Apariencia no, transparencia

Despu¨¦s de la sinvergonzoner¨ªa de la corrupci¨®n, el segundo hecho m¨¢s indignante que ha ocurrido en Espa?a en los m¨¢s de seis a?os que llevamos de crisis econ¨®mica es que la clase pol¨ªtica, que nos ha exigido austeridad y sacrificio a todos los ciudadanos, no ha tenido la decencia de renunciar a ni uno solo de sus privilegios. Y aqu¨ª estamos, a estas alturas del siglo XXI, clamando en el desierto por asuntos tan obvios como que cualquier diputado o senador explique ad¨®nde va cuando viaja con dinero p¨²blico. ?D¨®nde gasta los 3.000 euros para taxis, por qu¨¦ cobra dietas por estar en Madrid teniendo casa en Madrid? Y otras preguntas tan razonables para una persona que cobra de los presupuestos generales del Estado.

Hace alg¨²n tiempo este peri¨®dico public¨® un reportaje titulado Lo que se oculta a los ciudadanos. Era un texto que trataba sobre las leyes de transparencia en otros pa¨ªses europeos y en Estados Unidos. Como resulta evidente, el derecho a saber no es un monopolio de los periodistas, sino un derecho universal de los ciudadanos. En Suecia hay una ley de transparencia que tiene m¨¢s de un siglo, en la que se protege incluso a los funcionarios que dan informaci¨®n sobre tropel¨ªas que ocurren en la administraci¨®n en la que trabajan. Un periodista en el Reino Unido puede conocer hasta el ¨²ltimo penique que se gasta el Gobierno brit¨¢nico en coches oficiales, c¨®mo va la tramitaci¨®n de una ley e incluso el montante total de las ayudas agr¨ªcolas de la Uni¨®n Europea que recibe la Reina de Inglaterra por sus terrenos.

Un total de 22 estados de los 27 que conforman la Uni¨®n Europea tiene legislado este derecho. El problema del cerrojazo informativo que se pr¨¢ctica en Espa?a desde los poderes p¨²blicos es una excepci¨®n, por m¨¢s que a las instituciones en este pa¨ªs se les llene la boca anunciando p¨¢ginas web que no informan de nada, sueldos de cargos p¨²blicos maquillados o agendas de reuniones de dirigentes pol¨ªticos que carecen de importancia alguna. La transparencia es una actitud democr¨¢tica y debe partir de una premisa: la informaci¨®n es del ciudadano y no del poder. En una sociedad decente, no ser¨ªa necesaria ley alguna para que los poderes p¨²blicos entendieran que gestionan el dinero de los ciudadanos y tienen la obligaci¨®n de explicar en qu¨¦ se lo gastan.

Desde el a?o 2000, todos los partidos pol¨ªticos han llevado en sus programas electorales una ley de transparencia, aunque ninguno la sac¨® adelante cuando accedi¨® al Gobierno. Ha tenido que llegar la democracia al nivel m¨¢s alto de desafecci¨®n ciudadana hacia la polic¨ªa y a un verdadero estercolero de corrupci¨®n, para que los partidos vuelvan a recuperar una propuesta que llega tarde y suena a hueca.

Adem¨¢s, una ley de transparencia tiene poco o ning¨²n sentido si no existe una autoridad independiente que obligue a cumplirla. Un organismo que garantice el derecho de acceso a los datos a cualquier ciudadano, partiendo de la premisa de que el silencio administrativo es incompatible con la democracia. La informaci¨®n es universal y la transparencia un derecho. No nos quieran colar ahora, tras tanto tiempo perdido, un nuevo cat¨¢logo de apariencias de transparencia que no transparentan nada.

@jmatencia