El linchamiento de Monedero
Los defensores del 'statu quo' pretenden mostrar que no hay pol¨ªticos honestos ni esperanza de que surjan
En una primera impresi¨®n puede parecer que el linchamiento medi¨¢tico al que en las ¨²ltimas semanas ha sido sometido el dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero est¨¢ directamente relacionado con el fraude fiscal. Un pol¨ªtico que no cumpl¨ªa sus obligaciones fiscales, uno m¨¢s, hay que decir, ha sido pillado en falta. Pues denuncia al canto, que pague, y asunto concluido.
Pero no, desde luego que no. Lo relevante del caso es que no se trataba de un pol¨ªtico m¨¢s. Monedero es uno de los principales impulsores de un partido pol¨ªtico que ha tenido la osad¨ªa de lanzar un desaf¨ªo en regla, una enmienda a la totalidad, al sistema de partidos imperante en Espa?a desde 1982, con la declarada pretensi¨®n de lanzarlo al basurero de la historia como un modelo inservible, un estorbo para el progreso del pa¨ªs desde el momento en que ha quedado reducido a mero comedero para sus usufructuarios directos: las burocracias del bipartidismo y sus entornos.
Monedero, ??igo Errej¨®n, Pablo Iglesias y sus compa?eros han tenido habilidad pol¨ªtica suficiente como para que en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014, la amenaza de desestabilizaci¨®n del todav¨ªa vigente sistema de partidos resultara de pronto muy veros¨ªmil. Con un PP carcomido por la corrupci¨®n hasta l¨ªmites insostenibles, con un partido socialista arruinado por la insalvable contradicci¨®n de haberse convertido en sumiso y eficaz agente local de las recetas econ¨®micas del neoliberalismo dictado desde Bruselas y Berl¨ªn, en Espa?a ha sucedido de pronto algo l¨®gico y elemental: la necesidad de liberarse del dogal ha creado el ¨®rgano adecuado para ello. Es decir, las amplias capas de poblaci¨®n conscientes de ser v¨ªctimas de unas pol¨ªticas econ¨®micas y fiscales ideadas para extraerles sin escr¨²pulo alguno los recursos con que pagar una deuda desorbitada ¡ªque como recuerdan los economistas es sobre todo deuda de las empresas y del sector financiero¡ª parecen decididas a poner su voto a disposici¨®n de un partido que rechaza en bloque el modelo causante de su ruina creciente. Es decir, a dar la espalda tanto al PP de Bankia, G¨¹rtel y las mil y una corrupciones asociadas a su gesti¨®n del poder, como a un partido socialista desnaturalizado por el sometimiento a una idea del realismo pol¨ªtico que ha dejado de lado su primitiva raz¨®n de ser: la representaci¨®n de los de abajo.
Hubo un momento, cuando el desaf¨ªo contra el modelo se vislumbr¨® con toda la potencialidad del apoyo electoral ya recibido, ese casi 8% de votos, con tendencia a subir, en que tanto el PP como el PSOE y en general el universo medi¨¢tico espa?ol adaptado al bipartidismo tuvo un espasmo de desconcierto. ?Ser¨¢ posible? ?Caer¨¢ el esquema que ha dado m¨¢s de tres d¨¦cadas de estabilidad? Aquel momento dur¨® poco. Los defensores del statu quo empezaron a buscar y rebuscar, no entre los defectos del propio modelo en v¨ªas de impugnaci¨®n, no entre sus propias debilidades y contradicciones, sino en los eventuales pecados del adversario. As¨ª fue como, hurgando, se descubri¨® que ??igo Errej¨®n era un profesor becario que no cumpl¨ªa su horario o sus deberes presenciales en la universidad de M¨¢laga.
Los defensores del 'statu quo' buscaron, no entre los defectos del modelo en v¨ªas de impugnaci¨®n, no entre sus contradicciones, sino en los eventuales pecados del adversario
El asunto en s¨ª, sin embargo, ten¨ªa tan poca entidad que estaba fatalmente destinado a resultar insuficiente. Era no obstante un indicio claro de por d¨®nde iban a ir las cosas, de mostrar a qu¨¦ est¨¢n dispuestos a recurrir los partidos del statu quo cuando se sienten seriamente amenazados. Era el primer aviso: preparaos, porque quien ha tenido la desverg¨¹enza de retar a los grandes va a tener que mostrar sus verg¨¹enzas en p¨²blico. Era el anticipo del striptease fiscal a que se ha obligado a Monedero. Este episodio no ten¨ªa, ni de lejos, una finalidad recaudatoria, ni econ¨®mica, ni ejemplarizante, ni nada parecido. Era, es, sobre todo, un canto a la inmoralidad. La exhibici¨®n desvergonzada del gran argumento de los corruptos y los corruptores. ¡°Mirad, estos que os hab¨ªan prometido limpieza en la gesti¨®n p¨²blica y honestidad en el manejo del dinero de todos, honradez ciudadana y responsabilidad republicana, son como todos: tambi¨¦n defraudan a la Agencia Tributaria¡±. O, dicho de otra forma: ¡°Abandonad vuestras ilusorias esperanzas de regeneraci¨®n democr¨¢tica, vuestras ilusiones de un tiempo nuevo para una moralidad p¨²blica nueva¡±.
El mismo ministro Montoro, que figura en la lista de dirigentes del PP que presuntamente cobraron sobresueldos en negro, el mismo que se re¨²ne en esa sede del partido de la calle G¨¦nova presuntamente pagada con dinero negro, tiene la osad¨ªa de proclamar que los ciudadanos no tienen por qu¨¦ confiar menos en ¨¦l y en el PP que en el Podemos de Monedero. Os enga?a: es como nosotros, como todos, viene a decir triunfante. Lo que el linchamiento de Monedero proclama es que esa nueva fuerza pol¨ªtica que ha tenido la insensatez de pretenderse nueva y distinta est¨¢ hecha con el mismo material que las dem¨¢s. Y lo que quiere reforzar es la idea reaccionaria en su m¨¢s pura acepci¨®n: no hay esperanza de verdadera mejora, no hay otra pol¨ªtica posible. Abandonad vuestras ilusiones de cambio, dejad que sigamos gobern¨¢ndoos.
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