la Constituci¨®n¡±. En esta misma l¨ªnea de apelaci¨®n al di¨¢logo se escuch¨® al presidente de la C¨¢mara baja este lunes pasado abogar por tender puentes lo m¨¢s antes posible, hacer encajar de una vez por todas a Catalu?a dentro de Espa?a y si hay que hacer reformas que sean las que hagan falta. As¨ª se pronunci¨® el se?or Jes¨²s Posada.
Artur Mas dise?a su singular men¨² y acto seguido propone unas elecciones plebiscitarias. Con una lista ¨²nica (independentista) y a ser posible (sin decirlo) ¨¦l como candidato
Pero Artur Mas ya tiene decidido su hoja de ruta. Dise?a su singular men¨² y acto seguido propone unas elecciones plebiscitarias. Con una lista ¨²nica (independentista) y a ser posible (sin decirlo) ¨¦l como candidato. (La ANC ya ha sugerido la posibilidad de gestarse como partido pol¨ªtico, y yo no me imagino otra que Carme Forcadell como su candidata). El paisaje que se avizora es como m¨¢s de lo mismo. Otro domingo guay.
Pero todo no siempre cuadra como uno lo piensa. Artur Mas ya empieza a rogar que los dioses le sean propicios, es decir, a desear que a la planificada merienda asistan unos dos millones de s¨ªs¨ªs, adem¨¢s de intuir, con ins¨®lita facultad visionaria, que solo van a ir a votar los independentistas. Si guisas para ti solo, no pretendas que los no convidados se presenten.
Lo que est¨¢ claro es que los juegos de astucia de Artur Mas comienzan a dar verg¨¹enza ajena. Y las exigencias a grito pelado de Carme Forcadell, no sonrojan menos. Lo que pod¨ªa haber sido un tira y afloja constructivo entre Catalu?a y Espa?a, un debate largo pero esperanzador, en el cual no faltan cada d¨ªa m¨¢s voces a un lado y otro del Ebro para arrimar el hombro y construir un verdadero Estado federal, incluso un federalismo asim¨¦trico, se va convirtiendo cada d¨ªa m¨¢s en un enredo absurdo y agotador.
Convertir a marcha forzada el 2014 como el a?o m¨¢gico de Catalu?a, otro error may¨²sculo. Olvidarse de los presupuestos del 2015 (para qu¨¦ puede servir semejante bagatela, si el 2015 se declarar¨¢ la independencia) y no sondear socios posibles para hacer realidad n¨²meros urgentes para paliar la pobreza ascendente que se ceba en la poblaci¨®n m¨¢s indefensa, es tambi¨¦n otro error, adem¨¢s de una indignidad.
Estamos al borde de que tambi¨¦n el renovado 9-N sea impugnado. Rajoy permite que Mas siga equivoc¨¢ndose. A veces lo interrumpe con alguna apelaci¨®n al di¨¢logo, que repito, me creo. Y tambi¨¦n deber¨ªa cre¨¦rselo Mas. Pero nuestro presidente sigue erre que erre tratando de hacer encaje de bolillos entre el monocorde discurso de Forcadell y Oriol Junqueras, y su propio instinto de supervivencia pol¨ªtica.
En este estado de cosas, no vendr¨ªa mal, tal vez, hacer como se suele proceder cuando nuestro ordenador decide pasar de nosotros: desenchufas y empiezas de nuevo. No me parece desacertada la propuesta de Miquel Iceta: convocar elecciones ordinarias con la inclusi¨®n de la independencia en los programas de los partidos pol¨ªticos que la quieran. (Lo que s¨ª me pareci¨® muy desacertado fue comparar el terror¨ªfico plebiscito del 19 de agosto de 1934 convocado por Hitler para respaldar su pol¨ªtica, entre ella la antisemita, con el que blande Mas).
?Y si nuestro presidente esperara la respuesta que Rajoy se comprometi¨® a darle antes del 2015? Si no me equivoco, uno de esos 23 puntos ya se acord¨®: la conexi¨®n entre la T-1 y el centro de Barcelona mediante un tren lanzadera.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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