Campeones de la privatizaci¨®n
ATLL, T¨²nels del Cad¨ª o la venta de edificios son algunos de los fiascos privatizadores del Gobierno catal¨¢n
Catalu?a es como una familia burguesa venida a menos por la crisis. Malvende todo su patrimonio y realquila habitaciones de cualquier manera, sin parar atenci¨®n en qui¨¦n se mete en casa. El Gobierno de Artur Mas ha optado por sacar al mercado todos sus bienes, asfixiado y castigado por el reparto ego¨ªsta que hace el albacea y hermano mayor, Crist¨®bal Montoro, que reserva para s¨ª la parte del le¨®n del d¨¦ficit. Y el resultado es catastr¨®fico. El Govern dels millors no ha dado muestras de esa virtud que pretenciosamente se autoatribu¨ªa. Se ha pateado el patrimonio y ha convertido en un p¨¢ramo el horizonte para las futuras generaciones. Y no solo por el legado envenenado que tanto le preocupa de los m¨¢s de 60.000 millones de deuda, que esa s¨ª se paga religiosamente, sino porque el pa¨ªs habr¨¢ hipotecado infraestructuras y servicios b¨¢sicos. Y a precio de saldo.
En Catalu?a, como en el conjunto de Espa?a, ya estamos acostumbrados a esa pol¨ªtica que descansa sobre la privatizaci¨®n de beneficios y la socializaci¨®n de p¨¦rdidas. Es un ejercicio que hist¨®ricamente se ha hecho por encima de nuestras posibilidades. Un m¨ªnimo y rid¨ªculo exponente son las estaciones de esqu¨ª del Pirineo catal¨¢n que, excepto un par, han pasado a ser p¨²blicas en cuanto han asomado las p¨¦rdidas. En estas ocasiones, el Govern se comporta como entusiasta del Gospl¨¢n sovi¨¦tico. Pero cuando el beneficio comienza a aflorar, entonces, act¨²a de forma altruista y piensa cristianamente en entreg¨¢rselo al pr¨®jimo. Catalu?a, definitivamente, practica el sincretismo de tradiciones. Pero por lo que parece siempre pierden los ciudadanos.
La privatizaci¨®n de Aig¨¹es Ter Llobregat (ATLL) es el ¨²ltimo pelda?o de esa escalera que conduce a la nada. Las reiteradas sentencias judiciales van a obligar a la Generalitat a revocar la adjudicaci¨®n y a indemnizar a Acciona y a sus socios de BTG-Pactual. La operaci¨®n --que en su momento dividi¨® al propio Govern y gracias a la que la Administraci¨®n catalana dedujo mil millones de d¨¦ficit-- consist¨ªa en una inversi¨®n a 50 a?os en los que la Generalitat deb¨ªa embolsarse 1.047 millones de euros. El resultado a d¨ªa de hoy es bien distinto. Ahora todo sale a pagar, al revocarse la adjudicaci¨®n hay que sumar: los 300 millones ya abonados por los privados, las inversiones efectuadas hasta el momento y la contraprestaci¨®n por el lucro cesante. La cifra total se desconoce. La Generalitat se resiste a hacerla p¨²blica para no herir la sensibilidad del contribuyente, pero Artur Mas en su viaje a Brasil de julio del a?o pasado ya dio garant¨ªas a BTG-Pactual de que no iban a perder su dinero. Y los ciudadanos de Catalu?a pueden darlo por hecho, porque el banco brasile?o no es una hermanita de la caridad, se debe a sus accionistas, es un buen pescador en r¨ªo revuelto y sabe de pelotazos. He aqu¨ª uno: BTG-Pactual adquiri¨® en 2012 el 65% de T¨²nels del Cad¨ª por apenas 60 millones de euros. Pues bien, en solo dos a?os, ha vendido su parte por 146 millones. Ha ganado 87 millones. Como esta misma semana record¨® el consejero de Econom¨ªa, Andreu Mas-Colell, calentando los motores del debate de Presupuestos de la Generalitat, ¡°invertir en Catalu?a es una buena opci¨®n econ¨®mica¡±. BTG-Pactual tiene pruebas irrefutables de que esta es una tierra de oportunidades.
En su visi¨®n cortoplacista, el Gobierno catal¨¢n est¨¢ dispuesto a amortiguar los efectos de la a crisis a cualquier precio. Aunque sea repitiendo errores. Y por ello no duda a la hora de convertir la casa familiar en un casino¡ O en cuatro, como sucede con BCN-World. Veremonte, el gran proyecto del ex zar del ladrillo Enrique Ba?uelos, no est¨¢ dispuesta a desembolsar los 277 millones para el proyecto hotelero y de juego de Tarragona sin conocer las condiciones del plan urban¨ªstico. Y la Generalitat se ha convertido en gestor de esos terrenos. Con los precedentes existentes, el desenlace se antoja m¨¢s que predecible. El Gobierno catal¨¢n fracas¨® en la venta de ICF Equipaments en 2011. Era el intento de vender los edificios de colegios y comisarias por 450 millones de euros y sacrificarlos al altar de la no consolidaci¨®n de la deuda. Este 2014 se ha vuelto a confiar en la pol¨ªtica de deshacerse de inmuebles para ingresar 400 millones. Otro fiasco.
La deconstrucci¨®n de lo p¨²blico es constante desde el inicio de la crisis. El partido gobernante lo f¨ªa todo al futuro libre e independiente en el que habr¨¢ mucho trabajo gracias a que tendremos unas robustas ¡°estructuras de Estado¡±. Pero, por lo que parece, esa recuperaci¨®n del Estado no pasa de ser una patri¨®tica prueba ontol¨®gica. Para aclararlo ah¨ª va la aportaci¨®n del conseller de Salud, Boi Ruiz, en vigilia de la festividad de ese gran dogma espa?ol que es la Inmaculada Concepci¨®n. ¡°No me imagino un sistema sanitario diferente del actual en una Catalu?a independiente¡±. Fin de la cita.
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