Checas en el Estado de derecho
Prenafeta ha constatado que en la c¨¢rcel no hacen la cama ni sirven vino y que los centros policiales son ¡°aut¨¦nticas checas¡±
Mientras languidecen las luces de Navidad, el fiscal del caso Pretoria ha hecho p¨²blicas sus peticiones. Los convergentes Llu¨ªs Prenafeta y Maci¨¤ Alavedra comparten cartel de presunta culpabilidad en una trama de corrupci¨®n urban¨ªstica del ¨¢rea metropolitana junto a los socialistas Bartomeu Mu?oz, exalcalde de Santa Coloma, y Luis Andr¨¦s Garc¨ªa, Luigi, exdiputado del PSC. El ministerio p¨²blico reclama a los acusados el pago de multas y decomisos por valor de 93,7 millones de euros. Pide adem¨¢s penas de prisi¨®n para todos ellos que, en tres casos, son de seis a?os y diez meses y de ocho en el de Luigi, a quien se considera intermediario y conseguidor de los negocios.
Las acusaciones van desde el tr¨¢fico de influencias y cohecho al blanqueo de capitales. Los 71 folios de Anticorrupci¨®n son un recorrido por el entramado de operaciones, incluyendo dos cl¨¢sicos ¡ªAndorra y las Islas Caim¨¢n¡ª, donde los acusados trataban presuntamente de borrar rastros. Hasta hora y a la espera de la celebraci¨®n de juicio, el caso Pretoria hab¨ªa dejado dos im¨¢genes: la irrupci¨®n de la Guardia Civil en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet y, sobre todo, la cuerda de presos, camino de la sala de la Audiencia Nacional, encabezada por quienes en otro tiempo fueron la mano derecha de Jordi Pujol. Para decodificar esas instant¨¢neas no faltaron en su momento lecturas pol¨ªticas sobre la actuaci¨®n escasamente garantista del juez Baltasar Garz¨®n, ahora ya apartado de la carrera judicial en su calidad de primer condenado por el caso G¨¹rtel. La operaci¨®n Pretoria ha dado impulso literario al g¨¦nero cuadernos de c¨¢rcel. Ah¨ª est¨¢ el libro El malson. Publicado en 2010 por Columna, ese testimonio narra el s¨²bito despertar al pesimismo panglossiano del expol¨ªtico y hombre de negocios Llu¨ªs Prenafeta, quien, seg¨²n ha trascendido hace unos d¨ªas, pregunt¨®, junto al ex consejero de Gobernaci¨®n y Econom¨ªa Maci¨¤ Alavedra, al personal penitenciario de Soto del Real por qu¨¦ no ten¨ªan hechas las camas de su celda o cu¨¢l era el motivo por el que se no se serv¨ªa vino en las comidas.
El libro de Prenafeta describ¨ªa el cuartel de la Guardia Civil de Sant Andreu de la Barca como algo similar a las celdas de Sant Elies, en la Barcelona revolucionaria. ¡°Es horrible. Una checa. Un aut¨¦ntico campamento de checas. Ten¨ªa la presi¨®n disparada. Pregunt¨¦: cuando esto acabe, ?d¨®nde me llevar¨¢n? ¡®Estar¨¢ mucho mejor aqu¨ª con nosotros que donde le lleven despu¨¦s¡¯. Era un lugar siniestro, ?D¨®nde pod¨ªa estar peor?", conclu¨ªa.
¡°Garz¨®n da miedo¡±, prosegu¨ªa m¨¢s adelante el relato. ¡°Todo en ¨¦l destila un aire extra?o que no inspira confianza¡±. ¡°?Por qu¨¦ un magistrado como Garz¨®n, que ha demostrado de manera reiterada que las causas se le escurren entre los dedos, contin¨²a ejerciendo?¡±, sentenciaba.
¡°Garz¨®n da miedo¡±, prosegu¨ªa m¨¢s adelante el relato. ¡°Todo en ¨¦l destila un aire extra?o que no inspira confianza¡±
¡°Esto es un Estado de terror¡± que le recordaba a Prenafeta la actuaci¨®n del fiscal italiano Antonio Di Pietro que ¡°esquilm¨® el sistema y el pa¨ªs¡±. ¡°Aquel proceso lo derrib¨® todo¡±. La pluma acerada del que fuera secretario general de la Presidencia de la Generalitat hallaba una explicaci¨®n pol¨ªtica a su persecuci¨®n: ¡°La actuaci¨®n de todos los elementos de la Audiencia deja en evidencia la escasa autonom¨ªa judicial de Catalu?a. Constata de manera agria quien tiene el poder¡±.
El relato de Prenafeta tiene valor, pues se trata del testimonio de un hombre liberal, impulsor del foro Catalunya Oberta, enemigo de burocracias y estatismos, y frecuentador de tribunales. En 1990 una investigaci¨®n de la fiscal¨ªa lo aboc¨® a dejar de ser secretario general de la Presidencia, cargo que compatibilizaba con la pertenencia al consejo de administraci¨®n de Iberia, Compa?¨ªa An¨®nima de Seguros. Adem¨¢s, el dimisionario estaba estrechamente relacionado con ocho sociedades, entre ellas la firma Vilassar Internacional, filial de Tipel, perteneciente a su familia. En aquel momento, Prenafeta desempolv¨® el caso Banca Catalana para recordarle al Gobierno socialista el mal rollo que esa historia de ¡°injurias y calumnias¡± hab¨ªa dejado entre CiU y PSOE.
La fiscal¨ªa general del Estado, encabezada por Leopoldo Torres, neutraliz¨® la iniciativa de Carlos Jim¨¦nez Villarejo, fiscal jefe del Tribunal Superior de Catalu?a y ex fiscal del caso Banca Catalana, y se opuso al a la presentaci¨®n de la querella. Al final, el caso se mantuvo vivo en los tribunales debido a una rencorosa querella de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT). Pero un juez llamado Llu¨ªs Pascual Estevill la archiv¨® y a lo largo de la instrucci¨®n deneg¨® las pruebas demandadas por la acusaci¨®n por considerarlas superfluas. En premio a su eficacia, CiU envi¨® a Pascual Estevill de vocal al Consejo General del Poder Judicial. Una carrera mete¨®rica que se trunc¨® en seco, pues el magistrado acab¨® en prisi¨®n junto al abogado Joan Piqu¨¦ Vidal, antiguo defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana. Pascual Estevill fue condenado por extorsionar a lo m¨¢s florido de la burgues¨ªa catalana. Ofrec¨ªa resoluciones absolutorias que evitaran la c¨¢rcel a cambio de sustanciosas comisiones con cargo a capitales evadidos.
Y es que el poder teje extra?as complicidades, inimaginables incluso en las peores pesadillas.
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