Renace el Museo de Historia
El edificio de Fuencarral abre 2.000 metros cuadrados a espacios expositivos
Madrid cuenta desde ayer con un innovado Museo de Historia, tras doce a?os de actuaci¨®n arquitect¨®nica y un a?o de ideaci¨®n museogr¨¢fica. Muestra los principales tesoros que sobre la trayectoria vital de la ciudad y de sus personajes, fueron acopiados por el Consistorio, en ocasiones cedidos por particulares, plasmados en su d¨ªa, desde el siglo XVI, en grabados, maquetas, estampas, objetos suntuarios y lienzos de?Goya y Vel¨¢zquez. Todo ello ha sido aunado en un relato descriptivo, acentuadamente ¨¢ulico, para ser exhibido al p¨²blico que, por tratarse de un museo municipal, dispondr¨¢ de acceso gratuito.
Instalado en la siempre concurrida calle de Fuencarral, dentro del Antiguo Hospicio de San Fernando, edificio que data de 1721 y muestra una de las fachadas barrocas m¨¢s singulares de la ciudad obra de Pedro de Ribera, el museo fue inaugurado en la ma?ana de ayer mi¨¦rcoles 10 de diciembre por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que lo defini¨® como ¡°signo del indiscutible liderazgo cultural madrile?o¡± y como ¡°principal centro documental¡± capitalino. La reciente adaptaci¨®n ha costado 1,1 millones de euros, dijo, si bien la actuaci¨®n completa, durante las dos largas d¨¦cadas de reacomodo del edificio, asciende a 12 millones de euros, aproximadamente.
La arquitectura ha corrido a cargo de Juan Pablo Rodr¨ªguez Frade, autor asimismo de la reciente innovaci¨®n del Museo Arqueol¨®gico Nacional. Ha constado de cuatro fases, que incluyeron; el vaciado del patio ¡ª¡°respetando los cipreses¡±, precisa el arquitecto¡ª; la creaci¨®n de un amplio edificio para oficinas y documentaci¨®n; m¨¢s el tratamiento y adaptaci¨®n del edificio hospiciano para su funci¨®n muse¨ªstica. La fase postrera, mucho m¨¢s reducida en el tiempo, fue dedicada a la museograf¨ªa.
En el nuevo museo abunda la madera como elemento m¨¢s relevante. ¡°Ello obedece al deseo de dotar al Museo de Historia de una atm¨®sfera de intimidad c¨¢lida, casi dom¨¦stica, donde el visitante pueda escuchar sus propios pasos, un valor que deseamos que sea duradero¡±, explica. La museograf¨ªa, supervisada por Eduardo Salas, director in pectore del museo, ¡°ha tratado de cohonestar la dimensi¨®n pl¨¢stico-decorativa y objetual con el relato propiamente hist¨®rico¡±, seg¨²n explica. En el museo se observa una acentuaci¨®n de la primera dimensi¨®n respecto del discurso. ¡°En su origen, el car¨¢cter de las donaciones particulares, en su mayor parte de cu?o art¨ªstico-decorativo, determin¨® ese sesgo¡±, explica un alto funcionario municipal que prefiere mantener el anonimato. Otra fuente discreta destaca que ¡°el discurso ideol¨®gico siempre es m¨¢s controvertido que el meramente pl¨¢stico¡±.
La dimensi¨®n pl¨¢stica es m¨¢s importante que el discurso
Una copiosa asistencia, en la que figuraban personas vinculadas originariamente al proyecto, como Carmen Priego, ex directora del museo, Juan Jos¨¦ Echeverr¨ªa, ex delegado municipal de Infraestructuras, as¨ª como representantes de las principales instituciones estatales y locales madrile?as, como Patrimonio Nacional, el Instituto de Estudios Madrile?os o de la Fundaci¨®n Villa y Corte, pudo recorrer las cuatro plantas del museo durante la inauguraci¨®n, mientras mostraban animadamente gran inter¨¦s por lo expuesto. Bajo cota del edificio se encuentra la sala dedicada a una de las principales joyas del maquetismo mundial, el llamado Modelo de Madrid, que data de 1830, obra del coronel Le¨®n Gil de Palacio. Se trata de una pieza excepcional por su alt¨ªsimo valor documental y descriptivo de la ciudad, entonces a¨²n ce?ida por la muralla de 1625. A su vera y en la misma planta, otra gran maqueta, en madera de arce, obra contempor¨¢nea de Juan de Dios Hern¨¢ndez, documentada por Javier Ortega, Francisco Jos¨¦ Mar¨ªn Perell¨®n y Julio Viudaurre, traduce en su traza el Plano de Pedro Teixeira de 1656, canon de la topograf¨ªa de la ciudad, asimismo de excepcional valor documental.
La planta inicial se destina a los siglos XVI y XVII, origen de la capitalidad filipina, con profusi¨®n de efigies y retratos regios, como un busto de Felipe II en bronce, obra de Jacques Jonghelink y una deliciosa maqueta del Estanque Grande del Retiro durante una representaci¨®n calderoniana; la primera planta del edificio acoge el siglo XVIII en su clave m¨¢s madrile?a y la planta superior, el siglo XIX, con el famoso cuadro de Goya Alegor¨ªa de Madrid, c¨¦lebre por sus consecutivos repintes acordes con los cambios pol¨ªticos. En esta planta cabe apreciar desde un faet¨®n ¨®mnibus para el traslado de personas, vigente hasta que el servicio de taxis fuera creado en Madrid en 1909, hasta porcelana, art¨ªculos de cosm¨¦tica o abanicos. Pieza destacada y muy desconocida, que se muestra tambi¨¦n al p¨²blico en este ¨¢tico del antiguo hospicio es la maqueta del proyecto del arquitecto Silvestre P¨¦rez (1767-1825), de lealtades josefinas, para unir el Palacio Real con la iglesia de San Francisco el Grande, a la saz¨®n, 1810, sede de las Cortes, en un grandioso plan, irrealizado, para conectar simb¨®lica y realmente los poderes ejecutivo y legislativo.
Todo el museo ofrece inter¨¦s al visitante por la variedad de sus colecciones para hacerse una idea de las cuales baste decir que solo en litograf¨ªas los fondos del Museo de Historia atesoran m¨¢s de 6.500, otro tanto de fotograf¨ªas ¡ªhay m¨¢s de 500 ¨¢lbumes de Laurent, Clifford y otros¡ª y un n¨²mero muy superior de grabados, algunos de los cuales, como el mapa de Madrid atribuido a Mancelli, de 1625, los visitantes pueden admirar. La antigua capilla ir¨¢ destinada, en una ulterior actuaci¨®n, a albergar la pintura religiosa.
Museo de Historia. Fuencarral, 78.
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