Las cucarachas del arte

La performance ocurre en un momento y en un lugar, solo para los ojos privilegiados que est¨¢n presentes. Y luego desaparece. Deja apenas nada: algo de documentaci¨®n y el recuerdo en la mente de los espectadores. Esto es, precisamente, lo que la hace tan especial. No produce un objeto, como estamos acostumbrados cuando hablamos de arte, y trabaja con el propio cuerpo. Por eso, aunque su historia (no del todo escrita a¨²n) ha discurrido ya durante un siglo, sigue pareciendo ultramoderna y siendo ra¨ªz de intensos debates entre comisarios, artistas y gestores culturales.

La performance, debido a la precariedad de la crisis, vive momentos de efervescencia. El Centro de Arte 2 de Mayo (CA2M) de la Comunidad de Madrid, en M¨®stoles, le dedic¨® buena parte de su programaci¨®n la temporada pasada, especialmente con la intervenci¨®n de Los Torreznos por todos sus rincones o en la gran exposici¨®n Per/Form, c¨®mo hacer cosas con palabras. Actualmente alberga un curso de la Universidad Popular que trata el et¨¦reo tema. Y este mes, en diferentes espacios madrile?os, podemos ver piezas de Jaime Vallaure, Jes¨²s Nieto, Juan Dom¨ªnguez, Los Torreznos o el encuentro de arte de acci¨®n Acci¨®n!MAD.

?Por qu¨¦ esta efervescencia? En parte al zeitgeist. ¡°Vivimos en un mundo material, medi¨¢tico, espectacular¡±, explica Ferran Barenblit, director del CA2M, ¡°es cuesti¨®n de celebrar lo ef¨ªmero, el acontecimiento, la experiencia que no se puede repetir¡±.

?Est¨¢ de moda? ¡°M¨¢s que moda es supervivencia¡±, dice Nieves Correa, directora de Acci¨®n!MAD, ¡°en estos tiempos de falta de recursos, la performance se adapta a todo. Solo se necesita el cuerpo, el tiempo y el espacio¡±. Correa recuerda una cita del artista Christopher Hewitt: ¡°Los performers somos las cucarachas del arte¡±. Cuando todo desaparezca, ah¨ª seguir¨¢n.

En el g¨¦nero confluyen creadores procedentes del arte contempor¨¢neo, las artes esc¨¦nicas o la poes¨ªa esc¨¦nica (o polipoes¨ªa). Juan Nieto, que mostrar¨¢ Back Play en Matadero, procede de las artes esc¨¦nicas: ¡°Estamos tirando las barreras que se hac¨ªan entre las disciplinas¡±, dice, ¡°con la pseudomoda de espect¨¢culos de peque?o formato, de vivir una experiencia ¨²nica, ya se permean los l¨ªmites. Ahora no se pueden levantar grandes producciones, pero s¨ª habitar po¨¦ticamente un espacio¡±.

Este contacto estrecho con el p¨²blico es importante en la obra de Juan Dom¨ªnguez, Clean Room, en La Casa Encendida: ¡°El p¨²blico va creciendo con la obra, hasta que se convierte en protagonista y yo soy un mero facilitador de situaciones¡±.

La performance comienza a principios del XX, con los futuristas o los dada¨ªstas del Cabaret Voltaire, y toma fuerza en los sesenta con los movimientos Fluxus o, en Espa?a, Zaj. La figura m¨¢s c¨¦lebre de la actualidad ser¨ªa Marina Abramovic. Sigue siendo vista como la ¨²ltima vanguardia y considerada por el espectador no versado como algo oscuro o intelectual. ¡°Muchas veces la performance ha estado ligada a la exploraci¨®n de los l¨ªmites del cuerpo o al dolor, lo que la ha llevado a terrenos oscuros y siniestros¡±, explica Jaime Vallaure, artista en solitario y miembro de Los Torreznos (actuar¨¢n en La Casa Encendida y en el Teatro del Barrio), ¡°a veces est¨¢ muy cerca de la adolescencia, en el sentido de explorar y dimensionar el propio cuerpo. Nosotros estamos m¨¢s cerca del humor y la autocr¨ªtica¡±.

Los debates se siguen generando: ?Qu¨¦ es performance? ?D¨®nde y c¨®mo la ubicamos? Una historia que parece no acabar. ¡°El arte lleva todo el siglo XX tratando de crear algo dif¨ªcil de exhibir y coleccionar¡±, expone Barenblit, ¡°sin embargo, la historia del trabajo curatorial ha sido todo lo contrario: hacer exhibible y coleccionable lo que no puede serlo. Y ah¨ª surge una contradicci¨®n interesante¡±.