Atxaga compone una visi¨®n diferente de Lawrence de Arabia
El escritor publica en euskera 'Txoriak kolpeka', que ofrece un perfil distinto del h¨¦roe del desierto
Bernardo Atxaga ha tenido en mente desde hace a?os una peque?a leyenda sobre un p¨¢jaro que golpeaba la ventana de la casa de Lawrence de Arabia como presagio de su muerte, una historia que le ha servido de punto de partida de su ¨²ltima obra Txoriak kolpeka, una visi¨®n diferente del h¨¦roe del desierto. Atxaga (Asteasu, Gipuzkoa, 1951) ha presentado hoy su ¨²ltimo trabajo, escrito en euskera y cuya traducci¨®n al espa?ol podr¨ªa completar el propio autor dentro de un a?o, aunque prefiere no concretar plazos.
Txoriak kolpeka (Pamiela), que el propio Atxaga duda en traducir como "P¨¢jaros a golpes" o "P¨¢jaros que golpean", es uno de los textos que el autor hab¨ªa pensado incluir en?Nevadako Egunak, la recopilaci¨®n de relatos sobre su estancia en Estados Unidos que public¨® el pasado a?o, y que finalmente desech¨®.
Sin embargo, el origen se remonta a otra "¨¦poca", ha recordado hoy Atxaga, cuando vio por primera vez la pel¨ªcula?Lawrence de Arabia, de David Lean, en un cine de Tolosa con 15 a?os.
El impacto del desierto, presente en Nevadako egunak y en su poemario Etiop¨ªa (1978), y de la figura del protagonista del filme -interpretado por Peter O'Toole- fue tal que sali¨® de la sala "desorientado", ha confesado el escritor galardonado con el Premio Euskadi de Literatura en Euskera 2014.
Las im¨¢genes quedaron selladas en su mente y revivieron cuando ley¨® un art¨ªculo publicado en la revista Blanco y Negro que contaba que Lawrence se exasperaba por la presencia de un p¨¢jaro que repiqueteaba insistentemente en los cristales de su residencia en Clouds Hill (Reino Unido).
Ante la insistencia del ave, un amigo decidi¨® matarlo pero, en el mismo instante en el que descerrajaba un tiro al p¨¢jaro, Lawrence de Arabia sufr¨ªa un accidente de moto que le caus¨® grav¨ªsimas heridas que le condujeron a la muerte d¨ªas despu¨¦s, el 19 de mayo de 1935.
La historia volvi¨® a la cabeza de Atxaga cuando preparaba Nevadako Egunak y "trabaj¨® mucho" en la idea, pero "no lleg¨® a nada", ha reconocido.
Una vez publicado este libro, Atxaga vio una exposici¨®n en Londres sobre los desastres de Verdum y Somme, donde murieron miles de soldados durante la Primera Guerra Mundial, y lo relacion¨® con el retrato oficial de Lawrence.
El p¨¢jaro, una presencia recurrente en la obra de Atxaga, es un elemento corriente al igual que todos los animales en lo que he denominado "literatura vasca" ligada a lo rural, una categor¨ªa que diferenciado de la escritura "urbana".
En este caso, el p¨¢jaro "se une al presagio", una relaci¨®n muy com¨²n en la historia de la literatura, ha se?alado.
Para completar el volumen, el autor de Obabakoak ha incluido otros dos relatos: Pierrek dioena entzuten dut y Andoniren heriotza LSD argitan, unos textos que tambi¨¦n quedaron fuera de la selecci¨®n para?Nevadako Egunak.
Atxaga se ha mostrado especialmente "satisfecho" y "euf¨®rico" sobre el resultado del primero de ellos, porque cree haber encontrado "algo diferente" y "desconocido", por el que se adentra en un "nuevo camino".
El relato ha sufrido, sin embargo, una "gran transformaci¨®n" respecto a la idea original, una modificaci¨®n que "la hizo el propio t¨ªtulo" (Txoriak kolpeka), que ha conducido a acometer los cambios, al igual que "las reglas de la rima" ayudan a elaborar un soneto.
Pierrek dioena etzuten dut parte de las sensaciones que el propio autor experiment¨® ante una escaparte de una tienda de Montpellier en la que se exhib¨ªan mu?ecas antiguas y que "sobrecogi¨®" al autor, que imagin¨® las posibles conversaciones entre ellas. "Es el m¨¢s sombr¨ªo y triste de los relatos", ha concluido.
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