Largo y exitoso recital de Ren¨¦ Pape en A Coru?a
El cantante muestra su t¨¦cnica impecable y una gran adaptaci¨®n estil¨ªstica a cada autor
La Temporada L¨ªrica A Coru?a 2014-2015 ha celebrado en el Teatro Rosal¨ªa Castro de A Coru?a un recital del cantante Ren¨¦ Pape, acompa?ado al piano por Camillo Radicke. Dentro del ciclo ¡°Grandes cantantes¡±, Pape afront¨® un largo programa con cuatro de los seis lieder que Beethoven compuso sobre poemas del poeta alem¨¢n Christian F¨¹rtegott Gellert (1715 ¨C 1769) y Biblical songs, op. 99 de Dvo?¨¢k en la primera parte. En le segunda, para cerrar el programa, Three Shakespeare songs, op. 6 de Roger Quilter, y los Cantos y danzas de la Muerte de Modest M¨²ssorgski.
El Rosal¨ªa registr¨® una entrada m¨¢s bien floja, sobre todo teniendo en cuenta el prestigio del protagonista de la velada. Las causas: en el cercano Teatro Col¨®n se representaba la obra Noche de Reyes adaptada para personas con discapacidades sensoriales; en el Palacio de la ?pera, la Orquesta Joven de la Sinf¨®nica de Galicia, dirigida por Vicent Alberola, celebraba a la misma hora el concierto final de su primer encuentro de 2015, concierto que estaba programado, como el recital de Pape, por el Consorcio para la Promoci¨®n de la M¨²sica.
La OJSG ten¨ªa adem¨¢s en sus atriles un programa realmente atractivo: Finlandia de Sibelius, el Concierto para fagot de Rossini -con la participaci¨®n solista de la fagotista lalinense Mar¨ªa Jos¨¦ Rielo- el Scherzo Fantastique de Stravinski y el Bolero de Ravel. Y el a?adido de ver sobre el podio del palacio de la ?pera a quien durante a?os fue clarinete principal de la Sinf¨®nica, hoy en exitosa carrera internacional como solista y director. Demasiados puntos de atenci¨®n simult¨¢neos para la capacidad de una ciudad del tama?o de A Coru?a, con un n¨²mero de personas ¨Ccada vez mayor pero limitado al fin- dispuestas a participar en este tipo de eventos.
Pape mostr¨® a lo largo del recital una t¨¦cnica impecable y una gran adaptaci¨®n estil¨ªstica a cada autor. Su voz ¨Cde bell¨ªsimo timbre, con un fiatto casi interminable y una envidiable claridad y proyecci¨®n- marc¨® en la palabra das del tercer verso de Bitten un punto que iba a lastrar en algo su por otra parte excelente actuaci¨®n: una cierta brusquedad al atacar notas en forte en bastantes momentos de la noche. Camillo Radicke acompa?¨® eficazmente a Pape, sin que su calidad pudiera ser realmente apreciada m¨¢s que en aquellos momentos a solo en los que el poder¨ªo vocal del bajo no resultaba apabullante para el piano.
Las canciones de Dvo?¨¢k -con textos b¨ªblicos, muchos extra¨ªdos del Libro de los Salmos- tuvieron el car¨¢cter exultante, de afirmaci¨®n en la esperanza o serenidad que marcan sus respectivos textos. El punto de mayor altura interpretetiva de este ciclo estuvo en la s¨¦ptima canci¨®n P?i ?ek¨¢ch Babylonosk?ch, en la que el bajo alem¨¢n marc¨® tres caracteres de serena tristeza, autoritarismo en la orden Zp¨ªvejte n¨¢m¡ y la humilde firmeza de la respuesta final.
Aunque con un punto de clara destemplanza en el inicio mismo de Blow, blow blow, thou winter wind¡, las tres canciones sobre textos shakespearianos de Quilter resultaron finalmente otra gran interpretaci¨®n de Pape, una especie de breve y relajado respiro antes del plato fuerte del programa, los Cantos y danzas de la Muerte. En estos, el bajo de Dresde mostr¨® todo su poder¨ªo interpretativo y no solo desde el punto de vista vocal. Su presencia esc¨¦nica y su capacidad de expresi¨®n facial alcanzaron uno de esos puntos que quedan marcados en la memoria de los aficionados durante toda la Canci¨®n de cuna que abre el ciclo, llena de un sarcasmo estremecedor, que remat¨® con una especie de estremecimiento en Bajushki, baju, baju (Du¨¦rmete, ni?o, duerme).
La interpretaci¨®n de los seis ¨²ltimos versos de Polkovodec (El mariscal de campo) fue el remate m¨¢s adecuado al ciclo, una especie de siniestro final bordado por Pape en oro viejo sobre seda negra: A medianoche, honrar¨¦ vuestra memoria // con una siniestra danza y, a la luz de la luna, // hollar¨¦ la tierra donde yac¨¦is, pisando con tal fuerza // que vuestros huesos jam¨¢s se mover¨¢n // y as¨ª nunca podr¨¦is alzaros, en los que la voz y el gesto de Pape fueron, literalmente, espeluznantes.
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