La compa?¨ªa y el teatro de T¨¢vora se enfrentan a la quiebra
El director de La Cuadra apela a la Junta para salvar su legado esc¨¦nico de 42 a?os
¡°Me encuentro como si estuviera nadando en un mar de decepciones, en aguas turbulentas cultural y pol¨ªticamente¡±, dice rotundo Salvador T¨¢vora, fundador de La Cuadra en 1972 y creador de un lenguaje dram¨¢tico propio que ha paseado por escenarios de todo el mundo. El director de escena sevillano se enfrenta ahora, cumplidos ya los 80 a?os, al derrumbe de su proyecto. La compa?¨ªa La Cuadra, que entr¨® en concurso de acreedores en febrero de este a?o, se enfrenta a la quiebra en dos meses y medio porque no puede pagar la deuda que contrajo en 2007 para la construcci¨®n de su teatro en la barriada del Cerro del ?guila.
¡°Andaluc¨ªa va a dejar morir a La Cuadra, una de sus referencias culturales¡±, dice T¨¢vora, poseedor, entre otros galardones, de la Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes y Premio Andaluc¨ªa de Teatro.
¡°Le hemos propuesto a la Junta que se quede con el teatro a cambio de saldar la deuda, pero no puede ser. Y del Ayuntamiento, ni hablamos¡ Hace mes y medio que le escribimos a la presidenta, Susana D¨ªaz, para solicitarle una entrevista pero no ha contestado¡±, aclara T¨¢vora, que ha llevado sus montajes por los cinco continentes.
El creador esc¨¦nico ha llevado 27 montajes por teatros y festivales de todo el mundo desde 1972
¡°Con nuestra historia y nuestro compromiso por un teatro lejos de la est¨¦tica peque?o burguesa, en 2007, arriesgando todo nuestro patrimonio formalizado en 40 a?os de historia, construimos en el barrio donde naci¨® el grupo un teatro de peque?o aforo, con aspiraciones populares a fin de descentralizar la cultura en la ciudad¡±, dice la carta enviada el pasado 3 de noviembre.
¡°Recurrimos a ti con la esperanza de que podamos encontrar soluciones para evitar (¡) la frustraci¨®n de un proyecto cargado de compromisos est¨¦ticos e ideol¨®gicos con un terrible final de desahucio cultural¡±, a?ade la misiva para concluir que si se produce el cierre ¡°ante la indiferencia de la izquierda, ser¨¢ el fracaso, por falta de valoraci¨®n oficial, de todo un periodo de conquistas art¨ªsticas del medio popular¡±.
La construcci¨®n del Teatro Salvador T¨¢vora, que se inaugur¨® en marzo de 2007 dentro del Plan Director de Espacios Culturales del Ayuntamiento de Sevilla, le supuso a la compa?¨ªa un gasto de 1.600.000 euros, cantidad a la que La Cuadra hizo frente hipotecando todo su patrimonio: dos naves comerciales. ¡°Juan Carlos Marset [entonces delegado de Cultura] quer¨ªa crear una red de teatros en los barrios de la ciudad y nos convenci¨® para iniciar el proyecto. A nosotros y a otras compa?¨ªas que tampoco han salido adelante. Compramos el solar e hicimos la obra y el Ayuntamiento realiz¨® cuatro aportaciones anuales de 100.000 euros, seg¨²n lo convenido. Lo que no cumpli¨® fue la promesa que nos hizo Marset de contribuir con 100.000 euros anuales para el funcionamiento¡±, explica Lilyane Drillon, cofundadora del grupo.
El teatro, cerrado como espacio esc¨¦nico desde hace un a?o, tambi¨¦n est¨¢ en peligro. ¡°La deuda es de m¨¢s de 300.000 euros, pero el problema es que aunque el banco se quedase con las naves hipotecadas no se cubrir¨ªa el total porque ahora valen much¨ªsimo menos que en 2007 y tirar¨ªan del teatro para cobrar la totalidad¡±, a?ade Drillon.
¡°Yo pensaba que asentarme en Sevilla era el final feliz que quer¨ªamos. Recogerme aqu¨ª, en mi barrio, y hacer buen teatro desde la periferia. Pero esto se ha mantenido durante siete a?os con los ingresos de las giras de La Cuadra y ahora no es posible¡±, dice T¨¢vora, quien se ha nutrido de flamenco, toros, caballos, procesiones y conciencia social despojados de t¨®picos en sus 27 espect¨¢culos.
¡°Para las compa?¨ªas que han desarrollado el divertimento, la frivolidad y el teatro comercial la cosa ha ido mejorando estos a?os; pero a los que pensamos que el teatro es m¨¢s que diversi¨®n, cada vez nos cuesta m¨¢s andar¡±, afirma T¨¢vora, quien a pesar de no ocultar su decepci¨®n, la chispa le vuelve a los ojos cuando habla de sus proyectos.
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