Veinte a?os para demoler un edificio que se construy¨® ilegalmente
El municipio de Cabanas ejecuta un fallo de 1994 que dejar¨¢ sin sus pisos a ocho vecinos
A Antonio P¨¦rez, ya octogenario, la alegr¨ªa de estrenar piso en Cabanas en el verano de 1994 le dur¨® bien poco. Tres meses despu¨¦s de comprarlo, y cuando el Ayuntamiento ya le hab¨ªa autorizado el enganche a la red de saneamiento, descubri¨® que el constructor hab¨ªa edificado dos alturas por encima de lo permitido, que su vivienda era ilegal y que iban a demolerla. No fue el ¨²nico. En la misma situaci¨®n estaban otros siete propietarios de los dos cuartos y dos quintos pisos del edificio O Penso, que suma 28 viviendas construidas en tres fases.
?Ayer empez¨® a correr el plazo que fij¨® el Ayuntamiento para iniciar la demolici¨®n de las dos plantas ¡ªcuarta y quinta de la primera fase¡ª levantadas a primeros de los a?os noventa de espaldas a la normativa. La ley las obliga a derribar para desconcierto de los vecinos que a¨²n las habitan y que ¡°compraron y pagaron sus viviendas legalmente¡±, recalcan los afectados. ¡°Es que no nos queda otra¡±, replica el alcalde del municipio costero coru?¨¦s, Germ¨¢n Castrill¨®n, del PP. El regidor est¨¢ imputado por desobediencia al demorar la ejecuci¨®n del derribo y explica que ya ha pagado una multa de mil euros de su bolsillo por los atrasos. Dice que no es plato de gusto haber heredado un problema de tal calibre que le va a costar 1,6 millones de euros a las arcas locales ¡ªel presupuesto de 2015 asciende a 2,8¡ª sumando los gastos de la demolici¨®n (en dos fases) y las indemnizaciones a los vecinos que se quedan sin casa.
En diciembre, el alcalde comunic¨® por escrito a los propietarios que ten¨ªan que dejar sus pisos antes del 2 de enero para iniciar la primera fase de una demolici¨®n ya adjudicada en 373.956 euros. Ayer las m¨¢quinas no aparecieron porque un vecino solicit¨® una pr¨®rroga de cinco d¨ªas para retirar sus enseres, pero los due?os saben que terminar¨¢n por llegar porque la sentencia judicial es firme y no hay alternativa. En el portal de su edificio cuelga desde hace d¨ªas una nota informativa ¡°sin firma ni sello oficial de ning¨²n tipo¡±, critican, donde les indican la fecha de inicio de la demolici¨®n, que comenzar¨¢ por sustituir el ascensor. Una decena de afectados se plant¨® ayer en el registro del Ayuntamiento para dejar constancia de sus quejas. Argumentan que el proyecto t¨¦cnico de demolici¨®n no incluye normas de seguridad para los vecinos residentes y que el consistorio no les ha proporcionado ninguna alternativa de realojo ni compensaci¨®n econ¨®mica. Con los mismos argumentos acudir¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 8 a los juzgados de Ferrol para solicitar medidas cautelares que congelen o pospongan el derribo.
La demolici¨®n de los dos pisos altos del edificio O Penso, m¨¢s conocido como Elpidio, es el punto final a dos d¨¦cadas de litigio que terminaron en dos sentencias del Tribunal Superior de Galicia, fechadas en 1994 y 1996 y ratificadas en 2000 y 2001, que certificaron las irregularidades del inmueble y ordenaban el derribo de las dos alturas que no se ajustan a derecho. Fue una construcci¨®n de la empresa Prominfer, SL, que aprovech¨® el desnivel de terreno para levantar dos plantas extra para las que no ten¨ªa permiso porque las normas subsidiarias de 1988, que reg¨ªan a falta de un plan de ordenamiento municipal, s¨®lo permit¨ªan bajo y dos plantas. El constructor obtuvo la licencia de la corporaci¨®n que encabezaba Modesta Anca (PSdeG) y construy¨® dos pisos m¨¢s en las dos primeras fases de una construcci¨®n dise?ada en tres etapas. Los vendi¨® todos. La denuncia que un vecino interpuso en 1990 deriv¨® en una causa que dio tumbos por los juzgados desde octubre de 1994, cuando el Tribunal Superior dict¨® la primera sentencia certificando la ilegalidad, hasta que se cerr¨® en firme en 2001, confirmando los fallos anteriores.
De los ocho vecinos afectados, s¨®lo Antonio P¨¦rez sigue viviendo all¨ª de forma permanente mientras que otro va y viene, explican los residentes. Antonio se mud¨® con su mujer a Cabanas a mediados de los noventa buscando un clima m¨¢s suave que el de As Pontes, su localidad natal, para disfrutar de la jubilaci¨®n cerca de la playa. Cumplidos los ochenta, contin¨²a viviendo en el piso que le van a tirar y que se ha negado a pintar en los ¨²ltimos a?os porque ¡°era tonter¨ªa¡±, explica su hijo Rafael. Este resalta que O Penso se ve ¡°en l¨ªnea recta¡± desde el mism¨ªsimo Ayuntamiento. ¡°Vieron c¨®mo se constru¨ªa a diario¡±, lamenta P¨¦rez. Ni la comisi¨®n de gobierno de entonces ni el constructor ¡°han sido penalizados por la justicia mientras que los propietarios estafados van a tener que salir corriendo de sus casas, cargando con sus trastos y siendo despose¨ªdos de unas viviendas que compraron legalmente¡±. Las indemnizaciones por da?os y perjuicios tardar¨¢n en llegar, se quejan los afectados, la mayor¨ªa jubilados, y temen que ellos ¡°ya nunca las van a ver ingresadas¡±.
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