Beethoven y Wagner a todo gas
Dudamel y la Orquesta Sim¨®n Bol¨ªvar abarrotan la sala y el escenario del Palau de la M¨²sica de Valencia
La ¡°Sim¨®n Bolivar¡± es la formaci¨®n estrella del Sistema de orquestas y coros juveniles e infantiles que Jos¨¦ Antonio Abreu fund¨® en Venezuela. Un sistema que agrupa ya a 500.000 m¨²sicos, muchos de ellos procedentes de las clases m¨¢s desfavorecidas. Dado que Abreu comenz¨® a trabajar con ellos en los a?os 70 ¨Cel proyecto se inici¨® con unos pocos ni?os en un garaje-, algunos ya han madurado a todos los niveles, como se pudo comprobar este lunes. Gustavo Dudamel, que tambi¨¦n surgi¨® del ¡°Sistema¡± y es hoy uno de los directores m¨¢s solicitados (graba para Deutsche Grammophon, es titular, adem¨¢s de la Sim¨®n Bol¨ªvar, de la Filarm¨®nica de los ?ngeles, act¨²a con las de Berlin y Viena, etc), impulsa iniciativas para poner la m¨²sica al alcance de todos. En este contexto, aunque tambi¨¦n en el marco de una campa?a promocional, se integra la ¨²ltima grabaci¨®n, con la Sim¨®n Bol¨ªvar y m¨²sica de Wagner. A trav¨¦s de la web de alta fidelidad Qobuz, y con la colaboraci¨®n de EL PA?S, Cadena SER y Palau de la M¨²sica Catalana, se est¨¢ pudiendo descargar gratuitamente de la red desde el d¨ªa 4 hasta el 22 de enero.
Tambi¨¦n estuvo Wagner, junto a Beethoven, en su actuaci¨®n del lunes en Valencia, cuyo aspecto m¨¢s discutible fue la plantilla orquestal utilizada, algo que viene siendo habitual en las giras de esta orquesta venezolana. Para la Quinta Sinfon¨ªa de Beethoven se duplicaron los vientos prescritos a 2, y aumentaron consecuentemente las cuerdas. No gan¨® con ello, como es l¨®gico, la transparencia y el refinamiento de la m¨²sica, aunque la sabia direcci¨®n de Dudamel, parco en gestos pero muy eficiente con los mismos, consigui¨® resaltar motivos y voces que pasan a veces desapercibidos (o, lo que es peor, desva¨ªdos). Cobraron aqu¨ª una luz especial aquellos que tienen que ver con la fuerza r¨ªtmica, el dinamismo y la tensi¨®n. Optar por lo que podr¨ªamos llamar ¡°la l¨ªnea del vigor¡± es, por otra parte, un trayecto l¨®gico en una orquesta cuyas versiones se plantean plasmar (son palabras de su director) ¡°algo que s¨®lo pueden dar la juventud, la energ¨ªa, el compromiso y el esp¨ªritu del Sistema¡±. Y, desde luego, su Beethoven fue juvenil, en¨¦rgico en grado sumo y tenso hasta el extremo, valores que faltan a menudo en las orquestas convencionales, cuyo peor enemigo es la rutina. Pero no parece necesario, para alcanzar todo ello, tantos excesos en la plantilla ni las asperezas que, de vez en cuando, se produc¨ªan.
Ficha t¨¦cnica
??Obras de Beethoven y Wagner. Palau de la M¨²sica.Valencia. 19 de enero de 2015.
??Orquesta Sinf¨®nica Sim¨®n Bol¨ªvar de Venezuela.
? Director: Gustavo Dudamel.
Tras el descanso lleg¨® Wagner (una selecci¨®n del Anillo) y cerca de 150 instrumentistas en el escenario. Empezaron con La llegada de los dioses al Walhalla, con su esplendoroso inicio, perfectamente controlado por Dudamel para pintar la magia del momento. Luego, sin embargo, hubo brusquedades y la partitura se le fue durmiendo entre las manos. El Viaje de Sigfrido por el Rin, interpretada en tercer lugar, ilumin¨® cada leitmotiv en el marco de una interesante lectura, pero tambi¨¦n floje¨® hacia el final. La segunda p¨¢gina de G?tterd?mmerung, Muerte y marcha f¨²nebre de Sigfrido, se acopl¨® mucho mejor al dramatismo y el vigor que estos m¨²sicos llevan en cartera: estuvo bien trabajado el tema de la muerte de Siegfried, as¨ª como la impresionante marcha que acompa?a el traslado del cuerpo ya inerte del h¨¦roe al palacio de Gunther. En Los murmullos del bosque, quiz¨¢ programada para demostrar que la orquesta puede tambi¨¦n con las sonoridades tenues y los ambientes buc¨®licos, se logr¨® una calidad t¨ªmbrica m¨¢s alta, sin perder por ello la expresi¨®n. Pero en La cabalgata de las valquirias, por el contrario,fuerza y barullo quedaron con frecuencia indiferenciados. Lo peor de la velada, sin embargo, fue el Preludio y Muerte de Amor, de Trist¨¢n e Isolda, regalo ya fuera de programa, donde la seda e infinitud de la m¨²sica desaparecieron en buena medida.
El p¨²blico, en una sala llena a rebosar, sigui¨® reclamando m¨¢s regalos entre banderas y aplausos enormes. Y al final se consigui¨® un inspirado joropo: Alma llanera (de Pedro El¨ªas Guti¨¦rrez), considerado el segundo himno nacional de Venezuela.
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