10.000 dependientes mueren en Barcelona a la espera del subsidio
Cerca de 6.500 ancianos aguardan para acceder a una residencia p¨²blica
El tedioso periplo que fija la ley de Dependencia para acceder a alguna de las prestaciones que contempla la legislaci¨®n ha dejado a centenares de personas en el camino. Concretamente y seg¨²n confirm¨® la consejera de Bienestar Social, Neus Munt¨¦, en una respuesta parlamentaria, desde que se puso en marcha la ley en 2007, 10.074 barceloneses con la dependencia aprobada fallecieron a la espera de que la Generalitat les hiciese un Programa Individual de Atenci¨®n (PIA), es decir, aguardando a que se les asignase la prestaci¨®n adecuada a su estado y grado de dependencia.
Los retrasos en los procedimientos aumentan y los tiempos en las tramitaciones se alargan por encima de lo que dicta la norma. Todo ello, sumado a la tardanza en la concesi¨®n de los servicios, la falta de recursos para afrontar las demandas de los solicitantes y los impagos de las ayudas, ha favorecido las bajas a medio camino, seg¨²n los expertos. ¡°La situaci¨®n de la ley es acorde a la situaci¨®n financiera de la Generalitat. La falta de recursos condiciona totalmente el desarrollo de la normativa¡±, apunta Alberto Caballero, trabajador social del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Catalu?a.
Seg¨²n Bienestar, el tiempo medio de espera en Barcelona desde que una persona presenta la solicitud de valoraci¨®n de la dependencia hasta que el Servicio de Valoraci¨®n de la Dependencia de la Generalitat (SEVAD) eval¨²a su grado de autonom¨ªa y se lo notifica supera los tres meses. En Barcelona, 630 de las 2.129 personas que esperaban la valoraci¨®n de su grado a finales de junio de 2014 estaban fuera del tiempo que establece la normativa.
La lista de espera para tener plaza en un geri¨¢trico puede llegar a dos a?os
Con todo, una vez reconocida la dependencia, el usuario tiene que esperar una media de seis meses para que los servicios sociales le elaboren el PIA correspondiente a su estado. Pese a la diligencia de los trabajadores sociales en la parte administrativa, los expertos alertan de que el tap¨®n y los grandes retrasos se forman al hacer efectivo el PIA porque ni la Generalitat ni el Gobierno central tienen capacidad financiera para afrontar los costes que supone sustentar la ley. M¨¢s de 2.300 barceloneses con el PIA aprobado aguardaban en lista de espera a finales de junio para recibir su prestaci¨®n.
¡°Hay que recordar que el Real Decreto-ley de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad establece que las prestaciones econ¨®micas para cuidados en el entorno familiar quedan sujetas a un periodo de suspensi¨®n de dos a?os¡±, reconoci¨® en la respuesta parlamentaria Munt¨¦.
Tambi¨¦n el acceso a una plaza p¨²blica en residencias para mayores est¨¢ colapsado por la avalancha de solicitudes. Casi 6.500 barceloneses est¨¢n en lista de espera. ¡°La ¨²nica forma por la que se est¨¢ rebajando la lista de espera es porque la gente fallece. No se han ampliado plazas p¨²blicas y cada vez est¨¢n cerrando m¨¢s centros por causas econ¨®micas, por la asfixia de las deudas¡±, se?ala I?aki Ant¨®n, vicedirector de la Asociaci¨®n de Directores de Centros de Atenci¨®n a la Dependencia Gerontol¨®gica (Ascad). Seg¨²n Ant¨®n, la lista de espera para acceder a una plaza en Barcelona puede alcanzar los dos a?os.
Los expertos aseguran que la suspensi¨®n ¡ªprimero temporal por dos meses y luego permanente¡ª en verano de 2013 de la Prestaci¨®n Econ¨®mica Vinculada (PEV), que ayuda a costear una plaza privada mientras se consigue una cama en la p¨²blica, enquist¨® todav¨ªa m¨¢s el problema de las residencias. Las familias dejaron de pagar o sacaron a sus ancianos del geri¨¢trico y los responsables de los centros se endeudaron m¨¢s. Aunque hace un par de meses la Generalitat dio instrucciones de reactivar estas prestaciones, solo se han abierto a usuarios valorados como grandes dependientes, de grado III. ¡°Se reactivan solo para casos excepcionales, de urgencia social. Esto agrava m¨¢s el problema porque aumenta la mortalidad de las personas en sus casas¡±, apostilla Ant¨®n, quien alerta de que cada vez los ancianos entran en peores condiciones a los geri¨¢tricos.
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