El Gran Recapte sacude Barcelona de punta a punta
Los voluntarios de Nou Barris destacan la ayuda de los vecinos del barrio
Diez de la ma?ana en el Mercado de Sants. Al son de una peque?a banda de jazz al estilo New Orleans, un gran n¨²mero de personas compra en las pescader¨ªas y fruter¨ªas, desayuna en los bares del interior y, lo m¨¢s importante, deposita bolsas llenas de todo tipo de alimentos en los contenedores del Gran Recapte. Desde arroz a conservas de pescado y carne, legumbres o aceite, los productos m¨¢s solicitados en esta sexta edici¨®n de la colecta son los que pueden conservarse durante un largo periodo de tiempo.
El mercado de este barrio ha sido elegido para dar comienzo al Gran Recapte en la ciudad de Barcelona. Eduard Arruga, presidente del Banc dels Aliments, ha abierto la veda esta ma?ana para que los m¨¢s de 20.000 voluntarios adheridos a la causa empezaran a recaudar alimentos en los 2.000 puntos repartidos por toda la geograf¨ªa catalana. El objetivo principal: conseguir cuatro millones de kilos de comida para los m¨¢s desfavorecidos. ¡°Las personas necesitadas han de comer igual que nosotros. Necesitamos acordarnos de los dem¨¢s¡± ha afirmado Arruga esta ma?ana, quien tambi¨¦n ha lamentado la p¨¦rdida de las dos personas que impulsaron el Gran Recapte, Antoni Sansalvad¨®, su predecesor en el cargo de presidente de la fundaci¨®n y Jordi Peix, fundador del Banc dels Aliments.
Nou Barris es una de las zonas donde este tipo de ayuda se necesita m¨¢s. As¨ª lo confirman varios voluntarios concentrados en el Mercado de Canyelles. Se trata de un edificio espartano, sencillo. A las once de la ma?ana, vecinos nacidos en Espa?a y fuera de ella acuden all¨ª para hacer la compra. Gente humilde que intenta llenar la bolsa de la compra. En la segunda planta se aloja un supermercado Caprabo. Josep Mar¨ªa Sol¨¦, coordinador de la campa?a en el mercado, atiende a las personas que vienen a donar su comida y reparte tareas entre los voluntarios, a las puertas del s¨²per. Sol¨¦ sabe lo que cuesta para los vecinos contribuir a esta causa, en un barrio de clase obrera con altos ¨ªndices de paro y de desahucios. ¡°Tengo varios amigos en otros puntos de recogida de alimentos, alguno de ellos en el mercado de Sants. En otras partes la gente tiene m¨¢s, pero aqu¨ª vienen de la pobreza. El que menos tiene, m¨¢s aporta proporcionalmente porque sabe qu¨¦ es la pobreza¡±, sostiene.
Elena L¨®pez, una vecina de 78 a?os que lleva comida a los voluntarios de Nou Barris, colabora en un comedor social del barrio y conoce bien la dif¨ªcil situaci¨®n que viven muchas personas hoy d¨ªa. ¡°Nosotros hacemos una vez al mes una campa?a de recogida de alimentos y preparamos platos para que los ni?os tengan una comida al d¨ªa en el colegio¡±, explica.
El contraste con otros barrios de la ciudad es notable. Si el mercado de Canyelles se encuentra en medio de una zona de grandes bloques de pisos, el de Sant Gervasi es un recinto situado en el centro de la plaza de Joaquim Folguera, entre elegantes edificios residenciales. Los vecinos, ataviados con ropa m¨¢s elegante, aportan grandes cantidades de comida. Jaume Carb¨®, de 56 a?os, acaba de hacer su contribuci¨®n. Reconoce que los habitantes del barrio pueden aportar m¨¢s porque disponen de rentas altas.
El perfil de los voluntarios es muy variado, seg¨²n el presidente del Banc dels Aliments: ¡°Hay voluntarios de todos tipos. Desde los 14 hasta los 80 a?os: adultos que hoy han dejado el trabajo para venir aqu¨ª, parados o alumnos de escuelas que hacen turnos acompa?ados de sus profesores.¡± Es el caso de Meritxell, una joven voluntaria que colabora en un Mercadona del barrio de Sants. Ha pedido unas horas libres en su trabajo para ayudar en el Gran Recapte. A las 12.00 tiene que abandonar la labor solidaria para volver a su puesto de trabajo.
Otro ejemplo de la variedad de los participantes se encuentra en el supermercado Condis de la calle Torrent de l¡¯Olla, situado entre los barrios de Gr¨¤cia y Sant Gervasi. La asociaci¨®n de madres y padres de la escuela Sadako se ha organizado para cubrir los turnos de voluntariado. Los alumnos tambi¨¦n participar¨¢n al terminar las lecciones. Los m¨¢s mayores, a partir de tercero de la ESO, ayudar¨¢n ma?ana en las tareas de clasificaci¨®n de alimentos en el almac¨¦n central del Prat, seg¨²n cuentan tres madres voluntarias que han llegado a primera hora al supermercado.
C¨¢ritas, Cruz Roja, comedores sociales y asociaciones ben¨¦ficas de atenci¨®n a la infancia y a la tercera edad ser¨¢n las encargadas de repartir los alimentos, entre las personas que se encuentren en situaciones de dificultad econ¨®mica o exclusi¨®n social. En Barcelona toda la comida se traslada al almac¨¦n de la Zona de Actividades Log¨ªsticas de El Prat. Una vez all¨ª, los productos se clasifican, agrupan y se donan a las diversas entidades.
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