La crisis clim¨¢tica en la Corte Internacional: ?Un punto de inflexi¨®n en la lucha contra el cambio clim¨¢tico?
La CIJ y el ¡®macrojuicio¡¯ de Vanuatu podr¨ªan servir como base para litigios clim¨¢ticos en el ¨¢mbito nacional, aumentar la presi¨®n pol¨ªtica sobre los grandes emisores y establecer un precedente para futuros acuerdos jur¨ªdicamente vinculantes
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) podr¨ªa redefinir las reglas del juego frente al cambio clim¨¢tico. En un proceso hist¨®rico impulsado por Vanuatu y respaldado por m¨¢s de 130 pa¨ªses, la Asamblea General de la ONU solicit¨® a la CIJ que emita una Opini¨®n Consultiva sobre dos cuestiones clave: ?qu¨¦ obligaciones tienen los pa¨ªses seg¨²n el derecho internacional para proteger el medio ambiente? Y, ?cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de no cumplirlas? A pesar de no ser vinculantes, las opiniones de la Corte conllevan un peso pol¨ªtico y jur¨ªdico importante.
Este proceso surge en un contexto de creciente desconfianza hacia la efectividad de los acuerdos clim¨¢ticos internacionales, sobre todo el Acuerdo de Par¨ªs de 2015. El a?o 2024 no solo fue el a?o m¨¢s caluroso jam¨¢s registrado, sino que tambi¨¦n marc¨® un punto de inflexi¨®n: por primera vez, la temperatura media global super¨® el umbral cr¨ªtico de 1,5 grados establecido en el Acuerdo de Par¨ªs, evidenciando la insuficiencia de los compromisos actuales (NDCs) para frenar la crisis.
La ¨²ltima conferencia clim¨¢tica, celebrada en Bak¨² en 2024 (COP 29), dej¨® un sabor agridulce. Si bien se logr¨® un acuerdo para destinar 300.000 millones de d¨®lares anuales (287.925 millones de euros) a un fondo destinado a ayudar a los pa¨ªses menos desarrollados a construir econom¨ªas limpias y adaptarse al cambio clim¨¢tico; la cifra est¨¢ muy por debajo de lo necesario. Los expertos estiman que se requerir¨¢n al menos 1.3 billones de d¨®lares anuales para lograr este objetivo, dejando una brecha financiera de 1 bill¨®n de d¨®lares al a?o.
Mientras los pa¨ªses del G-20 generan el 80% de las emisiones globales, los 50 pa¨ªses m¨¢s afectados por el cambio clim¨¢tico solo contribuyen con el 4%
Cerca de 100 pa¨ªses y organizaciones presentaron sus argumentos ante la Corte en diciembre pasado en La Haya, destacando la relevancia global del caso. Los peque?os Estados insulares, como Vanuatu, denunciaron la inacci¨®n de los grandes emisores. Para estos pa¨ªses, el cambio clim¨¢tico no es un debate acad¨¦mico o jur¨ªdico, sino una amenaza que pone en riesgo su propia existencia. ¡°Un peque?o grupo de Estados, f¨¢cilmente identificables, ha producido la gran mayor¨ªa de las emisiones de gases hist¨®ricas y actuales. Pero otros pa¨ªses, incluido el m¨ªo, est¨¢n sufriendo las peores consecuencias¡±, enfatiz¨® el representante de Vanuatu en La Haya. Los datos son contundentes: mientras los pa¨ªses del G-20 generan el 80% de las emisiones globales, los 50 pa¨ªses m¨¢s afectados por el cambio clim¨¢tico solo contribuyen con el 4%.
?Qu¨¦ est¨¢ en juego?
La Corte no impondr¨¢ nuevas responsabilidades, pero s¨ª definir¨¢ con mayor precisi¨®n las ya existentes. Grandes emisores como Estados Unidos o China argumentan que el Acuerdo de Par¨ªs, pese a no ser jur¨ªdicamente vinculante, es el marco principal para abordar el cambio clim¨¢tico, apoy¨¢ndose en el principio de lex specialis, que prioriza la normativa m¨¢s espec¨ªfica frente a la general. Sin embargo, el 75% de los pa¨ªses sostiene que el cambio clim¨¢tico debe abordarse tambi¨¦n bajo tratados de derechos humanos, el derecho ambiental y mar¨ªtimo, y otros principios generales del derecho, como el de responsabilidad de los Estados.
La CIJ deber¨¢ abordar la dimensi¨®n intergeneracional del cambio clim¨¢tico. Las generaciones futuras, aunque no responsables de esta crisis, estar¨¢n completamente expuestas a sus consecuencias
El principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas emerge tambi¨¦n como un eje central del debate, reconociendo que no todos los pa¨ªses han contribuido al cambio clim¨¢tico en igual medida, ni tienen las mismas capacidades para enfrentarlo. Sierra Leona expuso un caso paradigm¨¢tico: aunque su contribuci¨®n a las emisiones globales de di¨®xido de carbono es menor al 0,01%, el 90% de los desastres en su territorio est¨¢n relacionados con inundaciones provocadas por eventos clim¨¢ticos extremos.
Otra de las discusiones es si el principio de no causar da?o transfronterizo, tradicionalmente aplicado a pa¨ªses vecinos, puede extenderse a las emisiones globales que afectan al planeta en su conjunto. En un mundo interconectado, donde las emisiones de un pa¨ªs impactan comunidades a miles de kil¨®metros, este principio obligatorio cobra renovada relevancia. Adem¨¢s, se subrayan otros pilares del derecho ambiental, como los principios de prevenci¨®n, cooperaci¨®n y diligencia debida. Finalmente, la CIJ deber¨¢ abordar la dimensi¨®n intergeneracional del cambio clim¨¢tico. Las generaciones futuras, aunque no responsables de esta crisis, estar¨¢n completamente expuestas a sus consecuencias m¨¢s catastr¨®ficas, y se deber¨¢ reflejar como proteger sus derechos.
Precedentes jur¨ªdicos clave
Diversos fallos recientes comienzan a delinear una tendencia a favor de ampliar la base jur¨ªdica para hacer frente al cambio clim¨¢tico:
- Tribunal Mar¨ªtimo de la ONU (2024): Declar¨® que las emisiones de carbono son contaminaci¨®n marina, obligando a los Estados a mitigarlas bajo el derecho del mar. El fallo tambi¨¦n destac¨® la aplicaci¨®n de los derechos humanos en la protecci¨®n del ambiente marino.
- Tribunal Europeo de Derechos Humanos (2024): Fall¨® que Suiza viol¨® derechos humanos al no proteger a sus ciudadanos frente a los impactos clim¨¢ticos.
- Tribunal Supremo de los Pa¨ªses Bajos (2019): Ratific¨® que el cambio clim¨¢tico es un asunto de derechos humanos, obligando al Estado a reducir un 25% sus emisiones.
- Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU (2020): Declar¨® que los desplazados internos y refugiados no deben ser devueltos a condiciones que violen sus derechos fundamentales, como el caso de un ciudadano de Kiribati deportado por Nueva Zelanda, quien argument¨® que el cambio clim¨¢tico ha hecho que Kiribati sea pr¨¢cticamente inhabitable.
?Qu¨¦ puede esperarse de la CIJ?
La Opini¨®n Consultiva de la CIJ tiene el potencial de ser un punto de inflexi¨®n. Al clarificar las obligaciones legales de los Estados, podr¨ªa servir como base para litigios clim¨¢ticos en el ¨¢mbito nacional, aumentar la presi¨®n pol¨ªtica sobre los grandes emisores y establecer un precedente para futuros acuerdos jur¨ªdicamente vinculantes. El ¨¦xito de esta iniciativa depender¨¢, en buena medida, de la capacidad de los activistas clim¨¢ticos para articular narrativas convincentes y dise?ar estrategias de incidencia m¨¢s efectivas y cohesionadas. Las campa?as de desinformaci¨®n representan tambi¨¦n un desaf¨ªo para la causa clim¨¢tica, seg¨²n advierte la UNESCO.
El proceso despierta grandes expectativas, especialmente tras la desilusi¨®n que dej¨® la reuni¨®n de Bak¨², donde las promesas de financiamiento quedaron muy lejos de las necesidades estimadas. No obstante, elementos como el regreso de Donald Trump, un l¨ªder abiertamente esc¨¦ptico del cambio clim¨¢tico, el debilitamiento del multilateralismo y las pr¨®ximas elecciones en pa¨ªses clave ¡ªque podr¨ªan resultar en gobiernos menos comprometidos con la acci¨®n clim¨¢tica¡ª a?aden incertidumbre y complejidad a la agenda internacional. Por otro lado, el auge de las energ¨ªas renovables en China, el principal emisor de gases de efecto invernadero, ofrece una se?al alentadora que podr¨ªa redefinir los esfuerzos globales frente a la crisis clim¨¢tica.
Este proceso pone en juego la relevancia del sistema multilateral, cuya eficacia ha sido objeto de crecientes cuestionamientos: desde su incapacidad para prevenir y resolver conflictos, hasta el estancamiento de la Agenda 2030 y su limitada respuesta durante la pandemia. El sistema internacional, con una estructura burocr¨¢tica pr¨¢cticamente inalterada desde mediados del siglo pasado, se encuentra otra vez a prueba con la crisis clim¨¢tica: ?ser¨¢ capaz de adaptarse a los desaf¨ªos complejos y urgentes del siglo XXI, o quedar¨¢ relegado como un orden incapaz de responder eficazmente a las crisis globales?
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