La precariedad se instala en el sector naval con los nuevos contratos
Las auxiliares para el ¡®flotel¡¯ de Pemex rebajan dr¨¢sticamente los salarios
¡°Hemos retrocedido 25 a?os¡±. La frase, de sobra contundente, la pronuncia Vicente Vidal, al frente de la Federaci¨®n de Industria de CIG en Ferrol. Ahora que la carga de trabajo ha vuelto a fluir lentamente por las gradas y talleres de los astilleros p¨²blicos de Navantia en la r¨ªa de Ferrol, el ¨²nico motor econ¨®mico de una comarca en perenne crisis ¡ªcerr¨® enero con 19.402 desempleados y carga con un 30% de paro¡ª, los sindicatos encaran otro problema con muchas ramificaciones entre las industrias auxiliares que distinguen entre los operarios m¨¢s antiguos y las nuevas incorporaciones tanto en sueldos como en jornadas.
?¡°Una doble escala salarial y un descontrol de jornadas que es un chantaje a los trabajadores y el caldo de cultivo de la precariedad¡±, apunta V¨ªctor Ledo, su hom¨®logo en CC OO. Y no es una cuesti¨®n menor ni caso aislado, subrayan con insistencia ambas centrales, que exponen que hay obreros llegan a fin de mes viendo como se escurren de sus n¨®minas ¡°de 200 a 600 euros menos¡± con respecto a otros compa?eros de firma y buzo con el mismo cometido. Se?alan, concretamente, a Maessa y Ainair, las dos firmas de aceros que se reparten algunas de las tareas subcontratadas para el flotel de Pemex. Seg¨²n CC OO, los sueldos de los nuevos empleados han ca¨ªdo hasta 11 euros por hora incluyendo el prorrateo de las pagas extra. La Xunta promocion¨® el contrato con la petrolera como la panacea definitiva para el naval gallego augurando 2.000 empleos por buque: el de Barreras en Vigo, y el de Navantia, que en la fase inicial de la construcci¨®n no pasan de medio millar entre directos e inducidos en ninguna de las dos r¨ªas, seg¨²n c¨¢lculos de CIG.
El problema en las factor¨ªas p¨²blicas del norte radica en que las subcontratas han dejado de aplicar los acuerdos firmados con Navantia en 2001, que unificaban las condiciones de las auxiliares y mejoraban el convenio provincial del metal. Fue un pacto propiciado por el m¨²sculo que entonces exhib¨ªa el naval ferrolano para lograr que se retribuyese la penosidad que supone trabajar en la construcci¨®n de un buque. Pero no es s¨®lo una cuesti¨®n de dinero, insisten CIG y CC OO, que dibujan un escenario donde la direcci¨®n de determinadas subcontratadas alarga la jornada y abusa de las veladas (horas extra), realiza contratos por horas, aparta a los trabajadores m¨¢s contestatarios y se ¡°aprovechan¡±, en definitiva, ¡°de la necesidad que la gente tiene de trabajar¡± despu¨¦s de muchos meses de sequ¨ªa naval achicando las prestaciones sociales.
El pasado jueves, las plantillas de Maessa y Ainair ¡ªsuman 300¡ª, se fracturaron. Mientras unos obreros secundaban un paro de 60 minutos que se les descuenta de la jornada, otros compa?eros hac¨ªan horas de m¨¢s. ¡°Lo que nos cuesta ahora movilizar a la plantilla es fruto del miedo¡±, afirma Vidal. Daniel Varela, de CC OO, dice que han constatado c¨®mo a muchos reci¨¦n llegados al astillero¡ª-o en la repesca tras dos a?os sin actividad¡ª les instan a firmar, con el contrato, ¡°una hojita extra en la que renuncian voluntariamente a los acuerdos de m¨ªnimos¡±, lo que supone una merma con respecto a los pactos de 2001. ¡°Y si no lo firmas, no te contrato que tengo detr¨¢s a 50¡±, resume otro veterano sindicalista, repitiendo lo que les trasladan a diario compa?eros y afiliados. Explica que la situaci¨®n empez¨® a torcerse en los ¨²ltimos meses porque antes, y salvo excepciones, las auxiliares sab¨ªan las condiciones que reg¨ªan para las factor¨ªas de Fene y Ferrol y sol¨ªan plegarse a ellas.
Los responsables de Industria de CC OO y CIG no dudan en se?alar a Navantia, la empresa p¨²blica, como la ¡°consentidora¡± de una situaci¨®n que ha supuesto un claro retroceso en derechos laborales para una plantilla que hab¨ªa conquistado a golpe de movilizaci¨®n cada una de las mejoras que refleja su convenio laboral. Exponen que en la misma factor¨ªa ahora conviven tres categor¨ªas (o m¨¢s) de trabajadores: los de la principal, los de las auxiliares que se rigen por los acuerdos del 2001 y las subcontratas que no los aplican y diferencian sueldos entre su personal.
¡°Navantia quiere que trabajen m¨¢s y m¨¢s barato. Y nosotros decimos, a igual trabajo, igual salario¡±, terminan los sindicatos, que auguran ¡°mayor conflictividad¡± para reclamar empleo ¡°digno y estable¡±.
Tres clases de trabajadores
No les va mejor a las empresas auxiliares de los astilleros privados del sur. ¡°La casu¨ªstica en la r¨ªa de Vigo es completamente diferente de la Ferrol¡±, apunta Xo¨¢n Xos¨¦ Bouzas, responsable de Industria de la CIG en Vigo. En torno a la factor¨ªa de Barreras, explica, las condiciones laborales en las subcontratas est¨¢n bastante peor que hace cinco a?os y mucho peor que en Navantia y sus firmas. Estas firmaron en 2001 un acuerdo que supon¨ªa, como media, una retribuci¨®n de entre 1.200 y 1.400 brutos para el operario, pero en Vigo, ¡°con la subcontrataci¨®n se quedan por debajo¡±, lamenta el sindicalista.
Se?ala, adem¨¢s, que en Barreras hay operarios que entran a trav¨¦s de empresas de trabajo temporal (ETT), algo que no era habitual en un sector con muchas exigencias de seguridad, y a todos los concentran en una zona concreta de la factor¨ªa. Como ocurre en Navantia, conviven varias categor¨ªas de operarios que se diferencian en la n¨®mina y en las condiciones laborales que los amparan: los que pertenecen a la principal, las auxiliares y los subcontratados por ETT.
Por el torno de la puerta principal del astillero ferrolano pasaban en enero del 2012 a diario 2.073 trabajadores de auxiliares. Desde 2011, el comit¨¦ de empresa calcula que se han destruido 2.315 empleos y que hoy son poco m¨¢s de 500 los operarios de subcontratas.
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