La muerte del comercio tradicional
Es urgente definir un modelo de comercio para Barcelona y aplicar una pol¨ªtica de protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico
Este 31 de diciembre caduca una parte de los alquileres de locales comerciales, como resultado del Decreto Boyer de 1985, que dej¨® de proteger al arrendatario, y de la Ley de Arrendamientos Urbanos, la LAU, de 1994, que concedi¨® una pr¨®rroga de veinte a?os. Esta liberalizaci¨®n del mercado, que afecta a unas 200.000 tiendas en ciudades espa?olas, se empieza a notar en localidades catalanas. Se calcula que en el centro de Barcelona est¨¢n desapareciendo una cincuentena de antiguos negocios emblem¨¢ticos. Mientras el precio se ha multiplicado aproximadamente por diez en relaci¨®n a los alquileres anteriores, los grupos internacionales de inversores se han posicionado en estos ¨²ltimos a?os, expulsando el comercio tradicional y aprovech¨¢ndose de unas cualidades urbanas que han sido la ciudadan¨ªa y los comerciantes quienes las han mantenido vivas y enriquecido.
Los cierres son ya notorios, como el inquietante caso de tantas librer¨ªas en estos ¨²ltimos meses: Canuda, Catalonia, Ona, ?ncora y Delf¨ªn, Roquer o Documenta. Es de esperar que no se consiga eliminar la cultura cr¨ªtica y que surja una nueva generaci¨®n de libreros y libreras. Otras tiendas se han tenido que trasladar, como Casa Piera de Bellas Artes; o encoger dr¨¢sticamente, como la decana El Palacio del Juguete, que de pagar 1.000 euros deb¨ªa pasar a pagar 35.000 al mes. Desaparecen colmados como Forcada y Qu¨ªlez; tiendas como la joya modernista de la Filatelia Monge; el Musical Emporium, en la Rambla; la sastrer¨ªa Deulofeu, en la plaza San Jaume; la chocolater¨ªa Fargas; la pasteler¨ªa Nova Montserratina; o la m¨ªtica de pa?os El Indio, que ya solo quedar¨¢ en el recuerdo y en las novelas de Carlos Ruiz Zaf¨®n.
Algunos han conseguido negociar, como La Colmena, cuyo due?o ha logrado un arreglo por debajo del precio de mercado: de pagar 1.000 euros ha pasado a pagar 7.500. Y es que los locales que est¨¢n bien situados en el centro hist¨®rico de Barcelona pagan alquileres de entre 10.000 y 20.000 euros al mes. Los precios en el Paseo de Gracia rondan los 100.000 euros, una cantidad desorbitada que solo pueden pagar las tiendas que venden a precios muy altos, las franquicias que quieren situarse como publicidad aunque no obtengan beneficios, o los que se dedican a blanquear dinero en unas tiendas en las que no se ven clientes.
Esta eutanasia de la ecolog¨ªa de las calles tiene efectos negativos sobre la calidad de vida de los barrios: disminuye la variedad y se pierden irreversiblemente valores hist¨®ricos. Comporta, adem¨¢s, efectos secundarios perversos. Al ser sustituidas por badulaques, outlets, tiendas de souvenirs o nuevos negocios, estas plantas bajas ya no necesitan dise?o: se montan con cuatro euros; o siguen el protocolo homogeneizador de las franquicias y cadenas multinacionales; o est¨¢n proyectadas por grandes empresas de arquitectura corporativa. Con ello ha desaparecido aquel interiorismo experimental e innovador que fue caracter¨ªstico de la Barcelona postmoderna. Y el paisaje que queda es, generalmente, hortera y, siempre, homogeneizador.
Los locales que est¨¢n bien situados en el centro hist¨®rico de Barcelona pagan alquileres de entre 10.000 y 20.000 euros al mes
Fuimos hace tiempo la ciudad de los caf¨¦s, casi todos desaparecidos; fuimos una ciudad emblem¨¢tica por su interiorismo hace un par de d¨¦cadas, del que hoy pueden vivir muy pocos estudios de arquitectura y dise?o; y hemos tenido preciosos comercios tradicionales, bastantes de los cuales en el 2015 habr¨¢n sido sustituidos por negocios de la globalizaci¨®n.
Ante esto, el desinter¨¦s, falta de previsi¨®n e inutilidad del actual Ayuntamiento de Barcelona es escandalosa. La protecci¨®n a ¨²ltima hora de 400 establecimientos, suspendiendo las licencias de actividad y obras, va a servir de poco. Las intenciones del Ayuntamiento van en el sentido contrario: la liberalizaci¨®n de horarios penaliza al comercio tradicional y a sus trabajadores; y las obras que se han realizado, en el Paseo de Gracia y en la Diagonal, han sido planificadas para que propietarios e inversores se apropien de la renta que monopoliza los beneficios generados por la construcci¨®n colectiva de la ciudad.
Est¨¢ claro que el actual Ayuntamiento no tiene ninguna intenci¨®n en afrontar los problemas que afectan a su ciudadan¨ªa. Sin embargo, cada d¨ªa que pasa es m¨¢s urgente definir un modelo de comercio para la ciudad, estableciendo una pol¨ªtica de protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico y de los intereses colectivos; promoviendo con los planes de usos la diversidad, la proximidad y la calidad est¨¦tica del comercio; intensificando inspecciones para visibilizar la circulaci¨®n mafiosa de dinero negro; y fiscalizando sobre las plusval¨ªas, para que estas no sigan enriqueciendo a los mismos, sino que reviertan en la mejora de la ciudad.
Estamos retrocediendo en calidad y diversidad de lo cotidiano, dilapidando nuestra memoria y potenciando una imagen urbana vulgar y anodina. Tras el esfuerzo hecho en los a?os de democracia mejorando el paisaje urbano, este Ayuntamiento, que es incapaz de valorar el patrimonio, ha degollado y descuartizado la gallina de los huevos de oro, y la ha vendido en el outletde la esquina.
Josep Maria Montaner, arquitecto y catedr¨¢tico de la ETSAB-UPC.
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