De pie entre los escombros
Estrasburgo considera que la casa de Raji, con una orden de derribo, no corre peligro
Mohamed Raji tiene una casa en el sector 4 de la Ca?ada Real Galiana. La hierba no adorna su jard¨ªn porque en su lugar se ha apoderado del terreno un amasijo de basura, baldosas y ladrillos rotos. Pero a Raji no le han robado la sonrisa porque a fuerza de insistir ha conseguido que el techo bajo el que duerme su familia no estalle en mil pedazos fundi¨¦ndose en uno con los escombros que rodean su vivienda, al menos por ahora.
Este marroqu¨ª de 48 a?os, casado y con dos hijas de 1 y 9 a?os, compr¨® la casa por 12.500 euros en enero de 2010 sin saber que sobre ese inmueble hab¨ªa una orden de demolici¨®n. Tras unos intensos a?os de lucha el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha archivado la denuncia presentada por Raji porque considera que la vivienda ya no corre peligro y que, a la vista de las negociaciones entre la Administraci¨®n y los vecinos, no es necesario continuar con el examen de la demanda.
La familia de Mohamed Raji consigui¨® en 2013 paralizar temporalmente el derribo de su vivienda y de otras 11 casas cuya demolici¨®n estaba ya programada por el Ayuntamiento de Madrid. A este logro contribuy¨® un dictamen del TEDH en el que decretaba medidas cautelares porque consideraba que la Administraci¨®n no garantizaba un nuevo alojamiento para la familia. ¡°Los demandantes no deben ser desalojados hasta que se provea al tribunal informaci¨®n precisa y detallada del acuerdo con las autoridades dom¨¦sticas para asegurar una vivienda adecuada y servicios sociales a los demandantes¡±, conclu¨ªa el documento.
Estrasburgo abri¨® entonces el procedimiento y la casa qued¨® protegida. El Ayuntamiento de Madrid declar¨® paralizado temporalmente los derribos en la Ca?ada Real y meses m¨¢s tarde el Consistorio desisti¨® de la autorizaci¨®n de entrada al domicilio de Raji para el desalojo y demolici¨®n del inmueble. La Administraci¨®n aleg¨® entonces que era preciso dar estabilidad y tranquilidad a las familias a la vista de las negociaciones. ¡°El motivo que hay realmente detr¨¢s es que se hab¨ªa decretado la suspensi¨®n y no se pod¨ªa tirar la casa¡±, apostilla Javier Rubio, abogado de Mohamed Raji. La vivienda de esta familia se convirti¨® as¨ª en una de los pocas en Espa?a que se ha beneficiado de medidas cautelares decretadas por el tribunal.
Por eso la decisi¨®n de Estrasburgo de archivar la causa tiene un sabor agridulce, cree Rubio. El abogado est¨¢ satisfecho porque las medidas cautelares facilitaron la apertura de las negociaciones y que se suspendiera el derribo, pero entiende que con el archivo no se ha entrado a fondo en el asunto. ¡°Nosotros esper¨¢bamos que declarasen ilegales este tipo de actuaciones, el derribo de una vivienda sin importar qu¨¦ va a ser de la familia. No era nuestra intenci¨®n que se valoraran el estado de las negociaciones porque no era el objeto de la demanda¡±, afirma Rubio.
El abogado critica que todav¨ªa no hayan salido soluciones efectivas de las negociaciones y denuncia que la zona sigue ¡°un poco al margen de todo¡±. Pero, a pesar de ello, ya no temen por la casa de Raji. ¡°Se podr¨ªan volver a ordenar las demoliciones, pero es complicado porque hay mucho metido en los juzgados y a nivel vecinal se ha estructurado una importante red de apoyo¡±. El Ayuntamiento de Madrid no ha dado a este peri¨®dico declaraciones sobre el estado de las negociaciones.
Esper¨¢bamos que declarasen ilegales este tipo de actuaciones, no una valoraci¨®n de las negociaciones? Javier Rubio, abogado.
Pero Raji todav¨ªa tiene el ¡°miedo en el cuerpo¡±, exclama con risa nerviosa. Han pasado ya cinco a?os desde que se mudaron a la Ca?ada Real. Este cocinero viv¨ªa con su mujer y su hija en Villa de Vallecas, pero el dinero llegaba a cuenta gotas a su casa, el alquiler del piso empez¨® a ser superior a la pensi¨®n que recib¨ªa por desempleo y la familia se vio obligada a vivir de sus ahorros. ¡°No quer¨ªamos venir aqu¨ª. Prefer¨ªamos estar en un sitio con servicios p¨²blicos¡±, afirma Raji. Pero la necesidad le gan¨® la batalla al deseo.
Ahora sue?a con conseguir un trabajo que le ayude a cambiar su estilo de vida y quiz¨¢s montar un peque?o negocio de pasteler¨ªa marroqu¨ª. Pasito a pasito la familia trata de resistir entre la basura que rodea su humilde hogar, mientras la moto de juguete de pl¨¢stico naranja de la peque?a Mariam, hija de Raji de apenas un a?o, custodia la puerta de la vivienda y trata de, al igual que la casa, mantenerse en pie entre los escombros.
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