Fabra y la bola de partido
El presidente ha tenido poca capacidad para construir un equipo que impulse su proyecto
¡°He superado muchos match ball en esta legislatura, no perder¨¦ ni un minuto en cuestiones que no dependen de m¨ª¡±. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en una entrevista a la agencia Europa Press, recurri¨® ayer a la imagen del tenis para explicar que el debate sobre su candidatura a la presidencia de la Generalitat es como una bola de partido m¨¢s. Una pelota, vino a decir, como las que ha tenido que jugar desde que accedi¨® al cargo para evitar in extremisla bancarrota de la Administraci¨®n valenciana, sortear las contestaciones a su l¨ªnea roja contra la corrupci¨®n o los desplantes del Gobierno hacia su figura. Expresado de otra manera, Fabra presumi¨® de que sigue en pie tras haber superado situaciones en las que muchos vaticinaron que sucumbir¨ªa.
Quiz¨¢ debi¨® elegir el presidente la imagen del ciclismo para explicar su situaci¨®n, porque llega al ¨²ltimo puerto de monta?a ¡ªla precampa?a electoral¡ª con el equipo roto, poco predispuesto a tirar de ¨¦l y con los aguadores pidiendo al director de equipo que traspase el liderazgo a cualquiera de los gregarios que acompa?an a Fabra.
?Qu¨¦ ha pasado para que el PPCV, que presum¨ªa de gran¨ªtico, exhiba ahora con tanta nitidez sus grietas?
Las razones, como suele ser habitual, son m¨²ltiples pero entre ellas destaca la poca capacidad de Alberto Fabra para construir un equipo con el que impulsar su proyecto. En estos tres a?os y medio, el jefe del Consell ha evitado que cualquiera de quienes le rodean le hiciese sombra. Aup¨® a Jos¨¦ Ciscar desde la cartera de Educaci¨®n a la vicepresidencia del Consell y le otorg¨® tantas competencias que lleg¨® a ser incapaz de atenderlas adecuadamente. Y luego lo destin¨® a la presidencia provincial del PP de Alicante, para alejarlo del Palau de la Generalitat, pero sin facilitarle el control del territorio.
A Seraf¨ªn Castellano lo sacrific¨® como secretario general del PP y consejero ante las presiones de los barones provinciales del partido. Para sustituirlo nombr¨® a Isabel Bonig, que elabor¨® un plan para dinamizar la estructura partidaria hasta que el presidente descubri¨® que pod¨ªa ser el relevo que auspiciaban quienes le cuestionan. Y, desde ese d¨ªa, Fabra ejerce de presidente y de secretario general del PPCV en las reuniones con los afiliados.
No son los ¨²nicos clavos que han asomado demasiado la cabeza y han sido remachados. Puede que el jefe del Consell tenga raz¨®n cuando explica que la herencia que recibi¨® es grande y pesada. Y tambi¨¦n cuando asegura que hay una fuerte resistencia dentro del PP a los cambios que la sociedad exige tras 20 a?os de gobierno y tolerancia hacia pr¨¢cticas reprobables ¡ª¨¦tica o penalmente¡ª. Sin embargo, dif¨ªcilmente podr¨¢ abordar los ¨²ltimos repechos de la legislatura sin apoyos. Aunque ¨¦l asegure que ¡°progresa adecuadamente¡± nadie gana solo una gran vuelta.
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