Estrella Morente y Ni?o Josele abren el Festival de Guitarra de Barcelona

Noche grande en el Palau para inaugurar el Festival de Guitarra barcelon¨¦s y, adem¨¢s, cosa ins¨®lita en los ¨²ltimos a?os del certamen, con una guitarra de esas que vuelan muy alto en el epicentro de la velada. La guitarra de Ni?o Josele arropando, envolviendo y propulsando hasta el infinito el duende de Estrella Morente. Dos flamencos sin tacha en una propuesta que poco tiene de flamenco para acercarse m¨¢s a la bossa nova,al jazz o a lo que simplemente llamar¨ªamos canci¨®n con may¨²sculas.

Como la grandeza de la noche ya se preve¨ªa por los ingredientes que la conformaban, el Palau se llen¨® hasta el ¨®rgano y el cuarto de hora de retraso con que comenz¨® el evento se vivi¨® con un cierto nerviosismo impaciente. Pero se apagaron las luces, se hizo el silencio y en un ambiente l¨²gubre y misterioso comenzaron a sonar las notas de Manha de Carnaval (la memorable canci¨®n de Orfeo Negro). La guitarra de Josele era casi como un llanto y cuando se le uni¨® Morente la cosa roz¨® lo sublime, un estremecimiento.

Y as¨ª sigui¨®. Morente y Josele solos en el escenario (no se ech¨® en falta a nadie m¨¢s, no era necesario). Ella primero de un blanco inmaculado, despu¨¦s de un rojo intenso (la canci¨®n es la canci¨®n pero la imagen se ha de mantener intacta), sentada, de pie o acuclillada. ?l con corbata roja escondida tras el parapeto de su guitarra. Juntos tendiendo un s¨®lido y atractivo puente transoce¨¢nico, entre el alma m¨¢s jonda y la efervescencia de la m¨²sica brasile?a.

Ni una cosa ni la otra pero ambas a la vez, como si esas canciones hubieran nacido as¨ª y nadie fuera capaz de imaginarlas de otra manera. Pas¨®, entre otros, Jobim, un Dindi para el recuerdo. Y Pixinguinha y su Carinhoso convertida en un p¨¢lpito turbador. Y todo acab¨®, rizando el rizo, con una de las Bachianas brasileiras de Heitor Villa Lobos.

Todo no porque aun qued¨® tiempo para que la pareja le pusiera la guinda al pastel con una revisi¨®n en profundidad del Minha de Francis Hime que muchos m¨²sicos de jazz bordaron con anterioridad (Bill Evans sin ir m¨¢s lejos, otro de los grande amores confesos de Ni?o Josele).