?Por qu¨¦ vienen a Madrid?
Estrenar en la capital es, para las compa?¨ªas teatrales de fuera, una cat¨¢strofe econ¨®mica
¡°Vienes a Madrid en unas condiciones que, bueno, te puedes imaginar¡ Pero apuestas. Que por nosotros no quede. Aunque tampoco podemos apostar siempre, porque los recursos se acaban¡±. Habla el dramaturgo y actor Juli Disla, el ce?o fruncido bajo el sol del patio de la sala Mirador. Junto a ¨¦l, Jaume P¨¦rez, director. Este no es el h¨¢bitat natural de los creadores de La gente, obra finalista en los ¨²ltimos Premios Max en la categor¨ªa de autor¨ªa revelaci¨®n. La pareja creativa ha abandonado Valencia, su centro de operaciones, junto a sus seis actores durante unos d¨ªas para venderse en Madrid. La capital es una plaza disputada, dif¨ªcil de ganar. El sacrificio para llegar hasta aqu¨ª es grande, y el riesgo de fracasar es alto. ?Por qu¨¦ las compa?¨ªas de otras comunidades se empe?an, entonces, en plantar su pica junto al madro?o? El premio es jugoso, nada desde?able en tiempos de crisis: m¨¢s p¨²blico, m¨¢s funciones, m¨¢s visibilidad.
La cantidad de personas dispuestas a pagar una entrada, en otras comunidades (excluyendo Catalu?a), es relativamente escasa. Mientras en Madrid acudieron al teatro m¨¢s de 3,5 millones de espectadores en 2012 seg¨²n la SGAE, un 31% del total, en la Comunidad Valenciana lo hicieron 1,1 millones. Para un espect¨¢culo como La gente, una reflexi¨®n sobre las din¨¢micas asamblearias y la posibilidad de una democracia directa, esto es vital. ¡°La obra pertenece a unos circuitos concretos que se agotan en las ciudades de origen¡±, explica Disla. Estos ¡°espect¨¢culos minoritarios¡± siguen si¨¦ndolo, aclara, en la capital. Pero ah¨ª el n¨²mero juega a su favor: ¡°Aqu¨ª, esta minor¨ªa es suficientemente amplia como para mantenerse¡±. El resultado es que en un mismo fin de semana (el del 24 al 27 de septiembre) coincid¨ªan en la cartelera tres compa?¨ªas levantinas (Bambalina, Los que quedan y P¨¦rez&Disla) en tres escenarios distintos de Madrid.
Pero recorrer los 360 kil¨®metros que separan la ciudad mediterr¨¢nea de la Puerta del Sol no es sencillo, ni siquiera cuando una pieza ha sido destacada entre lo mejor del panorama teatral espa?ol de 2013, como tambi¨¦n ha comprobado TeatrodeCERCA con Que vaya bonito, finalistas en los Max en la categor¨ªa de espect¨¢culo revelaci¨®n que ahora para en el Teatro Lara. Ambos equipos aseguran que la candidatura no ha hecho que suenen los tel¨¦fonos. Si P¨¦rez y Disla han vuelto a pisar Madrid es porque ya lo hicieron en junio, en la sala Cuarta Pared. ¡°Cuando la gente ve el espect¨¢culo, es m¨¢s f¨¢cil que te lo compre¡ Que nos dieran un hueco sin conocernos fue una apuesta de la sala, y estamos muy agradecidos¡±, recuerda Disla.
No basta con conseguir sala: tambi¨¦n hace falta dinero. En el caso de La gente, la compa?¨ªa ha recibido este a?o por primera vez las ayudas a giras otorgadas por el Ministerio de Cultura. Las subvenciones, que se han reducido en un mill¨®n de euros desde el a?o pasado (de 7,3 a 6,3 millones de euros), aportan entre 3.800 y 30.000 euros a casi 200 compa?¨ªas en todo el territorio espa?ol. A los valencianos les han concedido 10.000 euros para sufragar una gira presupuestada en 25.000, que son los costes de trasladar a ocho personas desde la ciudad de origen a C¨¢diz, Madrid y Legan¨¦s (las actuaciones previstas en el plan de gira), m¨¢s alojamiento y dietas, sueldos y otros gastos como carteler¨ªa o comunicaci¨®n. De la ayuda del INAEM, 6.000 euros se han ido solo en su viaje de cinco d¨ªas a Madrid.
¡°La ayuda es un complemento. ?Est¨¢n cobrando lo suficiente los actores? Si no hubiera ayuda, no cobrar¨ªan nada, pero, ?es lo necesario, lo justo? Ella¡±, dice Disla se?alando a la actriz Lorena L¨®pez, que se sienta a su lado mientras apura un caf¨¦, ¡°se tiene que quedar en casa de una amiga. Somos compa?eros y nos buscamos la vida¡ Pero si yo no la conociera de nada, me dir¨ªa, ¡®Oye, que estoy trabajando para ti¡±. Con todo, las cuentas no salen. Un mes despu¨¦s de sus cinco funciones en la Mirador, desde Valencia, el dramaturgo confiesa que lo recaudado en taquilla no ha sido suficiente para cubrir gastos. ¡°No hemos alcanzado ni la mitad de lo que supon¨ªamos que ¨ªbamos a ganar. Y eso en nuestras peores previsiones¡±.
Para las salas, apostar por espect¨¢culos for¨¢neos tampoco es rentable. ¡°El problema es que para que haya gente que pague por una funci¨®n, se necesita tiempo. El boca a boca es lo que funciona. Si programas cuatro d¨ªas a una compa?¨ªa, no viene nadie, porque nadie la conoce¡±, explica Antonio Fuentes, gerente del Teatro Lara, una de las salas m¨¢s veteranas de Madrid. Por eso Fuentes, como ocurre en otros teatros, ha optado por programar cada funci¨®n un d¨ªa de la semana. Los espect¨¢culos se alargan, y da tiempo a que el p¨²blico acuda. Pero tiempo es, justamente, lo que no tienen estas compa?¨ªas, que pierden dinero cada d¨ªa que pasan en gira. Fuentes se?ala que, de todas formas, ¡°no es un tema solo de que haya m¨¢s gastos, sino de que viene menos p¨²blico¡±. Conclusi¨®n: de sus 14 espect¨¢culos en cartel, solo dos provienen de fuera de Madrid.
Entre ellas, TeatrodeCERCA, que ha logrado hacerse un hueco todos los viernes en la sala off del teatro. No lo han conseguido, juzga Yorge-Yamam Serrano, autor de Que vaya bonito, por haber estado nominados a los Max en la categor¨ªa de mejor espect¨¢culo revelaci¨®n, ni por haber realizado m¨¢s de 70 funciones en Catalu?a. ¡°Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es el formato. Nos dec¨ªan que al p¨²blico madrile?o le gustar¨ªa¡±, sentencia. La compa?¨ªa sit¨²a su obra en una fiesta de despedida que tiene como asistentes al propio p¨²blico. Su escenograf¨ªa consiste, b¨¢sicamente, en los adornos de la celebraci¨®n y un proyector. ¡°Nos movemos en tren con tres maletas, y eso ayuda¡±, admite Serrano. Para los desplazamientos cuentan con una ayuda del Instituto Ramon Llull, que sufraga sus desplazamientos durante dos meses, y han participado en el programa PLATEA del Ministerio, que naci¨® el a?o pasado con un presupuesto de seis millones de euros destinado a los Ayuntamientos para tratar de reactivar la desfallecida programaci¨®n municipal. Un apoyo que Serrano considera ¡°vital¡±.
Aun as¨ª, ante la perspectiva de una programaci¨®n semanal, el grupo de tres actores ha optado por establecerse, al menos en parte, en Madrid. Uno de ellos ten¨ªa piso en la capital, y Serrano vive con un pie en cada ciudad. No todos pueden permit¨ªrselo, como explica Jaume P¨¦rez: ¡°Nos propusieron estar m¨¢s tiempo, pero nosotros no podemos. La ¨²nica manera de hacer que esta obra estuviera en cartel es representarla con gente de aqu¨ª¡±.
La compa?¨ªa vasca Kulunka Teatro cre¨ªa haberse hecho un nombre gracias a los festivales internacionales. Han pasado por 22 pa¨ªses en los ¨²ltimos cuatro a?os con su obra Andr¨¦ y Dorine, y consiguieron hacerse un hueco en el Centro Cultural Fern¨¢n G¨®mez, propiedad del Ayuntamiento. Llenaron desde la segunda semana y tuvieron buenas cr¨ªticas, pero econ¨®micamente el saldo fue negativo: ¡°Con una sala de solo 100 butacas, y quitando el 21% de IVA, lo que se lleva el teatro y la publicidad, que en Madrid nos sale por 5.000 euros... Si volvemos, no nos planteamos ni ganar dinero. Con no perderle nos conformamos¡±, cuenta Garbi?e Insausti, cofundadora de la compa?¨ªa.
Aun as¨ª, quieren volver. Han probado a colarse en los teatros privados, sin ¨¦xito, y tambi¨¦n en los p¨²blicos, un circuito que cre¨ªan tener abierto tras pasar por el Fern¨¢n G¨®mez. Nada. En los ¨²ltimos meses han viajado hasta M¨¦xico y han girado por Catalu?a y Comunidad Valenciana. Pero la capital se resiste. ?Por qu¨¦, entonces, tanto empe?o? Insausti lo tiene claro, la raz¨®n no es monetaria: ¡°Estamos preparando otro espect¨¢culo y es importante estar presentes en la vida cultural, que no nos olviden. Eso supone pasar por Madrid¡±.
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