Barracas de monstruos y cauces desaparecidos
Las redes sociales aportan testimonios directos de la historia de la ciudad

No es la primera vez que expreso p¨²blicamente mi inter¨¦s por el trabajo de muchos de mis conciudadanos, que desde diversos blogs y p¨¢ginas de Facebook se dedican a rescatar la memoria ¨ªntima de Barcelona. A trav¨¦s de las redes sociales se est¨¢ haciendo una cr¨®nica pormenorizada de patrimonios muy variados, donde los particulares pueden aportar su colaboraci¨®n a trav¨¦s de fotograf¨ªas o testimonios de primera mano. En el caso de Enric H. March, este trabajo se complementa con la labor que hacen los talleres de historia de cada barrio, como el de Clot-Camp de l¡¯Arpa al que pertenece. ?l me cuenta que cuando era un ni?o le ense?aban a fijarse en todo aquello que ve¨ªa, y a base de aguzar los sentidos termin¨® por preguntarse por el origen de las cosas que aparecen ante el transe¨²nte inquieto. Haciendo bueno aquello de que no puedes dejar de saber lo que ya sabes, la experiencia de caminar por la ciudad se transform¨® en un ejercicio detectivesco para averiguar el porqu¨¦ de aquellos elementos peculiares que le llamasen la atenci¨®n, como callejones sin salida, casas orientadas de manera diferente a sus vecinas, o elementos que pareciesen no encajar en el paisaje. Aquella gimnasia sensorial no hubiese ido m¨¢s all¨¢ de no ser por una grave enfermedad, a ra¨ªz de la cual Enric comenz¨® a escribir en el a?o 2009 un blog que ya es uno de los m¨¢s conocidos y respetados de los que se dedican a la historia local.

Entre sus varias inquietudes, mi interlocutor es licenciado en filolog¨ªa Hisp¨¢nica y Sem¨ªtica. Quiz¨¢s por ello bautiz¨® su ventana digital al mundo como Bereshit, que es la primera palabra de la Biblia (en hebreo significa ¡°al principio¡±). Como me cuenta su autor: ¡°Mi blog comenz¨® como un dietario personal, y con el tiempo se ha convertido en una herramienta para recuperar historias que se hab¨ªan perdido¡±. La primera tuvo como protagonista una estructura met¨¢lica parecida a una farola situada junto al bar Trole (frente al Arco del Triunfo), que result¨® ser uno de los postes que sosten¨ªan la catenaria de los antiguos tranv¨ªas. No obstante, su hallazgo m¨¢s comentado se produjo de manera accidental en una librer¨ªa de viejo, cuando dio con el cartel del desconocido Museo Roca que anunciaba una exposici¨®n titulada Los estragos del Barrio Chino, en la que se mostraban diversos modelos en cera sobre enfermedades ven¨¦reas y sobre los peligros de estupefacientes como el opio o la coca¨ªna. Al mismo tiempo, en esa l¨ªnea gore que conjugaba ciencia y morbo, pod¨ªa verse la Ara?a Gigante del Jap¨®n, las Hermanas Siamesas, o una galer¨ªa de monstruos humanos. Cuando mi entrevistado lo localiz¨®, del Museo Roca no quedaba nada, sus restos hab¨ªan sido adquiridos por un coleccionista extranjero. Intrigado, se puso en contacto con el Museo de la Medicina de Barcelona, cuya colecci¨®n de figuras en cera sigue esperando en un almac¨¦n de Terrassa a encontrar ubicaci¨®n definitiva. Y desde entonces ha podido documentar una veintena de exhibiciones anat¨®micas m¨¢s, que funcionaron en Barcelona entre 1849 y el final de la Guerra Civil. El propio teatro Romea lleg¨® a albergar uno de estos museos, y otro de ellos era el de Francesc Darder, primer director del zool¨®gico barcelon¨¦s que durante la Exposici¨®n Universal de 1888 mostr¨® al famoso ¡°negro de Ba?olas¡± en una sala del paseo de Gr¨¤cia. Aquellos espect¨¢culos seudocient¨ªficos le llevaron a las ferias de monstruos, donde se mostraban gigantes, enanos, mujeres barbudas, obesos descomunales, u hombres mono que hac¨ªan toda suerte de acrobacias. Este ocio decimon¨®nico tuvo su punto neur¨¢lgico en la plaza Catalu?a, sobre todo en el Circo Ecuestre Alegr¨ªa que en 1895, cuando estaban a punto de retirar las barracas de all¨ª, present¨® un hombre salvaje. Se dio la casualidad que al tercer d¨ªa de estar all¨ª se quem¨® el recinto de madera donde le exhib¨ªan y tuvieron que rescatarle los bomberos (cuentan las viejas cr¨®nicas que el presunto simio iba renegando en catal¨¢n). En La Rambla tambi¨¦n se instalaron estas rudimentarias exposiciones, parece ser que junto a Canaletas pod¨ªa verse a una mujer muy gorda junto a un elefante. Y en la Gran Via hubo espect¨¢culos de fieras, como el del c¨¦lebre domador Bidel que se paseaba por la calle con una leona. Hasta llegar al Paral.lel que empez¨® a atraer un p¨²blico muy popular gracias a casetas de monstruos y locales de espect¨¢culos bizarros, como el Cabaret de la Muerte, un local tambi¨¦n rescatado por Enric, al parecer similar al parisino Cabaret du N¨¦ant, donde se representaban fantasmagor¨ªas y cuadros f¨²nebres.
Bereshit no es el ¨²nico blog que gestiona mi entrevistado, tambi¨¦n escribe Terres d¡¯Edom (bereshitbiblia.blogspot.com.es) sobre la Catalu?a jud¨ªa. Y Rec Comtal (el-rec-comtal.blogspot.com.es) que estudia el recorrido que hac¨ªa la acequia medieval, y que en su opini¨®n: ¡°deber¨ªa se?alizarse con un camino de luz que siguiese su itinerario hasta el yacimiento del Born¡±. Hoy poca cosa puede verse ya de aquella obra hidr¨¢ulica, apenas alg¨²n tramo como el que se esconde tras la librer¨ªa Sal i Pebre de la calle del Clot. Sin embargo, aquellas aguas le han conducido hasta su actual preocupaci¨®n por el solar ocupado en su d¨ªa por el Economato Militar de la calle del Rec, que N¨²?ez y Navarro quiere convertir en un hotel, y donde se ha encontrado parte del acueducto romano, de la muralla medieval y del propio Rec Comtal, sin que de momento haya proyecto alguno para garantizar su preservaci¨®n.
Como el amigo Enric termina de explicarme, las redes sociales y el contacto entre personas que comparten afici¨®n por su ciudad han cambiado la forma de abordar la historia de Barcelona, y nos est¨¢ desvelando historias sorprendentes. Que contin¨²e esa tarea es uno de mis buenos deseos para este nuevo a?o que est¨¢ a punto de empezar.
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