El enemigo lo tienen dentro
Los dos grandes partidos se equivocan cuando act¨²an contra Podemos como si fuese el enemigo de la democracia
La respuesta que el PP y el PSOE est¨¢n dando a todo lo que sucede en Espa?a muestra que los hasta ahora grandes pilares de nuestro sistema pol¨ªtico han perdido completamente el norte.
Ambos han sido quienes aplicaron las pol¨ªticas que destrozaron la econom¨ªa, los que cambiaron las leyes para facilitar el endeudamiento generalizado en beneficio de los bancos y los que alimentaron una burbuja inmobiliaria que nos estall¨® despu¨¦s en las narices. Los que luego se sometieron sin m¨¢s a los dictados de poderes extranjeros simplemente interesados en recobrar su deuda y los que as¨ª han destruido docenas de miles de empresas y millones de puestos trabajo. Los que han convertido a Espa?a en el segundo pa¨ªs con mayor desigualdad de Europa y en el tercero de la OCDE con m¨¢s pobreza infantil, y los responsables de que tengamos dos millones de personas necesitadas de ayuda alimentaria mientras que cada d¨ªa se descubren tramas asquerosas de corrupci¨®n urdidas por dirigentes de sus organizaciones.
Y la ¨²nica respuesta que saben dar a todo esto es atacar a Podemos, asoci¨¢ndolo con todo tipo de peligros, por cierto, con casi los mismos argumentos con que la derecha rancia amenazaba en los a?os setenta si el PSOE llegaba a gobernar en Espa?a.
Los dos grandes partidos se equivocaron cuando creyeron que la indignaci¨®n del 15-M era flor de un d¨ªa, se equivocan ahora al minusvalorar el atractivo electoral de Podemos y al considerarlo como simple radicalismo inmaduro y, sobre todo, cuando act¨²an contra Podemos como si fuese el enemigo de la democracia.
Por poca simpat¨ªa que se tenga hacia el partido de Pablo Iglesias resulta casi grotesco que quienes han provocado una situaci¨®n tan calamitosa como la actual culpen de todos los males presentes y venideros de Espa?a a quien llega de nuevas.
El enemigo de la democracia no puede ser quien expresa la indignaci¨®n y reclama transparencia y decisi¨®n para acabar de ra¨ªz con la corrupci¨®n sino quien la ha alumbrado, la tiene en su seno y d¨ªa a d¨ªa demuestra que es incapaz de erradicarla.
La amenaza no viene de quien denuncia los esc¨¢ndalos sino de quien los provoca. El peligro para la democracia es que haya concejales como el del PP que pide un tiro en la nuca de Pablo Iglesias sin que pase nada. Y lo que debilita a las instituciones es que algunas act¨²en tan claramente al servicio de los corruptos o que ya se sospeche hasta de nuestros expresidentes de Gobierno, aunque sea en medio de procesos tan irregulares como los de Alaya que hacen pagar a justos por pecadores y que la gente ya no crea ni en la administraci¨®n de justicia.
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