Preston: ¡°Si a¨²n hay dos Espa?as, son la que vive bien y la que vive mal¡±

Paul Preston asegura que ya est¨¢ acostumbrado a lidiar con el dolor. Despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os dedicado al estudio de la historia contempor¨¢nea de Espa?a, esa que pivota alrededor de una guerra fratricida y la posterior, brutal y longeva dictadura, el historiador ingl¨¦s se ha adentrado con su ¨²ltimo libro (El final de la guerra, Debate) en uno de los momentos m¨¢s tr¨¢gicos, precisamente, del episodio b¨¦lico. En ¨¦l, un Gobierno siempre leg¨ªtimo pero en agon¨ªa y descomposici¨®n, sin esperanza de ganar pero con muchas vidas a¨²n que poner a salvo, sufre un nuevo golpe de Estado que termina de dejar en manos de Franco el destino del pa¨ªs. Creer en sus promesas de misericordia condujo a lo que Preston califica como "una tragedia innecesaria". "La ¨²ltima pu?alada a la Rep¨²blica" es el subt¨ªtulo del tomo. El hispanista ha sido invitado a la VI Jornada de la Fundaci¨®n Ca?ada Blanch para dar una conferencia sobre el tema, para lo que se ha desplazado a Valencia. Antes, departi¨® con los periodistas.

Si sigue habiendo dos Espa?as, una es la que tiene fe en la pol¨ªtica y la otra la que no puede tenerla m¨¢s

"El libro se pod¨ªa haber titulado El bueno, el feo y el malo", ironiza Preston. Su ¨²ltima obra se centra en tres personajes esenciales para comprender aquellos hechos de 1936: Juan Negr¨ªn, presidente de la Rep¨²blica entre mayo de 1937 y, ya en el exilio, hasta 1945; Juli¨¢n Besteiro, que form¨® parte del golpista Consejo Nacional de Defensa que entreg¨® Madrid a Franco, y Segismundo Casado, el militar que promovi¨® aquella rebeli¨®n en el seno de lo que quedaba del Gobierno republicano. Este es, sin duda, el que peor sale parado.

No en vano, Preston documenta c¨®mo Casado enga?¨® a todos ¡ªcomunistas, anarquistas y militares¡ª para recabar apoyos, mientras negociaba con los militares rebeldes de la Quinta Columna de Madrid. A trav¨¦s del testimonio de coet¨¢neos suyos, el personaje aparece retratado como un ser eg¨®latra, ladino y con ansias de protagonismo. Terriblemente candoroso si cre¨ªa realmente en una rendici¨®n sin represalias sangrientas, simplemente malvado si no fue as¨ª ¡ªhip¨®tesis a la que apunta Preston¡ª.

Besteiro s¨ª que es calificado por el hispanista como "idealista", hasta el punto de vivir una especie de delirio de "ingenuidad culposa", en el que, a¨²n en una de las infectas y abarrotadas c¨¢rceles de posguerra donde dio a parar, segu¨ªa vislumbrando la posibilidad de una reconciliaci¨®n nacional.

As¨ª, Negr¨ªn queda en?El final de la guerra no solo como el que, a partir de la masacre de Paracuellos, intenta restar virulencia a la represi¨®n republicana, sino el que se ve convencido de la necesidad de ganar tiempo hasta el final, para as¨ª permitir a la comunidad internacional ejercer una presi¨®n que nunca lleg¨®, garantizando mejores salidas a los soldados y a la poblaci¨®n civil que permanecer en Espa?a. Preston cree que el momento que mejor ilustra a Negr¨ªn es cuando, despu¨¦s de ver pasar por la frontera francesa a 500.000 exiliados y antes de volver a Valencia, afirma: "La primera parte ya la hemos hecho. La segunda hay que hacerla ahora". El golpe de Estado liderado por Casado se lo impedir¨ªa.

El historiador ingl¨¦s cree que ya no existen las dos Espa?as que, como bien ilustr¨® Francisco de Goya en el ¨®leo Duelo a garrotazos, se han venido matando durante los ¨²ltimos siglos. "Si sigue habiendo dos Espa?as, una es la que vive bien y la otra la que vive mal. Aquella de los que tienen fe en la pol¨ªtica y la de los que, por la corrupci¨®n e incompetencia pol¨ªticas imperantes, no pueden tenerla ya m¨¢s".