La vida de un payaso en paro

El clown David Larible dice ser uno de los mejores cocineros de espagueti carbonara del mundo. Trat¨® de probarlo en Madrid cocinando para un grupo de periodistas y, en efecto, el plato estaba delicioso, al dente y acompa?ado de carpaccio y provoleta. ?Cu¨¢l es el truco? ¡°No hay truco. En realidad es solo coger los mejores ingredientes y mezclarlos bien. Igual que un buen espect¨¢culo: hay que tener buenos sketchesy saber mezclarlos como se debe¡±.

Su nuevo espect¨¢culo, cuyo estreno mundial tuvo lugar el viernes en el Circo Price est¨¢, en efecto, muy bien cocinado. Larible (Verona, Italia, 1957), considerado el mejor payaso del mundo, hace re¨ªr y emociona a partes iguales, siguiendo la regla del menos es m¨¢s: un humor blanco, sencillo, sin aspavientos, que va directo al coraz¨®n. Hace que parezca f¨¢cil, aunque no lo es, como confirman los espectadores que el payaso saca a la pista para acompa?arle en sus teatrillos y malabares. ¡°Es un espect¨¢culo con situaciones muy chistosas, pero tambi¨¦n con ternura y melancol¨ªa. Presto mucha atenci¨®n a la armon¨ªa visual¡±. Otra de las patas es la m¨²sica: a Larible le gusta cantar y se acompa?a durante toda la sesi¨®n el pianista Stephan Kunz.

El argumento tiene un toque social: un clown sin empleo acude a un ¡®casting¡¯

El show se llama Laribleando, del verbo lariblear que significa seg¨²n el clown ¡°re¨ªr sin parar, aplaudir hasta no poder m¨¢s, llorar de la risa y experimentar la emoci¨®n de alegr¨ªa irrepetible. Alejado de dramas, el argumento tiene, sin embargo, cierto toque social: un payaso en paro acude a un casting en busca de trabajo ¡ªAndre Ginestra, interpreta al severo pero entra?able jefe de la audici¨®n¡ª. Y, aunque no es muy talentoso, trata de conseguir un puesto como funambulista, lanzacuchillos, cantante o ilusionista, con resultados desastrosos. ¡°Buscaba algo con lo que la gente se pudiera identificar. Trato de hacer ver que, aunque existan aut¨¦nticas tragedias, tambi¨¦n podemos re¨ªrnos de todo lo que nos est¨¢ pasando¡±. ?Hay payasos en paro? ¡°El momento que pasan los teatros y los circos no es muy alegre, yo me siento un privilegiado pero no olvido a los dem¨¢s. Esta profesi¨®n tiene muchos siglos y ya en los cuarenta se preguntaban si ten¨ªa raz¨®n de existir. Y aqu¨ª estamos, en 2015. Charlie Rivel dec¨ªa: ¡®No importa si yo soy el mejor o el peor, lo importante es que haya clowns despu¨¦s de m¨ª¡±.

Larible forma de una familia de larga tradici¨®n circense, parte de la s¨¦ptima generaci¨®n de una dinast¨ªa emparentada con Los Travaglia; y bebe de cl¨¢sicos como Rivel, Popov o los Tonetti, a los que conoci¨® a los seis a?os. Un payaso t¨ªpico de nariz roja y cara pintada de blanco, pero que sigue funcionando a la perfecci¨®n. Entre sus seguidores, seg¨²n las fotograf¨ªas que aparecen en el dossier de prensa, est¨¢n Woody Allen, Jack Nicholson, Tom Hanks, Richard Gere, Steven Spielberg, Brad Pritt o Tom Cruise, y sus giras transcurren por buena parte del planeta.

En 1999 gan¨® el premio Clown de Oro en Montecarlo, pero no le gusta el sambenito de ser el mejor del mundo: ¡°No es falsa modestia. Esto es un arte, no es un deporte. Si un boxeador tumba a sus oponentes o un ciclista gana todas las carreras es el mejor. Pero ?qui¨¦n puede decir si es mejor Picasso o Dal¨ª? ?Beethoven o Mozart?¡±

Laribleando. Circo Price. Hasta el de 22 de febrero, de viernes a domingo.