M¨¢s presencia del Estado
Si Rajoy quiere de verdad potenciar la imagen de su Gobierno, hay una larga lista de inversiones por hacer
Dicen los papeles que, tras el feliz aunque breve advenimiento de don Mariano Rajoy a Barcelona el pasado 30 de noviembre, el objetivo pol¨ªtico del presidente del Gobierno y de su fiel Alicia S¨¢nchez-Camacho pasa por ¡°reforzar la presencia del Estado en Catalu?a¡±, ¡°explicar mejor las actuaciones locales de este en materia econ¨®mica, cultural, social, en infraestructuras¡±, acercarse m¨¢s a la gente y, de este modo, ¡°desbaratar las mentiras del agravio permanente¡±.
Se trata de prop¨®sitos tan nobles y bienintencionados que es de estricta justicia colaborar con ellos. Por mi parte, lo intentar¨¦ sugiriendo a los se?ores Rajoy y S¨¢nchez-Camacho algunas materias en las que podr¨ªa materializarse de inmediato esta mayor y mejor presencia del Estado. Materias sin contenido identitario, que no suscitar¨ªan ning¨²n choque de banderas, ning¨²n pulso competencial, ninguna pugna sobre qui¨¦n es m¨¢s o mejor catal¨¢n o espa?ol. Materias que todos los ciudadanos de este pa¨ªs (independentistas, unionistas, tercervi¨ªstas o mediopensionistas) calificar¨¢n un¨¢nimemente de importantes y, por tanto, apreciar¨¢n ver atendidas. Por ejemplo, la calidad del servicio ferroviario de Cercan¨ªas, traspasado a la Generalitat s¨®lo a efectos de r¨®tulo (ahora se llama Rodalies de Catalu?a) pero que sigue sujeto a la f¨¦rula de Renfe y Adif. Ser¨ªa una magn¨ªfica noticia para los usuarios en particular y la ciudadan¨ªa en general que no hubiese, casi todas las ma?anas, trenes averiados con retrasos de 20 o 30 minutos, trayectos alternativos por carretera y otras incidencias varias.
Cuando los jerarcas del PP hablan de ¡°reforzar la presencia del Estado en Catalu?a¡± piensan en otras cosas
Ya puestos, tambi¨¦n causar¨ªa un excelente efecto ¡ªsobre todo, tras haberlo estado esperando durante dos d¨¦cadas¡ª que el recorrido del AVE entre Barcelona y la frontera francesa fuese insumergible; vamos, que su trazado no se inundase a cada episodio de lluvias intensas y que la infraestructura, a su paso por la ciudad de Girona, estuviera terminada y protegida de las inclemencias meteorol¨®gicas. Los habitantes de la demarcaci¨®n gerundense ¡ªy sus muchos visitantes de fin de semana¡ª estar¨ªan asimismo encantados de ver concluido el desdoblamiento de la carretera Nacional II en aquellas comarcas. Una obra que acumula lustros de retraso, que ocasiona a los automovilistas un oneroso dispendio en peajes y que tiene empantanados muchos kil¨®metros de paisaje.
En fin, no quisiera abusar de la buena relaci¨®n que exhiben la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de Territorio, Santi Vila. Pero habr¨ªa en la jurisdicci¨®n de la primera otras formas soberbias de realzar la presencia del Estado en Catalu?a. Por ejemplo, que empezase a hacerse visible de una vez el corredor ferroviario del Mediterr¨¢neo, tan estrat¨¦gico para las exportaciones y tan ¨²til de cara a lograr que, alg¨²n d¨ªa, podamos viajar a Valencia en menos tiempo del que requiere hacerlo a Madrid. O que se acortase el plazo de construcci¨®n de la autov¨ªa al puerto de Barcelona, cuya entrada en servicio no est¨¢ prevista hasta 2018. O que se pusieran en marcha los accesos ferroviarios al citado puerto, todav¨ªa pendientes de licitaci¨®n.
Si el presidente Rajoy quiere de veras potenciar y positivar la imagen del Estado entre nosotros, le convendr¨ªa ordenar a su ministro Wert la r¨¢pida instalaci¨®n y el equipamiento de la Biblioteca P¨²blica Provincial que se nos debe a los barceloneses desde los tiempos de Isabel?II. S¨ª, aquella que hab¨ªa sido proyectada en el antiguo mercado del Born, y que la decisi¨®n de preservar el yacimiento arqueol¨®gico all¨ª descubierto hizo inviable. ?Pero de eso hace 12 a?os! Con posterioridad se seleccion¨® otro espacio, un solar junto a la Estaci¨® de Fran?a, en el que no se ha movido desde entonces ni una paletada de tierra.
Aunque casi todas las infraestructuras y los equipamientos citados est¨¢n pendientes desde mucho antes de la actual crisis econ¨®mica, fuerza es reconocer que los recortes presupuestarios, los l¨ªmites de d¨¦ficit, etc¨¦tera, dificultan ahora mismo que el Gobierno del PP pueda deslumbrar a los catalanes con grandes inversiones p¨²blicas. Consciente de ello, y desde el esp¨ªritu m¨¢s constructivo, me atrevo a apuntar algunas medidas que, con un coste econ¨®mico cero, har¨ªan m¨¢s amable y m¨¢s cercano a la gente el despliegue del Estado en Catalu?a. Verbigracia, la retirada del recurso de inconstitucionalidad contra el decreto de pobreza energ¨¦tica de la Generalitat. Las decenas de miles de familias que se hubiesen beneficiado de ¨¦l este invierno lo apreciar¨ªan, sin perjuicio para nadie. A no ser, claro, que Espa?a sea una unidad de destino en la hipotermia dom¨¦stica de sus ciudadanos m¨¢s vulnerables.
Mucho me temo, sin embargo, que cuando los jerarcas del PP hablan de ¡°reforzar la presencia del Estado en Catalu?a¡± piensan en otras cosas. En hacer m¨¢s nutridas y visibles las dotaciones de la Polic¨ªa Nacional y de la Guardia Civil; en activar c¨¦lulas policiales secretas, intoxicaciones y guerras sucias contra el independentismo; en potenciar desde las zonas oscuras del aparato estatal toda suerte de iniciativas unionistas; en amenazar, multar y procesar. Es lo que cabr¨ªa llamar la ¡°f¨®rmula Llanos de Luna¡±, que tantos ¨¦xitos ha cosechado ya y tantas tardes de gloria nos reserva a¨²n.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.