De nada sirve sobreactuar
La demanda de Susana D¨ªaz es injusta y arbitraria al imponer su voluntad personal sobre su partido
Para dar imagen de intransigencia contra la corrupci¨®n, la presidenta Susana D¨ªaz reclama a los aforados de su partido que dejen el esca?o si un juez les imputa un delito. Una decisi¨®n injusta, arbitraria y en las ant¨ªpodas de lo que hay que hacer para combatirla.
Es injusta porque reclamar a cualquier persona que renuncie a sus cargos o derechos solo por ser imputada significa condenarla de antemano y negarle la presunci¨®n de inocencia que la Constituci¨®n nos reconoce a todos los espa?oles.
Ni siquiera en los reci¨¦n aprobados principios ¨¦ticos de Podemos se pide a sus militantes que renuncien a los cargos o candidaturas por ser imputados sino solo por resultar procesados o condenados. Y eso es m¨¢s o menos lo que establece tambi¨¦n el c¨®digo ¨¦tico del partido de Susana D¨ªaz. Lo que en ¨¦l se reclama a sus militantes es el compromiso de presentar su dimisi¨®n inmediata si se les abre juicio oral por un procedimiento penal por delito grave y que den cuenta ante la Comisi¨®n Ejecutiva Federal de las acusaciones que se les hagan si son imputados por resoluci¨®n judicial.
Por tanto, la demanda de D¨ªaz no solo es injusta sino tambi¨¦n arbitraria puesto que impone su voluntad personal sobre el criterio colectivo (y muy razonable) de su partido, que se supone que es lo que hay detr¨¢s de ese c¨®digo ¨¦tico.
Lo que hace que la corrupci¨®n se generalice tanto como en Espa?a es la debilidad de las normas y las instituciones que permite que unos y otros se las salten cada dos por tres a la torera y que los responsables pol¨ªticos hagan de su capa un sayo cuando les interesa, pas¨¢ndose las decisiones colectivas y los mecanismos de control por el arco del triunfo si es que no les convienen en un momento dado. Y lo que se necesita para combatirla no es que una personalidad se represente a s¨ª misma cual basti¨®n inexpugnable, como ahora Susana D¨ªaz, asumiendo todo el poder para imponer su criterio sobre el de los dem¨¢s, sino que haya aut¨¦ntica democracia, m¨¢s participaci¨®n ciudadana, normas que todos contribuyamos a elaborar y luego cumplamos sin reservas y un control severo de todo lo relativo al dinero p¨²blico.
Por ¨²ltimo, me parece que Susana D¨ªaz se equivoca al poner el acento en la dimensi¨®n penal del asunto. Lo que a ella m¨¢s bien le corresponde como presidenta es asegurar que la Administraci¨®n andaluza no vuelva a fallar tan estrepitosamente. No necesitamos que sobreact¨²e a costa de poner a sus propios compa?eros de partido (nada m¨¢s y nada menos que expresidentes de todos los andaluces) a los pies de los caballos para que los linchen injustamente antes de ser juzgados. Lo que tiene que hacer es tomar las medidas que a¨²n no ha tomado para que no vuelvan a darse la negligencia y la de falta de rigor y vigilancia que provocaron los ERE falsos y el esc¨¢ndalo de la formaci¨®n en Andaluc¨ªa.
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