Hasta las narices
La palabra pacto, en boca del PP, huele a corrompida, a componenda y apa?o
Los ciudadanos est¨¢n ¡°hasta las narices de pactos¡±. As¨ª de rotundo se ha expresado el consejero de la Presidencia de Andaluc¨ªa, el socialista Manuel Jim¨¦nez Barrios. Le ha replicado el dirigente popular Juan Manuel Moreno afirmando que de lo que est¨¢n hasta las narices es ¡°de la corrupci¨®n y del despilfarro¡±.
Si le preguntaran a los ciudadanos, dir¨ªan que est¨¢n hasta las narices de las dos cosas. De la corrupci¨®n y de que los pol¨ªticos pretendan taparla con la manta de un pacto. Unos y otros hablan estos d¨ªas de pacto. Curioso: hace un a?o Susana D¨ªaz propon¨ªa un gran pacto contra la corrupci¨®n a Rajoy y este respondi¨® como es habitual en ¨¦l: con el silencio. Hoy, quienes ruegan por un pacto son los populares, en Espa?a y en Andaluc¨ªa.
?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ ahora Rajoy y Moreno quieren la fotograf¨ªa de un pacto con los socialistas sobre uno de los asuntos que m¨¢s repugnancia genera en la ciudadan¨ªa? Responde a la pregunta la presidenta D¨ªaz: porque ahora el PP ¡°tiene el agua al cuello y se les hunde el barco¡±.
Hay un segundo argumento: Podemos. Cada nuevo caso de corrupci¨®n, es un empuj¨®n m¨¢s a la formaci¨®n de Pablo Iglesias en su camino a La Moncloa. Hay tal miedo en las filas de los dos grandes partidos que el dirigente de los populares andaluces ha propuesto un gran pacto (otro) al PSOE para impedir que Podemos llegue al poder.
Un disparate. Un acuerdo de esas caracter¨ªsticas, lo mismo que el pacto anticorrupci¨®n, no har¨ªa sino confirmar una de las l¨ªneas de ataque preferidas de Podemos: PP y PSOE son la misma cosa. Son la casta.
Para el PP, una gran coalici¨®n (en Espa?a y en Andaluc¨ªa) ser¨ªa su salvaci¨®n. Son conscientes de que no alcanzar¨¢n mayor¨ªa absoluta ni en las generales ni en las auton¨®micas. Su ¨²nica opci¨®n para seguir en el poder es pactar con los socialistas.
Pero para estos ser¨ªa un suicidio cantado. Por ello D¨ªaz se ha apresurado a rechazarlo. No pactar¨¢, afirma, ni con el PP ni con Podemos. Para la presidenta andaluza es el momento de tomar decisiones, no de pactar, aunque esas decisiones le resulten tan dolorosas como la de exigir a los expresidentes Chaves y Gri?¨¢n que dejen sus actas en el Congreso si son imputados por el Supremo.
El goteo incesante de la corrupci¨®n ha producido tal hartazgo en la ciudadan¨ªa que la misma palabra pacto en boca del PP huele a corrompida, a componenda y apa?o. En unos momentos en los que la inmoralidad de los pol¨ªticos ha quedado al descubierto con ejemplos tan elocuentes como el uso de las tarjetas black de Bankia, las operaciones P¨²nica y Enredadera, o los viajes de placer privado a Tenerife de un senador y un diputado pagado con dinero p¨²blico.
No. No es hora de pactar, sino de extirpar. Porque el ciudadano est¨¢ hasta las narices de los pactos.
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